Engaños naturales

Suelo escuchar en la radio (en la Cadena SER) los anuncios de Depuralina, un maravilloso complemento alimenticio (¿?) que "te ayuda a eliminar los KILOS de desechos que genera tu organismo" (si, así lo dicen en el anuncio, elevando el tono en "kilos", vaya usted a saber por qué...) , que creo recordar son 5, o 10, o 100, o una burrada similar. En la web del producto, dicen que "DepuraLina es un complemento alimenticio de alto contenido en fibras y bajo aporte calórico 100% natural y depurativo. Sin componentes químicos, tiene la función de eliminar de las paredes del intestino los desechos que acumulamos en el organismo en los procesos de putrefacción". ¡Anda! ¿Pero hay algo natural y sólido que no tenga componentes químicos?

Vamos, publicidad engañosa genuina. Estoy seguro que no hay ningún estudio que demuestre que la dichosa Depuralina elimina dichos desechos de las paredes del intestino, pero lo sueltan, y como si nada. Y como en el anuncio hablan de muchos KILOS, tal vez hasta bajemos de peso. Pero no importa, total sólo han vendido 600.000 unidades en unos meses (a algo más de 20 euros la unidad, nos sale la friolera de más de 10 millones de euros movidos). No tengo el dato de ventas de la baba de caracol, pero seguro que ambos son best-sellers de la basura naturopatoide inútil-pero-ultra-lucrativa.

Ahora resulta que lo señores Depuraliníticos se han enfadado porque el gobierno les ha inmovilizado el producto por "posibles efectos adversos". Lo triste es que se tenga que llegar a este punto (que quizás es hasta injusto, porque a lo mejor dañino no es) para retirar esta milagrería del mercado. Aunque claro, cuando uno se pasa por una farmacia y observa las baldas llenas de "complementos vitamínicos", que quien sabe si además de inútiles son hasta contraproducentes, tiende a ser un poco pesimista.

Actualización: Javier Armentia lo cuenta con más detalle (y mucho mejor, claro) y destaca que también a Herbalife le ha tocado la china de esperar unos días para seguir vendiendo sus hierbecitas adelgazantes de la abuelita. ¡Qué penita más gorda!