A la mayoría de las personas los insectos les dan asco. No sé cuánto de cultural y cuánto de instintivo hay en esta reacción, sobre todo viendo cómo nos ponemos en navidad a langostinos o caracoles, unos bichos que no tienen nada que envidiarles en asquerosidad. En algunas culturas se comen langostas, saltamontes y hormigas con parecido disfrute, así que no deberíamos cerrarnos a nuevas fuentes de proteínas y nuevas experiencias...culinarias. Dejando a un lado el aspecto alimenticio, siempre controvertido cuando las costumbres son muy dispares, lo cierto es que en occidente no nos gustan los bichos. ¿Y se puede hacer algo para luchar contra esta mala imagen?
Sí, se puede. Algunos ya lo están haciendo. Estamos acostumbrados a ver a los fotógrafos hacer verdaderos milagros y transformar a hombres y mujeres de lo más normales en envidiadas bellezas, haciendo de la fotografía pura técnica y profesionalidad, e incluso arte. De la misma forma, son capaces de hacerlo con los insectos, hasta convertirlos casi en joyas. Como estas.
Más en este enlace, igual de espectaculares.
Visto en iBytes.
3 comentarios:
A mi han sido mis hijos quienes me han enseñado a valorarlos a fuerza de ir al campo a observarlos, y en ocasiones a adoptarlos, como el ciempiés de diez centimetros que ahora tenemos de invitado en casa.
http://youtu.be/wRDy8Dl4m44
¡Hay, que cansino es el pseudoperiodismo sobre dietas y que pocos escrúpulos tiene algunos para hacer negocio...!
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