Pero ¿qué tratamiento pediculicida es el más eficaz para quitar los piojos?

Reconozco que el artículo anterior sobre los piojos era demasiado generalista, poco concreto y aportaba escasas soluciones. Y supongo que más de uno se habrá quedado con la duda: Pero entonces, ¿qué tratamiento o insecticida es el mejor? ¿Es que no hay estudios claros?

Pues yo también me he quedado con las ganas, así que he seguido buscando. ¡Guerra a los piojos! Y la revisión más detallada que he encontrado es la de Ian F. Burgess, director e investigador del Medical Entomology Centre, que amablemente me ha enviado la versión completa de su estudio publicado en 2011 "Head Lice". Tampoco está nada mal (y accesible completo) el ya comentado anteriomente "Pediculus humanus capitis: an update" (2008).

De niña a mujer, versión piojo. Sí, da mucho asquito.

Veamos qué nos cuenta:
En su documento realiza un detallado repaso de toda la evidencia científica existente para cada uno de los tratamientos existentes, analizando los estudios que hay para cada uno, incluso los comparativos entre ellos.

El resumen sigue siendo bastante desalentador, parece que matar los piojos es relativamente fácil, pero las liendres son otra historia. No parece que haya ningún tratamiento realmente eficaz y el rigor y fiabilidad de los estudios es muy pobre. Pobrísimo, diría yo.

Estos podrían ser las conclusiones para cada uno de los agentes o principios activos:

• Malatión (Malathion): Eficacia muy variable, con ratios de erradicación que pueden oscilar entre el 30 y el 90%. Mejor que la fenotrina, la permetrina y el peine antipiojos.
• Permetrina (Permethrin): En algún estudio obtiene resultados de gran eficacia, pero son muy pocos. Sin estudios con comparaciones significativas con otros.
• Dimeticona (Dimeticone): Parece ser el más efectivo, por encima de la permetrina y la fenotrina, pero sin demasiada seguridad. No hay más estudios comparativos.
• Fenotrina (Phenothrin): Resultados similares a dimeticona, pero con muy pocos estudios.
• Piretrina (Pyrethrum): Sin estudios que permitan sacar conclusiones.
• Lindane: No hay estudios que demuestren su eficacia. Puede ser tóxico y dañino para el sistema nervioso central.
• Isopropil miristato (Isopropyl myristate): Puede ser más eficaz que permetrina y piretrina. Pocos estudios  y resultados variables.
• Alcohol bencílico (alcohol benzyl): Eficacia razonable, aunque con resultados bastante variables, así que difícil sacar conclusiones. Sin comparaciones con otros.
• Spinosad: Podría obtener mejores resultados que permetrina, peor hay una evidencia muy escasa.
• Hierbas y aceites (aceite de coco): En algún estudio aparece más eficaz que la permetrina, aunque con resultados muy variables. No hay más estudios.
• Peinado con peine antipiojos: Resultados muy variables y contradictorios, muy pocos estudios y con poca eficacia.

Como podéis ver, un pastel, vamos. El tema está muy chungo, pocas conclusiones pueden sacarse. En el sector del tratamiento anti-piojos hay menos ciencia y menos eficacia que en los planes políticos de Rajoy.

Si tuviera que inclinarme por alguno, estaría entre los tres primeros, quizás más por la dimeticona; el propio Burgess realizó un estudio con esta sustancia con bastante buenos resultados, así que podría ser una buena opción. Pero a uno siempre le queda la duda de la imparcialidad y el posible sesgo en estos estudios, a menudo pagados por las empresas que los venden.

Para terminar, insistir en que sanitariamente el tema de los piojos no tiene ninguna relevancia. Pero si seguimos hablando de ellos creo que principalmente es por una razón: Por el tamaño del bicho. Realmente, convivimos con otros muchos seres en mucha mayor cantidad y les dejamos relativamente tranquilos. Por ejemplo, en nuestras casas y ropas hay millones de ácaros (vea su foto a la derecha, sacada por un servidor con un microscopio), igualmente repugnantes y bastante más molestos por la alergias que suelen provocar sus heces. Pero como son más pequeños y no se ven, no nos obsesionamos con ellos.

Pero claro, observar un bicho moviéndose con soltura por la cabeza de tu hijo como que da mucho repelús. Aunque no haga nada. Escalofríos me entran de pensarlo, oiga.