Que insistencia, oiga. Y dale con que nadie ha demostrado que no funcionen. Si hubiera que demostrar todas las tonterías, el tiempo necesario sería infinito.
Pero bueno, venga. Vale que no es un superestudio científico (los científicos que hacen estudios de verdad se cachondean del tema y dicen que ellos no le dedican ni un minuto a estas bobadas), pero gracias a Menéame me ha llegado información de otra prueba diseñada por gente imparcial (unos periodistas) realizada sobre un grupo de personas independientes. El reto era este: Se mete en el bolsillo de cada una de las personas una tarjeta, pero sólo una de ellas es una Power Balance (¡sí, también hay tarjetas y pendientes yo que sé qué mas!). La persona no sabe si su tarjeta es "la buena". Y un vendedor de pulseritas y demás powertimos, experto además en demostrar su milagroso efecto, muy dicharachero y optimista como podéis ver en el vídeo, hace las pruebas pertinentes y que considera oportunas para adivinar quien tiene la "de verdad". El gachó acepta encantado, claro, ¡le van a decir a él quién porta tal maravilla!
Pues bien, atentos al vídeo, sobre todo a partir del minuto 3. Está en inglés, pero se ve perfectamente lo que pasa: No da ni una y hace el más espectacular de los ridículos.
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