La declaración (pataleta, amenaza, diatriba)
de Esperanza Aguirre anunciando el recorte de los liberados sindicales, justificando el hecho en base a criterios de ahorro y austeridad, y siempre al amparo de la (¿su?) ley, espero que sea solo el principio de un ambicioso plan que incluya la reducción de altos cargos, de asesores, de estudios inútiles, vehículos y otros gastos de los políticos, subvenciones a la iglesia, dietas y sueldos pseudovitalicios privilegiados, y de otra gran cantidad de variables que seguro que también influyen de forma significativa a dicho ahorro. Además, espero que luche con ahínco por aumentar la implicación y productividad de toda la clase política, presentando y evaluando los objetivos que van cumpliendo, eliminando el enchufismo, exigiendo el cumplimiento de las obligaciones de todos ellos, como por ejemplo, pidiendo a todos los diputados que sólo falten a sus escaños por las mismas razones que el resto de trabajadores pueden faltar a su trabajo: porque están enfermos.
Es que, por alguna razón, al escucharla no he podido evitar recordar unos cuantos dichos y refranes que en nuestro país suelen ser muy descriptivos y certeros:
- Ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
- A Dios Rogando y con el mazo dando.
- Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago.
- Dijo la sartén al cazo: quítate allá, que me tiznas.
- Piensa el ladrón, que todos son de su condición.
- El maestro ciruela, que no sabe leer y pone escuela.
1 comentario:
hombre, al menos alguien que piensa como yo.. a ver.. todo "liberado" previamente tiene que ser elegido por los trabajadores y solo acumula en él las horas sindicales de otros delegados. ergo que primero reduzcan tantos cargos de libre eleccion, empresas publicas, organismos que no se sabe que hacen... que sean funcionarios de carrera de secretario de estado para abajo y que todos los cargos de organismos oficiales sean elegidos por oposicion....
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