No sé si se trata de un caso más de este tipo, pero este artículo de El Mundo me he emocionado y todo. Parece más serio. Si se cumple lo que está adelantando el profesor Claude Wischik, en 10 años el Alzheimer habrá pasado a la historia. La enfermedad que afecta a unos treinta millones de personas en el mundo, que convierte sus últimos años de vida en una pesadilla interminable y a sus familiares en un infierno, podría pasar a ser precisamente eso: Sólo una pesadilla del pasado.
(...) hicimos el último estudio en 321 pacientes y durante 19 meses. En ese tiempo, en los pacientes que tomaron Rember apenas se produjo declive psíquico. Fue un 91% menor que el de aquellos pacientes a los que se les suministró una medicina inocua.
(...) Rember es mejor que cualquier otra cosa que se haya hecho nunca. Y es sólo la primera generación de una familia de fármacos que estoy seguro de que terminarán con la enfermedad de Alzheimer.
(...) En ratones fuimos capaces de hacerlo. Y estoy seguro de que en seres humanos también podemos hacerlo, pero necesitamos aquilatar la dosis. Estamos trabajando ya en la segunda y en la tercera versión de Rember, que podrían estar quizá en el mercado en 2014 y 2018.
(...) estamos trabajando no sólo en la primera generación de Rember sino también en la segunda y en la tercera. Necesitamos más recursos y más investigadores pero en mi opinión entre 2016 y 2018 el Alzheimer será sólo una pesadilla y habrá acabado.En este otro artículo de ABC del mes de julio hay más detalles de la investigación. Lo que me extraña es no encontrar más información en inglés en la red, casi toda la que hay está en español.
Ojalá que hoy, día mundial del alzheimer, sea el primero de la cuenta atrás de esos diez años de los que habla Wischik. Habrá que seguir de cerca sus estudios y espero que, si todo lo que dice es cierto, no les falten recursos para sus investigaciones. Si no fuera así, significaría que muchas cosas funcionan muy mal.
1 comentario:
Soy nuevo en esto de sufrir la enfermedad, apenas 6 meses. Mi madre es la que la padece y los demás la sufrimos en muy distintos grados. Lo que omite el artículo es que seguiremos dependiendo de un diagnóstico "a tiempo". Tras muchos años tratándola por depresiones, el cuarto especialista que la vió -la llevamos a uno de pago, pues ya no nos creíamos lo de la depresión- nos dijo que era alzheimer, y que estaba en fase 2 muy avanzada (la enfermedad tiene 3)
En el artículo nos hablan de paralizar el avance de la enfermedad, por eso se hace más necesario que nunca un diagnóstico temprano. De no ser así, el medicamento puede suponer "sólo" una condena de muchos más años para los cuidadores.
A alguien le puede resultar desalmado el comentario, pero en ocasiones hay que pensar no sólo en el enfermo sino en los que le quieren y le cuidan. Me temo que se abrirá un nuevo dilema del estilo de la eutanasia: ¿Quién decide si el enfermo debe tomar o no dicho medicamento? ¿El enfermo o el que pasa 24 horas al día con él?
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