20.3.21

¿Por qué nos gustan tanto las conspiraciones e ir "a la contra"? La perspectiva de la motivación

La pandemia de Covid-19 ha tenido muchos efectos colaterales y uno de ellos ha sido la multiplicación de opiniones contrarias a las oficiales y el impulso de teorías de la conspiración en torno a casi cualquier tema relacionado con la misma. Desde las decisiones de confinamiento hasta el desarrollo de las vacunas, pasando por los test PCR o incluso las recomendaciones sobre mascarillas.

Todas estos posicionamientos y teorías y la desinformación que las acompañan están dificultando la gestión de la pandemia y generando un ambiente bastante enrarecido, como se explica en la investigación "Conspiracy theories as barriers to controlling the spread of COVID-19 in the U.S." (2020).  Lo cual sugiere que los profesionales de la psicología y la sociología van a tener que ponerse las pilas para identificar lo mejor posible las razones y mecanismos que hay detrás de todo este movimiento. 

En todo caso es importante que las investigaciones se hagan desde todas las perspectivas que pueden aportar valor y hay una que considero especialmente interesante, la de la motivación (la protagonista de uno de mis últimos libros, "El poder y la ciencia de la motivación"). En este post quisiera hacer algunas reflexiones personales en este sentido, como pequeña y personal aportación a todo este tema.

Al interpretar los comportamientos humanos en términos de motivación hablamos de conocer aquello que nos impulsa a desear y decidir hacer ciertas cosas. Hay diversos enfoques para intentar explicar la motivación y el que he seleccionado para mi libro se basa en considerar que la motivación es lo que nos moviliza para satisfacer un conjunto limitado de deseos o necesidades básicas. Por lo tanto, gran parte de nuestros comportamientos estarían dirigidos hacia ese fin último, el de la satisfacción de esos deseos o necesidades, que serían los catalizadores primarios de buena parte de nuestras decisiones. 

Algunos autores han sintetizado dichos deseos y necesidades, de forma que podemos tener una lista bastante manejable de ellos. Los investigadores que durante los últimos años han conseguido más respaldo en este sentido son Deci y Ryan, con su teoría de la autodeterminación y sus tres necesidades psicológicas básicas, la autonomía, la competencia y las relaciones (estudio, estudio). Sin embargo, bastantes autores creen que ese enfoque podría ser demasiado genérico y dejaría fuera una buena cantidad de otros deseos y necesidades (estudio, estudio). Para completar la lista, se puede recurrir al trabajo de otro experto sobre la motivación, Steven Reiss, que durante sus años como investigador en este tema llegó a sintetizar 16 deseos básicos (estudio). Y como explico pormenorizadamente en el libro, si integramos las ideas de estos dos enfoques, podríamos disponer de una veintena de deseos y necesidades con la que podríamos intentar explicar la motivación humana. 

Conviene dejar claro que estamos hablando de sentimientos y percepciones, de deseo y motivación, es decir, de una perspectiva esencialmente emocional. Posiblemente después intentemos justificar nuestras decisiones con argumentos ad-hoc supuestamente basados en la razón, especialmente si nos genera disonancia cognitiva, pero desde esta perspectiva el hecho de  sentirse motivado a hacer algo y lanzarse a hacerlo estaría impulsado primordialmente por las emociones. 

¿Y cómo se relacionaría todo esto con las teorías de la conspiración y tendencia de algunas personas de ir siempre "a la contra"? Pues bien, si seguir este tipo de posicionamientos y moverse en entornos en los que se utilizan es capaz de satisfacer algunos de estos deseos y necesidades, habrá muchas personas que se sentirán especialmente motivadas a seguir este camino. 

Para explicarlo mejor, a continuación enumero y describo brevemente algunos de los deseos y necesidades identificados en las teorías de Deci, Ryan y Reiss y cómo el creer en las teorías de la conspiración podría dar respuesta a la satisfacción de las mismas:

Autonomía: Es la necesidad de sentirnos libres, autónomos, que tenemos capacidad de tomar decisiones y que controlamos nuestro futuro y lo que ocurre a nuestro alrededor. Las teorías de la conspiración pueden ayudar a satisfacer esta necesidad porque suelen ser contrarias a los paradigmas existentes y el hecho de ir "a la contra" de lo que hace la mayoría nos puede hacer sentir que estamos "fuera del rebaño", tomando decisiones más autónomas. 

Competencia: Es la necesidad de sentirnos especialmente buenos, hábiles o capacitados en alguna cosa, con una competencia superior a la media. Las teorías de la conspiración suelen explicar problemas complejos con planteamientos básicos y fáciles de entender, "la verdad revelada", lo cual puede dar una percepción de gran competencia y de una inteligencia y cognición por encima de la media (y de la real).

Estatus, protagonismo: Es la necesidad de que los demás nos vean como alguien único, diferente, de cierto nivel. El hecho de posicionarse de forma diferente a la de la mayoría y de conocer la "verdad revelada",  aportan un sentimiento de exclusividad, de estar por encima, de ser especiales.

Curiosidad: Es la necesidad de explorar y conocer cosas, de recabar información y conocimiento. Gran parte de la gente que cree en teorías de la conspiración suele ser bastante curiosa y las conspiraciones les resultan interesantes, llamativas y atractivas, ya que suelen ser bastante sorprendentes y explican prácticamente cualquier cosa de forma sencilla y didáctica, aportando respuestas a casi todas las dudas que se puedan tener.  

Mejorar sociedad: Es la necesidad de hacer cosas que pueden ser positivas y buenas para la sociedad, especialmente para "los nuestros". Las teorías alternativas y de la conspiración suelen centrarse en interpretar y buscar el origen de grandes problemas, dificultades, crisis, etc, Esto hace que quienes las siguen puedan sentirse como "salvadores" de la sociedad, conocedores de "poderosas" soluciones y reveladores de la "verdad oculta".

Pertenencia a grupo: Es la necesidad que tenemos de formar parte de un grupo, de un colectivo, de sentirnos aceptados y cuidados por sus miembros, protegidos frente a "grupos enemigos". Creer en este tipo de teorías, que casi siempre culpabilizan a otras personas de un problema, facilita la identificación grupal, la diferenciación entre "ellos" (los malos) y "nosotros" (los buenos). También ayuda a crear una interpretación de la realidad común, lo cual genera una cultura de grupo y refuerza el sentimiento de unidad, que durante los últimos años se ve reforzada mediante la comunicación a través de las redes sociales.

Como se puede apreciar, los alicientes para ir "a la contra" y creer en teorías alternativas o de la conspiración son muchos. Así que si se disemina información falsa con este tipo de planteamientos (normalmente en forma de bulos y explicaciones erróneas) con narrativas del tipo "verdad revelada" y "ellos vs nosotros", resultará muy atractiva para muchas personas. Y la utilizarán para construir su forma de entender la realidad y el mundo que les rodea

Para explicar todos estos  mecanismos y procesos y enlazarlos con las fuentes de información que los alimentan, en la siguiente figura he intentado representar de forma visual todas las ideas y sus relaciones y conexiones : 



En resumen, para algunas personas ir "a la contra" y creer en teorías de la conspiración resulta motivador y satisfactorio, refuerza su personalidad y les hace sentirse mejores, así que las integran en su forma de pensar. Hasta  que acaban formando parte de los pilares en los que se sustenta su interpretación del mundo y de lo que les rodea. Por eso resulta tan difícil combatirlas, porque hay que destruir toda esta compleja estructura y ofrecer a esas personas "algo mejor", es decir, interpretaciones de la realidad que les aporten los mismos o incluso mayores "beneficios emocionales".

Quiero aclarar que todo esto no son más que reflexiones personales y propuestas de interpretación, posiblemente muy discutibles, pero que son coherentes con bastantes de las conclusiones de recientes publicaciones científicas sobre este tema, como las siguientes:
De cualquier forma, es un tema del que no se sabe demasiado y sobre el que queda mucho por investigar, como se explica en la revisión sistemática "A Systematic Review and Meta-Analysis of Psychological Research on Conspiracy Beliefs: Field Characteristics, Measurement Instruments, and Associations With Personality Traits (2019). 

Un área de trabajo sin duda interesante.

1 comentario:

MBC dijo...

Me pregunto hasta qué punto estos mecanismos son diferentes a los que usa cualquiera que tenga "fe ciega" en su capacidad de discernimiento entre lo real y lo ficticio. También sería interesante concretar qué es exactamente una teoría de la conspiración; siempre me ha parecido una forma rápida y convenientemente sencilla de explicar situaciones complejas para sentirse en el bando correcto, despreciando al "ignorante" desde una perspectiva de "ya lo sé todo"... ¿Hasta qué punto somos conscientes de nuestros propios sesgos?