29.12.20

Un pequeño regalo: Analog Atmospheres

Llevo más de 15 años escribiendo y divulgando por internet. Más de una década en esta plataforma de Google y anteriormente a través de una modesta web personal. Y tengo que confesar que hay momentos en los que la motivación cae y las prioridades cambian, sobre todo cuando te cruzas con gente con oscuras intenciones o que quiere hacerte daño.

Sin embargo, el feedback positivo y los comentarios alentadores de los lectores me han impulsado a seguir. Sencillos mensajes en los que simplemente me habéis dado las gracias por la información o me habéis comentado que os ha sido útil o interesante.

Tras el complicado año que hemos vivido y recordando los momentos "de bajón" que hemos tenido - y que posiblemente volverán, porque así es la vida - me gustaría haceros un pequeño y simbólico regalo a todos los lectores y seguidores del blog y de las redes sociales: Analog Atmospheres.




Este es el título del álbum con 11 temas de música electrónica, compuestos e interpretados por un servidor, seleccionados entre el material que he ido grabando desde que me dio por comprarme un sintetizador con mis primeros ingresos, a finales de los 80, hasta la actualidad. Con claras influencias de Jean Michel Jarre, Kraftwerk y compañía, que eran los referentes cuando comencé.

Está disponible en este enlace en forma de archivo zip de libre acceso. Basta con descargarlo y descomprimirlo para acceder a los archivos mp3.

No soy músico, tan solo un aficionado esporádico, así que soy consciente de mis limitaciones, tanto desde la perspectiva artística como tecnológica. Pero me divierto trasteando con sintetizadores y cajas de ritmo. Tal vez el resultado de todas esas horas pueda pareceros agradable y, de paso, servir como símbolo para mostrar mi agradecimiento.

Lo dicho, muchas gracias por seguir ahí.

2.12.20

Mascarillas transparentes reutilizables y normativa, tenemos un problema


Llevamos varios meses con la obligación de llevar mascarillas cuando salimos de nuestra casa. Un elemento de protección que se utiliza hace décadas en el contexto sanitario y laboral y para el que existe normativa específica que permite clasificarlo en función de su nivel de protección (el ahora famoso FFP2 y FFP3) y "homologar" los productos mediante diversos mecanismos y procesos de certificación y control. 

Pero a la hora de extender el uso de mascarillas a la población en general debido a la pandemia se publicaron unas nuevas especificaciones, las UNE 0064 y 0065, para detallar las características que deberían tener las llamadas "mascarillas higiénicas" (desechables y reutilizables, respectivamente), término que se utiliza para referirse al tipo de mascarillas más básicas y de uso general. 

El contenido de estas dos especificaciones podría resumirse diciendo que las mascarillas higiénicas deben cumplir unos requisitos de diseño, así como asegurar dos aspectos funcionales muy importantes: la capacidad de retención de partículas y la respirabilidad. La primera se establece mediante el ensayo de la "eficiencia de filtración bacteriana" (BFE),  que analiza la filtración de partículas capaces de transportar virus y bacterias. Y la segunda, la respirabilidad, con otro ensayo que calcula la pérdida de presión al hacer pasar aire a través del tejido. Ambos ensayos se describen en otra norma, la UNE-EN:14683: 2019 + AC:2019.

Estos serían los valores exigidos en UNE 0064 y 0065 para cada una de estas características, para mascarillas desechables y para reutilizables:




Es importante entender que estos valores pretenden establecer el equilibrio adecuado entre filtración y respirabilidad, dos características que suelen ser contrarias, ya que normalmente a mayor capacidad de filtración, menor respirabilidad, y viceversa. Una buena mascarilla debe ser capaz bloquear y retener gran cantidad de partículas, pero también deberá permitir dejar pasar la cantidad adecuada de aire, ya que en caso de que no lo haga el aire (y las partículas) tenderán a salirse por los bordes. 

En el caso de las mascarillas desechables, un análisis realizado por la OCU hace unos meses concluyó que la mayoría de las que se venden en los supermercados cumplían los requisitos de la UNE 0064. Una buena noticia. 

Pero no todo el mundo puede soportar el gasto que suponen las mascarillas desechables, así que en la medida en la que se mantiene la obligatoriedad de su uso, la oferta de mascarillas reutilizables ha crecido exponencialmente. Podemos encontrarlas en prácticamente cualquier comercio, fabricadas con todo tipo de materiales. Y, cada vez con más frecuencia, acompañadas de carteles o etiquetas indicando que se ajustan a la UNE 0065, algo que deberían cumplir todas, de acuerdo a la normativa oficial.

¿Podemos confiar en este tipo de mascarillas reutilizables? ¿Son fiables las que se venden? ¿Y cumplen las especificaciones?

15.10.20

Covid-19 y riesgo de contagio (5): Propuesta para el uso de mascarillas basada en la evidencia

Las autoridades sanitarias creen que ya hay bastante evidencia para pensar que el SARSCov2 se transmite a través de las gotículas y aerosoles que expulsamos al toser, estornudar, hablar e incluso al respirar (OMSCDC). Por otro lado, como se explica en este artículo de Erin Bromage, los expertos creen que la infección de este tipo de virus depende de que se introduzca en nuestro organismo una cantidad significativa del mismo. Aunque lo cierto es que no se sabe qué cantidad (además posiblemente dependerá de factores  como la susceptibilidad del receptor y periodo infectivo del emisor). Sobre lo que sí hay bastante consenso es sobre los factores del entorno que aumentan la probabilidad de llegar a dicha cantidad mínima: 

  • Entorno cerrado y sin ventilar
  • Mucha gente.
  • Contacto físico.
  • Tiempo.
  • Hablar, gritar, cantar, respirar intensamente.

Como expliqué en este post y este otro, todos estos factores están relacionados con dos efectos: una mayor expulsión de partículas (al hablar, gritar, cantar o respirar muy fuerte) y un contexto que facilita una inhalación continuada y repetida de aerosoles o gotículas en suspensión (falta de ventilación, tiempo largo, cercanía...). Ninguno de ellos es totalmente imprescindible para que se produzca un contagio, cuantos más factores estén presenten y de forma más "aguda" (menos ventilación, más tiempo, más gente, menos distanciamiento, más habla), más probabilidades habrá de que se llegue a dicha cantidad mínima para que se produzca la infección.

En base a estos criterios, hace unas semanas se publicó en BMJ el trabajo "Two meters or one: what is the evidence for physical distancing in Covid-19?" (2020), que incluía una matriz de riesgos de contagio en base a diversos factores, de la que hice una traducción-adaptación en este post anterior. Pues bien, en base a dicha matriz he diseñado la siguiente propuesta para formalizar unas recomendaciones para el uso de mascarilla en actividades grupales (cuando se interacciona con personas no convivientes), adaptables a cada situación y basadas en la evidencia (pinchar para agrandar):



Su uso es muy sencillo, basta con recopilar las características de la actividad en base a factores de expulsión de partículas (silencio, hablar, cantar...), tiempo de interacción con las personas (por encima de 15 minutos suele considerarse largo), factores de dispersión (exterior o interior y ventilación) y ocupación (alta si hay más de 10 personas o si la distancia entre personas es menor a 1,5-2 metros de forma continuada). En base a esta evaluación, la actividad se posicionará en una casilla concreta, a la que le corresponde un riesgo (bajo, medio, alto) y una recomendación del uso de mascarilla (innecesaria, recomendada u obligatoria).

Insisto en que es solo una propuesta. Que nadie piense que es un gráfico sobre lo que dicen las normas, porque no es así. Lo cierto es que las normas actuales en España son mucho más genéricas y a veces bastante contradictorias. Por ejemplo, se exige llevar mascarilla al andar solo por la calle, pero no en el trabajo ni en las terrazas o mesas de bares y restaurantes, donde se interacciona hablando con numerosas personas, con frecuencia en interior y con mala ventilación. 

Además, quisiera puntualizar que tengo mis dudas respecto a la casilla número 13. No conozco casos documentados de contagio en exteriores, con baja ocupación y tiempo de contacto breve, entre personas que griten o canten. Así que en esas circunstancias quizás podría hablar de riesgo bajo (verde) y no ser necesaria la mascarilla. Aunque, que quede claro, los autores de la propuesta original lo evaluaron como aparece en la figura.

Esta propuesta puede ser especialmente útil, por ejemplo, para los responsables de prevención de las empresas. En lugar de guiarse por el "no es obligatorio llevar mascarilla en el trabajo" o por directrices muy genéricas, podrían utilizar este modelo. 

También debe quedar claro que la mascarilla no es la panacea. Utilizarla no previene el contagio al 100%, simplemente reduce en cierta medida el riesgo, como se puede apreciar comparando la parte superior e inferior de la matriz de riesgos original. Posiblemente sea más importante reducir ese nivel de riesgo mejorando otros factores, sobre todo la ventilación y la ocupación. Además es posible que buena parte de las mascarillas que se utilizan tengan unas características de filtración bastante deficientes. 

Pero eso da para otro post...

7.10.20

"La guerra contra el sobrepeso", nueva edición con Next Door Publishers

Next Door Publishers es una editorial especializada en divulgación científica, que ha publicado una gran cantidad de obras de prestigiosos científicos y divulgadores españoles e internacionales sobre temáticas apasionantes y en formatos de gran calidad. Por eso me hace especial ilusión que sus responsables hayan elegido una de mis obras, "La guerra contra el sobrepeso", para formar parte de su excelente colección "Café Cajal".



El equipo de Next Door y un servidor hemos colaborado para elaborar una nueva y cuidada edición del libro, revisando los textos y actualizando estudios y referencias. Todo ello para intentar explicar en sus casi 400 páginas, de forma amena y a la vez rigurosa, por qué la epidemia de obesidad es un fenómeno tan complejo y difícil de resolver, que podría equivaler a una guerra a nivel mundial y que ningún país en el mundo ha sido capaz de revertir. Señalando con pruebas y hechos los factores y culpables que pueden estar detrás y explorando las posibilidades que tenemos para buscar soluciones. 

Esta es la sinopsis del libro:

"La epidemia de obesidad se extiende por todo el planeta y se ha convertido en un problema de salud de primer orden, afectando a millones de personas, empeorando su calidad de vida y disparando los costes sanitarios. Las víctimas son tantas y la situación tan grave que no nos queda más remedio que aceptar que estamos en guerra contra el sobrepeso. Ha llegado el momento de presentar batalla, de enfrentarse definitivamente al problema, utilizando todas las armas y recursos que sean necesarios. Basados en la ciencia y en la investigación más rigurosa.

¿Quién es el enemigo a combatir? ¿Contra quién debemos luchar? ¿Y cuáles son las mejores estrategias de combate para tener alguna posibilidad de salir victoriosos? Un libro revelador, que le permitirá entender por qué todavía ningún país en el mundo ha conseguido ganar la guerra contra la obesidad y conocer el complejo entramado de intereses y circunstancias que sostienen esta situación, así como las claves para enfrentarse a ello."

El libro puede adquirirse en las librerías o en los siguientes enlaces:

- En la web de Next Door Publishers.

- En  Amazon.

Para saber lo que opinan los lectores, hay una buena cantidad de comentarios, críticas y valoraciones en este enlace de Goodreads o este enlace de Amazon.

¡Muchas gracias!

17.9.20

Covid-19 y riesgo de contagio (4): Estrategias de persuasión y cambio de hábitos para el cumplimiento de las medidas preventivas


A la hora de hacer recomendaciones, dar directrices y diseñar campañas relacionadas con la salud pública - para la Covid-19 o cualquier otra cuestión - es importante también basarse en la ciencia y la evidencia. Por ello es especialmente interesante un documento que se desarrolló y publicó hace unas semanas por parte de un equipo de expertos, dinamizado por la National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine, una entidad norteamericana cuyo trabajo es precisamente ese: recopilar, analizar y sacar conclusiones de la evidencia científica existente. El documento se tituló "Encouraging adoption of protective behaviors to mitigate the spread of covid-19Strategies for behavior change" (2020) y su objetivo era identificar las mejores estrategias para convencer a la gente a seguir las medidas preventivas y a cambiar sus hábitos y comportamientos. El resumen ejecutivo está disponible en este enlace

He pensado que sería interesante traducir sus contenidos principales, ya que además de ser aplicables a campañas e iniciativas que se aborden durante la pandemia, también podrían ser útiles para otras actividades relacionadas con la salud y con el cambio de hábitos.

Así que aquí está:

27.8.20

Covid-19 y riesgo de contagio (3), los peligros de hablar y cantar. ¿Y si la solución es hablar menos y más bajito?

Utilizamos la boca para comer, respirar, toser y estornudar. También para cantar, gritar y hablar, claro.  Los seres humanos sobre todo hablamos mucho, porque el lenguaje y la interacción social son características fundamentales de nuestra naturaleza. 

Respecto a la transmisión del coronavirus, la mayoría de estas actividades generan partículas de saliva que pueden portar virus. Tras ser expulsadas, pueden quedar suspendidas en el aire cierto tiempo y ser respiradas por otra persona. 

Durante estos meses se ha hecho especial hincapié en tener cuidado con las toses y los estornudos, ya que son los mecanismos más obvios de transmisión. Sin embargo, desde hace tiempo se sabe que también al hablar se expulsa gran cantidad de estas partículas - que se suelen denominar gotículas o aerosoles, dependiendo del tamaño - y que pueden actuar como vehículo de transmisión. 

Por ejemplo, en el estudio de hace más de medio siglo "Droplet expulsion from the respiratory tract" (1966) se detectó que contando hasta 100 en voz alta se llegaban a expulsar la mitad de partículas que tosiendo 15 veces. Y posteriores estudios han llegado a conclusiones parecidas, confirmando que existe una generación elevada de gotículas y/o aerosoles al hablar:

Investigaciones recientes como "SARS-CoV-2 transmission via speech-generated respiratory droplets" (2020) han permitido grabar en vídeo estas gotitas que expulsamos al hablar, utilizando sistemas de iluminación bastante espectaculares que permiten apreciarlas a simple vista:



Por lo tanto parece bastante razonable pensar que cuanto más se hable junto a otras personas, más riesgo de contagio habrá. 

26.8.20

Covid-19 y riesgo de contagio (2): algo más que distancia y mascarillas

Hace unas semanas publiqué este post explicando algunas de las evidencias que en aquel momento había respecto a las diferencias en el riesgo de contagio de Covid-19 entre interiores y exteriores. La mayor parte de la misma indicaba que las actividades grupales entre personas no convivientes realizadas en interior son de mayor riesgo. 

Aunque a la hora de hablar de medidas preventivas sobre todo se suele hacer hincapié en el distanciamiento, el lavado de manos y el uso de la mascarilla, las investigaciones y los resultados de los rastreos que se han ido publicando indican que es muy probable que el coronavirus de transmita principalmente a través de los aerosoles que generamos al hablar y respirar de forma intensa, por lo que hay más factores que se deben gestionar y tener en cuenta y sobre los que hay que concienciar mejor a la población. 

Recientemente en la revista British Medical Journal se ha publicado el artículo "Two meters or one: what is the evidence for physical distancing in Covid-19?" (2020), en el que se explica brevemente que la directriz principal de distanciamiento de 1-2 metros tiene orígenes muy antiguos y algo discutibles y que para prevenir la transmisión es necesario gestionar mejor más factores. Dicho articulo incluye una matriz de riesgos que me ha parecido visual y didáctica y que creo que podría utilizarse como base para evaluarlos. Así como de ayuda educativa para que las personas tomen medidas preventivas. 

Así que he decidido traducirla al castellano y traerla al blog (pinchar sobre la imagen para verla a mayor resolución):


Es muy posible que esta matriz no sea una versión definitiva y que pueda mejorarse y matizarse, pero creo que es un buen punto de partida para informar de forma más clara, tanto a la población como a los profesionales relacionados con la prevención.

3.7.20

Conocimiento real, conocimiento basura

Dependiendo de los sesgos previos que uno tenga y de la  calidad y rigor de la información que maneje, la adquisición de conocimiento puede ser mejor o peor. O mejor dicho, puede ser creciente o decreciente.

Si las fuentes de información son fiables y rigurosas, el conocimiento sobre un tema irá aumentando progresivamente. Las personas aprenderán de verdad y se darán cuenta que, casi siempre, todo es más complejo de lo que parece. Si, en cambio, la información es falsa o incorrecta, como por ejemplo ocurre en el ámbito de las pseudociencias o en buena parte del mundillo alternativo, y no existe una actitud escéptica, el conocimiento puede ir degenerando. Y nos encontraremos con gente que, cuanta más información basura recibe, más se aleja de la realidad objetiva, pero paradójicamente, más cree que sabe.

El otro día estuve pensando en cómo explicar esto de forma sencilla y se me ocurrió el siguiente gráfico (pinchar para agrandar):



¿Qué os parece? ¿Creéis que es un modelo que se cumple?

24.5.20

Covid-19 y riesgo de contagio (1): Riesgo en exteriores



El confinamiento ha permitido detener la expansión exponencial de Covid-19, pero también nos ha impedido salir al aire libre, una actividad que es fundamental para mantener una buena salud, tanto física como psicológica. Pero también es cierto que salir puede facilitar el contacto con otras personas y quizás la transmisión de la enfermedad. Por ello, las directrices sanitarias deben estar bien meditadas, buscando el equilibrio entre los posibles beneficios y riesgos.  Y para tomar estas decisiones, y especialmente durante la desescalada, resulta muy relevante conocer bien las vías de propagación y contagio del SARS-CoV-2. Hay que ser prudentes respecto a actividades de mayor riesgo y quizás más tolerantes y flexibles con aquellas que el contagio es improbable.

Nadie duda de que el contacto estrecho entre personas supone un aumento del riesgo, pero hay bastante desconocimiento y confusión respecto a cuantificar los riesgos asociados a actividades al aire libre. Algunas directrices que se están dando durante las diferentes fases de la desescalada incluso podrían parecer contradictorias. Por ejemplo, por un lado, en la fase 2 se permite ir a comercios y estar en grupos de hasta 15 personas en terrazas y hogares, pero por otro se está empezando a exigir la utilización de la mascarillas en exteriores y no se permite hacer deporte individual en las franjas horarias destinadas a las personas mayores.

¿Y cuál es el riesgo real de salir de casa, a la calle, al campo? ¿Es necesaria la mascarilla en el exterior? ¿Que actividades pueden ser más o menos peligrosas?

Aunque hay bastantes investigaciones teóricas o de laboratorio sobre la propagación del coronavirus, posiblemente la forma más realista de conocerla es mediante el rastreo de los casos, es decir, mediante la investigación de las infecciones, analizando fechas y momentos de contacto o relación entre las personas afectadas y deduciendo cómo se ha podido producir el contagio. Y poco a poco, se van publicando estudios en los que se analizan gran cantidad de casos y focos, que nos pueden ayudar a deducir cuáles deberían ser las medidas más adecuadas.

Un buen punto de partida puede ser una gran recopilación de casos y focos que ha hecho Gwen Knight, que trabaja en el  Centre for Mathematical Modelling of Infectious Diseases, y que está accesible en este enlace. Los ha obtenido de diversas fuentes; la información sobre algunos es más detallada y rigurosa, a partir de estudios científicos o webs sanitarias, mientras otros se basan en noticias y artículos, con un enfoque más periodístico. Lo interesante es que uno de los parámetros que se incluye en el listado se refiere a si el contagio ha ocurrido en interiores (indoor) o exteriores (outdoor), por lo que es muy útil para intentar aclarar la cuestión que da título al post.

23.5.20

Más música de Centinel: Qitzesa e imágenes de África

Pues sigo motivado con el tema de la música, hasta el punto que me he animado a componer un nuevo tema. Lo he titulado "Qitzesa" y es música electrónica, por supuesto, que es lo mio.

En este caso lo he acompañado de espectaculares imágenes de la naturaleza en África.

Disponible en mi canal de Youtube, recién  salido del horno y mejor escucharlo con auriculares y ver el vídeo a pantalla completa:

 

17.4.20

Música electrónica durante el confinamiento: Red Flame, Beth, el sol y la naturaleza

Uno de los efectos que está teniendo el confinamiento por el coronavirus es el animarnos a retomar aficiones del pasado, relegadas por falta de tiempo o por tener otras prioridades. Los que seguís el blog hace años posiblemente sepáis que, en mi caso, una de esas aficiones era la música electrónica; trastear con sintetizadores y componer algunos temas. Algo que hice con especial intensidad en los años 90 y que retomé temporalmente hace unos años, para completar el álbum "Analog Atmospheres".

Uno de los temas que compuse en aquella época pero que no incluí en este álbum fue el titulado "Red Flame" (Llama Roja), ya que la calidad de la grabación era deficiente y los recursos musicales utilizados muy mejorables. Así que estos días me he dedicado a recomponerlo y regrabarlo. Y, ya puestos, a utilizarlo como acompañamiento de unas cuantas imágenes astronómicas espectaculares del sol, cortesía de la NASA.

Aquí está el resultado (recomendable escucharlo con cascos o con un equipo de audio decente).




Actualización 27/04/20:

Unos días después del anterior, he regrabado otro de los temas de aquella época, titulado "Beth". En este caso también lo he acompañado de imágenes espectaculares de la naturaleza.

Aquí tienen el vídeo completo:



3.1.20

Maniobra de Heimlich, ¿milagrosa o sobrevalorada? Estudios y evidencia

Siempre que llega el fin de año repetimos la tradición de comer las 12 uvas de fin de año y escuchamos las recomendaciones relacionadas con los posibles atragantamientos. Y nunca suelen faltar las instrucciones para la realización de la maniobra de Heimlich, posiblemente una de las técnicas de primeros auxilios más populares y conocidas.

Hace un tiempo escribí en el blog hermano "Lo que dice la ciencia para adelgazar" un post sobre atragantamientos con comida en niños y durante la recopilación y lectura de los estudios me topé en varias ocasiones con comentarios sobre la evidencia existente respecto a esta maniobra, lo cual me generó cierto interés. En aquel momento, dado que en los niños no está indicada, me limité a identificar y ojear algunas referencias y dejé aparcado el tema, pero de vez en cuando he ido chequeando la posible aparición de nuevos estudios. Y ahora me he decidido a escribir sobre el asunto.

Datos globales

La cantidad de personas que fallecen por atragantamiento es importante, de hecho es una de las principales causas de muerte accidental. Por ejemplo, en EEUU anualmente unas 5000 personas pierden la vida de esta forma,  con tendencia creciente (fuente).