29.9.17

Mitos sobre el cáncer: químicos, radiaciones, dieta, cannabis, homeopatía...



No sé si os pasa a vosotros, pero a veces tengo un post en mente durante meses, incluso años, y la falta de tiempo u otras prioridades me impiden terminar de escribirlo. Afortunadamente internet es tan inmensa que al final siempre aparece alguien que materializa esas ideas en un artículo muy parecido al que podía estar pensando, casi siempre superando lo que yo hubiera sido capaz de escribir.

Es lo que me ha pasado con un post sobre los mitos más conocidos sobre el cáncer. Un reciente artículo del investigador David Ribert Grimes publicado en The Guardian, "Tackling cancer treatment myths, from clean eating to cannabis", se ajusta a lo que tenía en mente, así que me he limitado a traducirlo.

Aquí lo tienen:



El cáncer es un tema de gran impacto emocional - prácticamente no hay familia en el mundo que no se haya visto afectada por este complejo conjunto de enfermedades. Sin embargo, en torno al cáncer sigue habiendo mucha confusión. Dado el gran volumen de información disponible en internet y en otros lugares, a menudo es difícil separar la realidad de la ficción.

Todo ello puede dejar a los pacientes, amigos y familiares confundidos y vulnerables a la información deshonesta en el mejor de los casos, y listos para someterse a tratamientos y curaciones peligrosos, en el peor. Hace poco más de tres años, abordé seis mitos sobre el cáncer, pero a medida que surgen nuevos mitos y la información avanza, parece una buena idea comenzar el año desmontando algunos nuevos mitos, así como otros que se resisten a desaparecer.

El cáncer puede combatirse con ciertas dietas 

La idea de que uno puede influir directamente en el cáncer a través de algo tan simple como la dieta es muy seductor. Después de todo, un diagnóstico de cáncer puede ser extremadamente aterrador y la idea de ser capaz de tomar algún control es reconfortante. La promoción de las dietas contra el cáncer se ha vuelto especialmente importante en los medios durante los últimos años.

La dieta alcalina es una de las dietas anticáncer más populares. Sus defensores creen que una dieta ácida fomenta la formación de cáncer y que una dieta alcalina es por lo tanto la solución.

La razón de que la acidez se ve como un problema es porque mientras las células sanas obtienen la mayor parte de su energía de la respiración del oxígeno, las células cancerosas tienden a utilizar la glucosa más ineficientemente en mayor proporción que las células sanas. Este consumo de glucosa (un proceso llamado glucolisis) da lugar a productos de desecho ácidos y, en consecuencia, a una mayor acidez alrededor de las células que utilizan este mecanismo. Esta dependencia creciente de las células cancerosas hacia la glucosa, incluso cuando hay suficiente oxígeno, se conoce como el efecto Warburg.

En 1924, Otto Warburg sugirió que este cambio metabólico a la glucólisis podría conducir al cáncer. Investigaciones posteriores demostraron que dicho cambio proviene de las mismas mutaciones que dan lugar al cáncer, por lo que sería una consecuencia del cáncer y no la causa.

Esto significa que una dieta alcalina no puede afectar a las células cancerosas. Incluso si pudiera, hay otro supuesto erróneo: que uno puede cambiar la acidez o la alcalinidad de un tejido a través de la dieta. La acidez de nuestros tejidos está estrictamente regulada por nuestra sangre y cerebro y no puede ser alterada por nada que consumamos - en lo poco que puede influir es en la acidez de la orina.

Profundamente entrelazado con este mito está la noción de que ciertos alimentos "alimentan" el cáncer y el azúcar aparece como principal culpable. Sin embargo, aunque la obesidad está vinculada con el riesgo de cáncer, la idea de que el azúcar específicamente fomenta el cáncer es errónea. La glucosa es un azúcar simple, pero requerido por todas las células del cuerpo, cancerosas o no. Todos los carbohidratos, ya sean verduras o chocolate, se descomponen en glucosa, pero no hay preferencia por carbohidratos "azucarados" que graviten hacia las células cancerosas.

Relacionado con este mito está la dieta cetogénica como tratamiento contra el cáncer, o la sugerencia de que la restricción de los carbohidratos puede frenar la producción de glucosa y hacer morir de hambre al cáncer. De hecho, algunos defensores incluso han afirmado que las dietas cetogénicas eliminan la necesidad de quimioterapia y radioterapia. Esto evidentemente suena atractivo, pero no se soporta en la evidenia. De hecho, no hay datos fiables que respalden las afirmaciones favorables a las dietas, un tema explorado en profundidad por el profesor David Gorski .

La conclusión es que mientras que una buena nutrición es importante para prevenir el cáncer (y de hecho para la salud en general), la realidad es que ninguna dieta puede curar el cáncer (...).

Homeopatía, aceite de cannabis y remedios naturales contra el cáncer

Ante la perspectiva de la quimioterapia, muchos pacientes se preguntan si existe una opción más "natural". La esperanza es que el cannabis, la homeopatía o un suplemento a base de hierbas puedan erradicar el cáncer, ahorrándose los efectos potencialmente desagradables del tratamiento de la quimioterapia y la radioterapia. Siempre existe la posibilidad de que algo "natural" sea más eficaz que algo fabricado por una compañía farmacéutica, que seguramente sólo está interesada en el beneficio (hablaré sobre esto más adelante).

El cannabis y sus derivados, como el aceite de cannabis, son los primeros de la lista cuando se trata de un "tratamiento" no quimioterápico. No es sorprendente ya que el cannabis ha tenido uso recreativo y medicinal durante siglos. El THC del cannabis tiene propiedades antieméticas conocidas y durante décadas se han utilizado agentes derivados para el manejo clínico del dolor y las náuseas.

Más allá de esto, sin embargo, las afirmaciones de que el cannabis tiene alguna eficacia como tratamiento contra el cáncer no están respaldadas por pruebas, como concluyó recientemente un amplio estudio estadounidense. Como también demuestran revisiones detalladas del Instituto Nacional del Cáncer y Cancer Research UK, a fecha de hoy la evidencia simplemente no respalda el uso del cannabis como un tratamiento contra el cáncer.

El cannabis puede no tener un impacto contra el cáncer, pero el THC tiene algunos efectos útiles. La homeopatía, sin embargo, es una historia diferente. En muchos estudios la homeopatía ha demostrado no tener ningún efecto más allá del placebo. De hecho, sus principios básicos están completamente en contra de la física conocida y son demostrablemente incorrectos. Sin embargo, la homeopatía sigue siendo popular. Si bien los preparativos pueden ser biológicamente inertes por sí mismos, existe un grave peligro de que los pacientes se aferren a la falsa esperanza que ofrecen y rechacen la intervención médica que podría ser beneficiosa, lo que puede tener consecuencias fatales.

Desodorantes, edulcorantes artificiales y teléfonos móviles provocan cáncer

Hay ciertas cosas que sabemos que contribuyen al cáncer. El fumar es quizás el ejemplo más conocido, con cerca del 90% de todos los cánceres de pulmón directamente atribuibles al tabaquismo. Sin embargo, el cáncer suele aparecer en individuos sin factores de riesgo evidentes, dándole una naturaleza aparentemente caprichosa y dejando a las personas intentando encontrar una explicación.

Sin un culpable claro, la sospecha puede recaer sobre todo tipo de productos químicos domésticos comunes. Los desodorantes, por ejemplo, son frecuentemente objeto de preocupación, dada su proximidad a áreas sensibles de nuestra piel. En particular, la idea de que los antitranspirantes podrían causar cáncer de mama ha ganado interés a lo largo de los años noventa. Por alarmantes que sean tales rumores, numerosos estudios han demostrado que este supuesto vínculo es totalmente ficticio.

Los edulcorantes artificiales también tienen una larga historia de ser el blanco de reclamaciones dudosas. Un infame bulo por correo electrónico alegaba que eran veneno neurotóxico, a pesar de ser desacreditado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA). Más de una década después, tales rumores persisten - la presión sostenida por los activistas en 2015 incluso llevó a Pepsi a eliminar el aspartamo de sus productos - una decisión silenciosamente revertida en 2016. Inevitablemente, era sólo cuestión de tiempo antes de que se supusiera un vínculo con el cáncer. Sin embargo, numerosos estudios sobre edulcorantes como la sacarina, el aspartamo, el acesulfamo de potasio, la sucralosa y el neotame no muestran evidencia de tal relación.

También se suele señalar a las líneas eléctricas, hornos de microondas y teléfonos móviles. He tratado el tema en profundidad antes, pero esencialmente la preocupación de que podría haber un vínculo entre la radiación electromagnética de los hogares y el cáncer se basa en un malentendido del término radiación y una desafortunada confusión con la radiactividad. Y aunque la radiación electromagnética de alta energía puede dañar el ADN (un hecho explotado en la terapia de rayos X contra el cáncer),  no es el caso cuando hablamos de luz de menor energía. La energía de microondas con la que la mayoría de los electrodomésticos funcionan carece de la capacidad de ionizar el ADN y dañar las células, hecho confirmado por años de experimentos y observaciones.

Hay una cura para el cáncer, pero está siendo ocultada por intereses económicos

Los lectores de mi artículo anterior sobre los mitos del cáncer saben que abordé este tema entonces, pero su repetición aquí no es accidental. La idea de que las grandes compañías farmacéuticas están secretamente ocultando una cura para el cáncer es un mito zombie, se niega a morir, no importa cuántas veces sea asesinado por la fuerza de la evidencia.

En primer lugar, el cáncer no es una sola entidad monolítica, sino más bien una familia entera de enfermedades con características descontroladas. Por lo tanto, la idea de que podría haber una curación única es extremadamente exagerada. Incluso si tal cura existiese, parece altamente improbable que las compañías farmacéuticas, desaprovecharan tal mina de oro. Después de todo, el cáncer seguiría existiendo y la cura sería necesaria para millones de pacientes.

En segundo lugar, si existiera una conspiración para no curar el cáncer, sería masiva, requiriendo una confabulación a una escala asombrosa. Esto es algo que exploré en un artículo publicado en Plos One el año pasado, el cual concluyó que incluso si los conspiradores eran increíblemente hábiles, la gran cantidad de personas involucradas haría extremadamente improbable que esta conspiración resistiese el paso del tiempo.

Entonces, ¿por qué se niega a morir la teoría de la conspiración? La respuesta es que proporciona un argumento útil a aquellos que promueven curas alternativas, suplementos, seminarios y dietas. Apelar a la conspiración da a los charlatanes una manera fácil de ignorar la evidencia científica que se opone a sus afirmaciones o de explicar la falta de datos. 

De cualquier forma, hay otra razón por la cual las teorías de la conspiración son atractivas. La investigación psicológica sugiere que la creencia en las teorías de conspiración está intrincadamente vinculada a una necesidad humana de control. Por lo tanto, no sorprende que una enfermedad temida por muchos se convierta en un foco de teorías conspirativas. Lo que es sorprendente es la medida en que se mantienen estas opiniones - se estima que el 37% de los estadounidenses cree que la FDA está tan supeditada a las compañías farmacéuticas que está ocultando curas naturales contra el cáncer

Al  final, estos mitos se centran en la idea de que hay una causa o una cura para el cáncer. La realidad es que el cáncer es una enfermedad compleja, y las narrativas simples deben ser tratadas con escepticismo. Puede ser difícil escoger información precisa, y la gran cantidad de afirmaciones falsas incluso pueden atrapar a los individuos más exigentes. Pero tales afirmaciones distorsionan completamente la realidad, o lo que es peor, comercializan falsas esperanzas. El cáncer es aterrador, pero la información precisa es de suma importancia, y organizaciones como Cancer Research UK cuentan con guías para pacientes excelentes e imparciales.


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Si desean completar esta lectura y profundizar un poco más, les invito a leer otros posts de un servidor sobre algunos de los temas mencionados en el artículo:

10 comentarios:

gabriela dijo...

Esto, me parece una contradicción...y falta un "no"...."prácticamente no hay familia en el mundo que se haya visto afectada por este complejo conjunto de enfermedades."

Centinel dijo...

Cierto, gracias y arreglado.

tonia dijo...

Y las dietas reducidas en proteína animal como la del estudio de china? O las dietas vegana, vegetariana, naturista o macrobiótica? Qué opinas de ellas para combatir el cáncer ya declarado o para prevenirlo? Gracias y saludos.

Centinel dijo...

El estudio de China ha sido duramente criticado y sus conclusiones no se las toma en serio nadie:

https://sciencebasedmedicine.org/385/
https://sciencebasedmedicine.org/the-china-study-revisited/
https://deniseminger.com/2010/07/07/the-china-study-fact-or-fallac/

Como se dice en el artículo, a día de hoy no hay pruebas que esas dietas sirvan para combatir el cáncer. Y respeto a su prevención, los estudios asocian más consumo de vegetales a menos riesgo de algunos cánceres, pero con las vegetarianas"puras" hay resultados diversos:

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26853923
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27709695

tonia dijo...

Gracias por tu amable respuesta e información, saludos.

Alexandra dijo...

Hola Centinel,
perdona que el comentario no viene al tema pero quería consultarte una duda y no sabia donde escribirte. Habías dado con algún estudio respecto a las bebidas vegetales? o quizás tienes alguna post sobre ellas que yo no haya visto? No hablo de estas bebidas como sustitutas de la leche, sino que me gustaría saber sus pros y contras en general. Mi hija se toma cada noche una vaso o más de bebida arroz y coco desde muy pequeña, me preocupa si puede tener algunas consecuencias sobre todo en niños pequeños. Una vez más quiero remarcar que no lo toma como sustituto de leche, toma en grandes cantidades kefir, yogur, queso, muchas frutas y verduras, proteína animal y legumbres, su dieta es muy variada. Para ella es más como un capricho, un ¨dulce¨ incluso, pero acaba siendo un alimento diario. No consigo encontrar estudios fiables respecto este tema, te agradecería mucho si pudieras aconsejarme alguna fuente.
gracias de antemano

Centinel dijo...

Hola Alexandra.

A ver si te sirve este reciente documento de consenso de los dietistas canadienses sobre el tema:

https://www.dietitians.ca/Media/News-Releases/2017/PlantBasedBeveragesChildren.aspx

Alexandra dijo...

Gracias, basicamente vamos a lo mismo, que como sustituto es malo pero entiendo que si tienes cubiertos los necesidades de proteína y grasa no supone un riesgo o no lo tienes estudiado. Muchas gracias por tu tiempo!

Tuspa dijo...

Hola Centinel,

Es de agradecer dar con un blog como el tuyo, que trata de informar con el máximo rigor posible, combatiendo así la lacra de las seudociencias y el profundo daño que pueden causarnos(aunque solo sea emocional). Lamentablemente, en esta era de la posverdad, la contaminación desinformativa es, no solo para los que nos dedicamos a la ciencia, algo así como nuestro tóxico de cada día.

No es fácil entender en toda su amplitud porque ocurre lo que ocurre con la aguerrida militancia en pro de lo "alternativo". Probablemente factores como la tan humana necesidad de mantener una esperanza, ciertas emociones disfuncionales,los sesgos atribucionales y cognitivos, las creencias erróneas, el pensamiento mágico y el sectario, algunos trastornos de personalidad, y, en otro orden de cosas, la facilidad con que hoy en día se pueden viralizar opiniones de cualquier tipo, la infoxicación, la banalización del conocimiento o la supina ignorancia de la propia ignorancia, tengan algo que ver.

Es cierto que lo científico no es perfecto, bien lo sabemos. Ni Ciencia es equivalente a Verdad, al menos en el sentido filosófico del término. Pero el método científico, con sus limitaciones, es, hoy por hoy, la mejor herramienta disponible para contrastar hipótesis. Y aunque la ciencia sea "conservadora",que lo es, las nuevas evidencias, si son robustas y fiables, siempre se acaban abriendo camino, pese a los intereses creados que, cierto, en algunos casos dificultan los cambios de modelo, de técnica, de procedimiento o incluso de paradigma. En cambio, los timos, los fraudes, las conspiranoias, las medias verdades o los simples errores (que los hay) suelen tener las piernas cortas, como dicen en mi tierra.

Tal vez quepa decir, que, personalmente, soy crítico con la ciencia: sin autocrítica la ciencia deviene otra cosa que puede llegar a ser ciertamente perversa. Pero me apena, me indigna y, en algunos casos, hasta me repugna, lo que algunos seudowhatever llegan a defender a capa y espada por motivos más bien turbios, personales, anecdóticos o simplemente enfermizos. Algunos de los comentarios a tus posts probablemente encajan en alguna de esas categorías o en varias de ellas a la vez, lo que, por cierto, induce un notable desasosiego. Y que quede claro: no me opongo, más bien al contrario, a las opiniones adecuadamente fundamentadas. Sin embargo, al menos en ciencia, incluso las opiniones más reputadas necesitan convertirse en hipótesis y testarse con rigor (y repetidamente) antes de lanzar las campanas al vuelo. Dicho de otro modo: en la generación de conocimiento científico, las opiniones sin suficiente aval empírico son inútiles y las que ni tan siquiera lo pretenden son sencillamente peligrosas.

Y termino como empecé: agradeciendo de corazón poder leer a alguien que, aunque, como todos, pueda equivocarse , comunica lo que sabe con el máximo rigorde que es capaz y acudiendo a las fuentes más fiables.

¡Enhorabuena y adelante!

Jaume

Soledad dijo...

Hola:

Cuándo hablas de cáncer, ¿por qué hablas en general?. Si queremos ser rigurosos habrá que hablar de tipos de cáncer o al menos separarles entre sólidos y líquidos. No entiendo por qué se generaliza.
Gracias