2.8.12

Kinesio Taping, mucha imagen y poca chicha

Hace ya casi dos años escribí el post "Kinesio Taping, ¿milagro de la fisioterapia o producto milagro?" con mis dudas respecto a la práctica fisioterapeútica del Kinesio Taping (haciendo una sencilla revisión de la evidencia científica sobre el tema en aquel momento), basada en el uso de unas cintas adhesivas para acelerar la recuperación y el rendimiento, que está tomando fuerza en las olimpiadas gracias al gran poder mediático del evento. Había conocido la práctica mediante el fisio que me estaba tratando la tortícolis que me estaba matando por entonces, y en cuanto las vi y noté sobre mi cuello, me hicieron sospechar de su efectividad.

Gracias al último post del blog Magonia del incansable Luis Algonso Gámez, he conocido el último meta-análisis realizado sobre esta práctica, "Kinesio taping in treatment and prevention of sports injuries: a meta-analysis of the evidence for its effectiveness", en el que se concluye que estos esparadrapos tienen todavía mucho que demostrar, así que por lo que veo, no han cambiado mucho las cosas desde entonces.

El deporte es uno de esos campos abonados y  fértiles para los productos milagro, ya que las condiciones son perfectas para intentar buscar continuamente causa-efecto a cualquier cosa o reacción que percibamos. Como ya he contado anteriormente,  la sugestión y el efecto placebo son  normales, naturales y no significan que seamos tontos, son parte de la naturaleza humana y seguramente consecuencia de nuestra gran capacidad para intentar buscar el por qué de todo. Pero a veces esta capacidad también nos engaña, sobre todo en actividades en las que la valoración subjetiva y la influencia mental son claves, como por ejemplo el deporte.

Me auto-plagio, copiando y pegando este párrafo de un post anterior, para poner un ejemplo: Hay muchos estudios (serios) que demuestran el poder del placebo en el deporte (...) "The top-down influence of ergogenic placebos on muscle work and fatigue" (...)  En primer lugar, administraron a los sujetos un placebo (es decir, una pastilla falsa), mintiéndoles y diciéndoles que contenía una dosis elevada de cafeína, que sirve para aumentar el rendimiento en el deporte. Resultó que el rendimiento de músculo cuadriceps (que era el que se medía) aumentó notablemente, sin que se notara aumento de la fatiga. En un segundo experimento, les volvieron a dar las pastillas falsas y redujeron a escondidas el peso de la carga con la que se hacía la prueba, para que se sintieran claramente más fuertes gracias a la falsa cafeína. Después, cuando ya estaban motivados y supuestamente más fuertes, volvieron a poner la carga original y vieron como la mejora del rendimiento del cuadriceps era aún mayor que en el primer experimento.

Eso sí, ellas y ellos seguramente cobrarán sus buenos picos por lucirlas y están muy sexys con esas cintas de colores tan bonitos, fashion y cool. No se parecen en nada a las que me pusieron a mí, de color carne, en plan ropa-interior-de-abuela. Qué horror, duraron cinco minutos en mi cuello.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo leído anteriormente me parece más enfocado al rendimiento que a la recuperación en una lesión, y es este el uso del que suelen hacer los fisioterapeutas. Hablo desde mi propia experiencia y mi ignorancia, pero es aquí donde le veo un sentido a su utilización.