Tras la primera, seguimos con la segunda entrega de los errores y falacias del Método Gabriel.
Las enzimas digestivas son unas sustancias presentes en los alimentos y que también genera nuestro organismo, necesarias para la asimilación de los nutrientes. En el capítulo 12 de su libro Gabriel afirma que tenemos carencia de enzimas digestivas debido a la elaboración actual de los alimentos, a los métodos agrícolas modernos, al cloro del agua, a los tóxicos y al estrés emocional. Y eso nos impide incorporar los nutrientes en nuestras células, por ello recomienda tomar (de por vida) enzimas digestivas antes de cada comida, preferentemente vegetales.
Pero, ¿es cierto que todos tenemos falta de enzimas digestivas? Pues no, esta dolencia suele aparecer en las personas bastante mayores y a veces en las que padecen algún tipo de afección digestiva: Gastritis, hernia de hiato, enfermedad inflamatoria de intestino, colon irritable, etc. Pero no he encontrado ningún estudio ni artículo serio que demuestre que sea un mal generalizado, ni que por tomar suplementos de enzimas vaya a reducirse el apetito. Ni Gabriel aporta ninguno en su libro (por salgo será), únicamente este artículo genérico sobre el tema.
Esta suele ser una dinámica habitual en las falacias médicas, tomar una disfuncionalidad específica y convertirla en un pispás en un mal común.
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