26.7.12

¿Por qué no reaccionamos?

Me temo que la situación que estamos viviendo es solo el principio de unos cuantos años de sufrimiento económico. No tengo datos para afirmarlo ni soy ningún experto, pero visto lo que ha pasado durante los últimos 3-4 años, es lo que pienso.

Una de las cosas que más sorprende a algunos es la falta de reacción de la sociedad. Un porcentaje de paro brutal, ajustes día sí y día también, desahucios, embargos, impagados, aumento de los impuestos y reducción de las prestaciones más básicas... Los más veteranos nos miran y nos preguntan asombrados: pero ¿por qué no hacéis nada? ¿Qué tiene que pasar para que reaccionéis?

He leído todo tipo de justificaciones y explicaciones al respecto: El miedo, el no haber legado todavía al límite, consumismo y comodidad excesiva, una generación no luchadora, no hay valores y compromiso "como los de antes"... Puede que todas ellas tengan algo de razón, pero yo pienso que hay un  factor clave por el que no existe una reacción masiva y con cierta coordinación: La necesidad de un enemigo  claro contra el que ir y, quizás también, de una víctima evidente con la que sentirse identificado. Aunque creo que sobre todo es el primero, la figura de algun responsable directo de todos los males.

Me explico: Para que un ser humano proteste, se revuelva y se rebele psicológicamente necesita un responsable directo de su situación. Lo vemos a menudo, por ejemplo, cuando alguien sufre una gran desgracia. Le resulta imposible asumir que su infortunio sea simplemente por que le ha tocado, muchos se obsesionan con encontrar una razón que lo explique (lo que en muchas ocasiones conlleva apoyarse en puntos de vista religiosos o más allá de la realidad) y dedica una enorme cantidad de esfuerzo y energía a luchar contra ello (aunque a menudo sea una batalla destinada al fracaso).

Así que en mi opinión, en este momento el problema es que en esta crisis no hay un oponente contra el que levantarse. Incluso los gobiernos más conservadores quedan como títeres ridículos que intentan salvar el barco (con mejores o peores estrategias, como es nuestro caso) en esta enorme tempestad, incapaces de decidir bajarse del barco y fletar una nueva nave.

Así que, si realmente queremos cambiar las cosas y construir una sociedad nueva, necesitamos adversarios claros, con nombres y apellidos. Que estoy seguro que los hay. Y también ver más a las víctimas. Así que por mi parte animo a periodistas, divulgadores y analistas a que investiguen, que consigan datos, con nombres, con apellidos, incluso con caras, que nos digan repetidamente quién se esta beneficiando de todo esto, cómo, en qué medida, con detalles y con qué consecuencias. Sin descanso y sin tregua, porque, por desgracia, el exceso de información nos ha desensibilizado ante las noticias. Para que podamos levantarnos y plantarles cara, mirándoles a los ojos, y jugando limpio y con honestidad, conseguir que sean ellos quienes tengan miedo.

No va a ser fácil. porque son bastantes, porque son muy inteligentes y saben cómo camuflarse y pasar desapercibidos. Y porque han montado el sistema para que vivamos en el miedo, pensando que si pierden ellos, perdemos todos, como llevan haciéndolo siglos y siglos. También puede ser que, como comentaba en un artículo anterior, no sea más que una consecuencia del hijoputismo innato humano, y que nosotros haríamos lo mismo en su lugar. Puede ser.Pero creo que hay dos cosas que nos distinguen de los animales irracionales: El respeto por nuestros semejantes (y otros seres vivos) y la curiosidad por saber cada vez más. O al menos, esos creo que deberían ser los dos valores básicos de la humanidad. Así que hay que mirar más allá y empezar a hacer planes a medio-largo plazo para orientarnos hacia una sociedad basada en esos principios. Identificando y reinsertando a quien haga falta durante el camino, limpiando la basura que estamos generando y erradicando cuanto antes el dolor y el sufrimiento.

Así que es hora de que identifiquemos qué y quiénes lo están impidiendo. Cuanto antes.

21.7.12

Preciosas fotos astronómicas en Wired

Siempre la "Wired Science Space Photo of the Day" es sorprendente. A veces, como hoy, de forma especial.

Aquí van unas cuantas:

Agujero en Marte

Dunas en Marte

La ISS con la Luna y la Tierra

Nebulosa del Angel

Colisión galáctica

Nebulosa Carina

En este enlace muchas más.

17.7.12

Los culpables de las desgracias de la humanidad: Los hijoputas

Si hubiese leído este artículo hace cinco años, supongo que me habría parecido una broma algo sofisticada, me habría reido un rato y lo habría olvidado rápidamente, sin más. Pero después de leerlo hace unos días, estando como está la situación económica, todavía le sigo dando vueltas y preguntándome si tiene más fondo del que parece.  Copio pego algún trozo como muestra (pero recomiendo leerlo completo):

"Si usted abre el diario de cualquier día en cualquier página, se dará cuenta de que la mayor parte de las desgracias en el mundo son causadas por la hijoputez humana.

La humanidad está llena de hijos de puta y el sufrimiento inflingido a ella por estos es muchísimo más grave que los desconsuelos ocasionados por el cáncer, la lepra y el alzheimer juntos

Los científicos del campo de la biología hemos notado que cuando una característica es universal porque ésta tiene raíces biológicas. Por otro lado, si se fija usted, nosotros los seres humanos hablamos en idiomas distintos, pero eso es un rasgo cultural, no es biológico. Sin embargo, como especie todos dormimos, lloramos o podemos llegar a ser hijos de puta, lo cual configura estas características como biológicas"

Así es, habla de la posibilidad de la investigación para erradicar a los hijos de puta. Refiriéndose a personas con comportamientos hijoputiles, claro, no a cuestiones familiares. Tras leer en este otro enlace a la crítica del libro (¡sí, hay un libro!), del que no habla precisamente mal, hasta me están dando ganas de comprármelo.

Puedes conocer un poco mejor al autor de todas estas ideas en este vídeo:



¿Broma o genialidad?

8.7.12

Ser friki

Tengo un amigo - llamémosle Juan - a quien le gusta mucho el ajedrez. Más que gustarle, yo diría que le apasiona. No es que se dedique a ello, ni mucho menos, pero es una actividad que llena su vida de una forma u otra. Realmente él es operario en una fábrica, pero su mente está gran parte del día en otro sitio, con peones, alfiles y caballos.

Cuando se levanta, mientras se prepara el desayuno lee en internet sobre las últimas noticias en los diferentes campeonatos que hay en el mundo. Está al día de todos los torneos que se juegan y sabe la clasificación de cada jugador. En el trabajo, esa fábrica impersonal de producción automatizada, tiene la suerte de que en su misma sección haya otro gran aficionado. Todos los lunes cuando se ven por la mañana comentan los resultados del día anterior y las diferentes jugadas y estrategias que siguieron los maestros ajedrecistas, adornándolas con sus consejos y recomendaciones.Ninguno es un gran jugador de ajedrez, de hecho las pocas veces que juegan suelen perder con facilidad, pero viendo las jugadas de maestros siempre se les ocurren variaciones interesantes. No solo hablan de ajedrez mientras trabajan, en la comida el tema suele salir a menudo, si no es sobre jugadas y torneos, es sobre la vida privada o fortunas de algunos de los campeones, que también tienen su punto excéntrico. O también sobre piezas y tableros especiales, de coleccionista o exclusivos. O incluso se suelen extasiar largos minutos con repasos históricos de jugadas antiguas, los últimos programas informáticos de simulación o de supuestas conspiraciones maquinadas por gobiernos de más allá del telón de acero utilizando a superdotados ajedrecistas soviéticos.

Juan también fuera del mundo laboral tiene su espacio para el ajedrez. Cuando estudiaba en la escuela se hizo miembro de un Club Ajedrecista que le permitió hacer bastantes amigos con los que ha podido relacionarse todos estos años. Además, el club desarrolla muchas actividades y le da gran cantidad de oportunidades de enriquecer su vida social. Por ejemplo, las quedadas para tomar algo, jugar unas cartas o irse de excursión son muy habituales. Eso sí, siempre con el ajedrez de fondo, que es el aceite que engrasa la relación de todos los miembros y el tema de conversación casi omnipresente.

Juan tiene un hijo, Iván, al que le ha querido inculcar su afición. Cuando todavía sujetaba con dificultad los juguetes y sonajeros le regaló sus primeras piezas de ajedrez, fabricadas en una especie de plástico bastante esponjoso, para que se fuera familiarizando con cada figura. Para cuando el niño empezó a  leer, ya conocía perfectamente cada una de ellas y sus movimientos específicos. Al ver que al niño el juego se le daba bastante bien y que apuntaba maneras, le inscribió en el Club de Ajedrez en cuanto se lo permitieron, con ocho años recién cumplidos.

Durante los primeros años Iván iba al club simplemente a divertirse, tal y como un niño lo entiende. Juan le acompañaba siempre, sobre todo en los pequeños torneos infantiles que se organizaban entre los diferentes clubs, animándole y aconsejándole. Le dejaba disfrutar, pero aprovechaba cualquier ocasión para darle recomendaciones y enseñarle estrategias, algunas de ellas todavía imposibles de entender para un niño tan pequeño, pero Juan pensaba que le serían útiles para el futuro.

Evidentemente, los cumpleaños o reyes siempre han sido una excusa magnífica para regalarle a Iván objetos relacionados con la afición que su padre le ha inculcado. Infinidad de tableros, figuras de todo tipo, libros adaptados a su edad, programas de ordenador y juegos para la consola... La verdad es que a Iván le gustan un montón todos estos regalos, porque en el fondo es capaz de hacer cualquier cosa para ver a su padre sentirse orgulloso de él.

Toda esta actividad les ocupa una gran cantidad de tiempo. Las reuniones y entrenamientos del club y el desplazamientos a los torneos requieren de dos-tres días a la semana. Pero no se limitan a eso, los fines de semana es bastante habitual que Juan se descargue de internet partidas famosas o recientes (ya que es imposible encontrar programas de TV con contenidos sobre ajedrez) y las ven y comentan juntos. ¡Personalmente Juan se pasa tardes enteras viéndolas! Incluso cuando se van a la playa o al monte a pasar el día con amigos siempre lleva un pequeño ajedrez de bolsillo y aprovechan cualquier ocasión, por ejemplo mientras se prepara la comida o cuando otros echan la siesta, para echar una partida o practicar unos movimientos y jugadas con otros niños.

Supongo que compartirás conmigo que Juan es un poco "friki", como se dice ahora. O excéntrico, o chalado del ajedrez, incluso obsesionado. Como quieras llamarlo. Dedica muchísima parte de su tiempo y una enorme cantidad de sus pensamientos a su hobby. No hay muchas personas como el, con esa dedicación tan intensa y profunda a una afición..

Aunque espera un poco... prueba a cambiar las palabras "ajedrez" y "ajedrecista" por "fútbol" y futbolista" respectivamente y relee el texto anterior. Y piensa en la gente que te rodea. ¿Realmente no conoces a una buena cantidad de gente que hace cosas muy parecidas?

Aunque no sé si es lo mismo, claro. Se me ocurren unas cuantas diferencias entre el ajedrez y el fútbol:

- El ajedrez es una actividad intelectual, no de habilidad o física.
- Aunque es fundamental tener cualidades naturales, en el ajedrez el duro entrenamiento y la práctica sin descanso es la clave para poder llegar a ser un campeón reconocido.
- Los clubes de los jugadores de ajedrez no ganan sumas desorbitantes por traficar con sus jugadores.
- El ajedrez no mueve cientos de millones en publicidad.
- Los jugadores de ajedrez no suelen disfrazarse y vestirse de colores para jugar.
- Los campeones de ajedrez no suelen celebrar sus victorias medio borrachos ante millones de espectadores.
- Sus seguidores no celebran las victorias chillando por las calles y también emborrachándose.
- Los seguidores de un jugador no van a un campeonato a pasarse media partida insultando a su contrincante o a los jueces.

¿Quién es el friki?