"(...) Clive Wearing contrajo un virus hace 30 años que le atacó al cerebro y le dejó sumido en un mundo del que sólo es capaz de recordar los últimos segundos de cada momento. (...) Se trata de una historia espeluznante que sin embargo consigue dejarte con un cierto buen sabor de boca, y es que es, a mi juicio, es una historia de amor incodicional y superación personal."
Imagina que cada veinte segundos sientes que te despiertas de una noche de sueño. Pues así es la vida de este director de orquesta que sólo recuerda sus últimos instantes tras la enfermedad (entre 7 y 30 segundos). El documental dura 47 minutos, pero es realmente interesante y pone los pelos como escarpias.
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