Ayer estaba en casa por la tarde y como disponía de unos minutos de descanso, se me ocurrió, inocente de mí, encender la televisión y zapear un poco. En menos de quince minutos, me dí de morros con estos cuatro reportajes:- Un artista que curaba enfermedades y dolencias mediante abejas, haciendo que estas piquen (y mueran, en consecuencia, como toda abeja tras picar) a los enfermos en puntos de acupuntura específicos.
- Un joven técnico que, con cara adusta y seria, hablaba de la importancia de la Geotoxicidad, o algo así, refiriéndose a la relación entre los campos magnéticos terrestres y nuestra salud.
- Un anciano que explicaba como le habían estafado más de 2000 euros vendiéndole un aparato de imanes, que, según sus creadores, le iba a aliviar sus dolores.
- Unos funcionarios del Gobierno Vasco, que ante varios casos de cáncer recientes, contrataron a una especie de zahorí para que les aconseje sobre cómo mover y orientar sus puestos de trabajo para evitar supuestos riesgos con campos magnéticos malignos.
Lo sé, es mi culpa. Prometo no volver a encender la tele a esas horas...
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