Dice en la descripción del vídeo que son vídeos grabados a 1.000.000 de imágenes por segundo. No sé si serán tantas, pero ver las balas a esa velocidad, destrozando de todo, es sencillamente alucinante.
Según lo veía, me acordaba de quienes diseñan las balas para "mejorar" su poder destructor. Pérez-Reverte decía en unos de sus libros:
"La bala retozona del 5.56, esa misma que hace zigzag y en vez de salir por ahí sale por allá o hace estallar el hígado, se comporta así porque un brillante ingeniero, hombre pacífico donde los haya, quizá católico practicante, aficionado a Mozart y a la jardinería, pasó muchas horas estudiando el asunto. Tal vez hasta le dio nombre -Bala Louise, Pequeña Eusebia- porque el día que se le ocurrió el invento era el cumpleaños de su mujer, o su hija. Después, una vez terminados los planos, con la conciencia tranquila y la satisfacción del deber cumplido, el asesino de manos limpias apagó la luz en la mesa de proyectos y se fue a Disneylandia con la familia."
Este texto me recuerda al Gerente de una empresa que conocí hace unos años por temas laborales. Era una gran persona, apreciado y querido por sus empleados y amigos, se preocupaba por cuidar a todo el mundo, cariñoso, padre ejemplar... Era emocionante verle animarte a tener muchos hijos mientras te contaba cómo perdió a uno de los suyos por una enfermedad. Pues bien, este señor, ingeniero, anteriormente había trabajado diseñando y produciendo armas, rifles y cosas de esas, y le brillaban los ojos cuando te contaba el proceso de fabricación o las características de alguna de ellas. "¿No te creaba cargo de conciencia ser quien diseñaba las armas?" Le pregunté una vez. "No quería pensar para que se utilizaban. Me apasiona el lado técnico de un arma, el resto lo aparto de mi mente"- me contestó.
2 comentarios:
Espectacular vídeo :o
Según lo veía, me acordaba de quienes diseñan las balas para "mejorar" su poder destructor. Pérez-Reverte decía en unos de sus libros:
"La bala retozona del 5.56, esa misma que hace zigzag y en vez de salir por ahí sale por allá o hace estallar el hígado, se comporta así porque un brillante ingeniero, hombre pacífico donde los haya, quizá católico practicante, aficionado a Mozart y a la jardinería, pasó muchas horas estudiando el asunto. Tal vez hasta le dio nombre -Bala Louise, Pequeña Eusebia- porque el día que se le ocurrió el invento era el cumpleaños de su mujer, o su hija. Después, una vez terminados los planos, con la conciencia tranquila y la satisfacción del deber cumplido, el asesino de manos limpias apagó la luz en la mesa de proyectos y se fue a Disneylandia con la familia."
Este texto me recuerda al Gerente de una empresa que conocí hace unos años por temas laborales. Era una gran persona, apreciado y querido por sus empleados y amigos, se preocupaba por cuidar a todo el mundo, cariñoso, padre ejemplar... Era emocionante verle animarte a tener muchos hijos mientras te contaba cómo perdió a uno de los suyos por una enfermedad. Pues bien, este señor, ingeniero, anteriormente había trabajado diseñando y produciendo armas, rifles y cosas de esas, y le brillaban los ojos cuando te contaba el proceso de fabricación o las características de alguna de ellas. "¿No te creaba cargo de conciencia ser quien diseñaba las armas?" Le pregunté una vez. "No quería pensar para que se utilizaban. Me apasiona el lado técnico de un arma, el resto lo aparto de mi mente"- me contestó.
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