Los excesos de las pasadas fiestas y alguna que otra costumbre poco saludable me han obligado a retomar por una temporada las recomendaciones
que cuento en la sección sobre dietas bajas en carbohidratos. La situación no es todavía crítica, pero la tendencia empezaba a ser preocupante. Y al ponerme a ello, he vuelto a recordar la parte más dura de esta dieta: los desayunos. Sobre todo en al primera fase, al tener restringidos radicalmente todo tipo de carbohidratos, no se puede tomar leche ni dulces, lo que complica sobremanera el desayunar algo con lo que te sientas satisfecho. Vale que puedes comer jamón, queso, huevos revueltos, etc, pero el cafecito con leche o el colacao con galletas o bollos se echan demasiado de menos.
A base de rebuscar por supermercados, he encontrado algo que puede ayudar a sustituirlos. No es lo mismo, claro que no, pero pueden hacer ese corto periodo un poco menos doloroso por las mañanas.
Sustituto del café con leche:
Haz café descafeinado y mézclalo con bebida de soja sin azúcar (leche de soja). Cuidado, que la mayoría de las bebidas de soja, como saben un poco amargas, tienen azúcar. En
este informe de la revista Eroski (
aquí en pdf, con tabla comparativa) tienes un buen análisis de varias, tres de ellas sin azúcar. Yo compro la de Granovita, tiene menos de un gramo de carbohidratos por cada cien. Luego, si te gusta dulce, puedes añadir edulcorante.
Sustituto del colacao:
A la misma bebida de soja añádele cacao puro sin azúcar y edulcorante. Puedes encontrar el cacao en grandes superficies (Valor tiene uno) y en tiendas de dietética.
Sustituto de las galletas o bollos:
Para hacer una especie de bizcocho, sigue esta receta: Muele unas 12 cucharadas soperas de lino. Mezcla en una batidora 6 huevos, un chorro largo de aceite de girasol, edulcorante equivalente a 8-10 cucharaditas de azúcar, una cucharada y media de cacao puro sin azúcar y un sobrecito de levadura en polvo. Añade el lino molido y bátelo todo. Viértelo en un recipiente de unos 2 litros y mételo al microondas al máximo durante 10 minutos. Queda como ves en la foto de debajo, no es que sea el bizcocho de la abuela, pero no está mal. Lo puedes acompañar con margarina o mantequilla, para darle algo de gracia.
Aunque te parezca sorprendente, lo más complicado de esta receta es moler el lino. Con un molinillo de cuchillas, típico de café, no podrás hacerlo (al menos yo no he podido). Necesitarás un molinillo de muelas (fácil de encontrar pero algo más caro) o alguna máquina multifunción potente.