El primero y principal, por llevar la contraria. Como todos los medios hablaban de ello, y suelo escribir sobre cosas más olvidadas, poco había que decir.
El segundo, porque estaba un poco indignado con las razones que había empujado a todos estos medios a contarnos cosas del LHC. Seamos sinceros, el impacto mediático era consecuencia de las amenazas habituales de algunos gilipollas, que habían pronosticado que sería el responsable del fin del mundo. Y ¿cómo iban a dejar de avisarnos los telediarios y periódicos gratuitos de este magno evento?
Bueno, pasada la oleada, me quedo con tres miradas a lo que se ha dado en llamar el mayor experimento científico nunca realizado:
- El blog de Eliax, en el que su redactor nos contaba minuto a minuto la puesta en marcha, y cómo se emocionaba hasta llorar.
- Google ese día incluyó el LHC en su buscador.
- Oscar Terol ha construido su propio acelerador de partículas y nos enseña en un vídeo cómo funciona y cual fue el origen del universo. Impagable.
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