30.11.24

Otro ejemplo de desinformación sobre la vacuna contra el virus del papiloma humano

Hace un tiempo describí tres ejemplos de desinformación antivacunas, todos ellos en torno a las vacunas COVID, ya que eran las vacunas de las que más se hablaba en aquella época. Aunque últimamente el interés por todo lo relacionado con las vacunas COVID se ha reducido notablemente, los antivacunas siguen estando muy activos, difundiendo todo tipo de desinformación dirigida a destruir la confianza en las vacunas. Y, viendo los nombramientos que está haciendo Trump, me temo que esta actividad incluso va a aumentar.

En España, lamentablemente, también hay personas de referencia en este sentido. Alguna con un perfil bastante contradictorio, porque al mismo tiempo que despotrica contra las vacunas, reconoce haber estado extremadamente grave al contraer COVID (1, 2), algo que posiblemente podía haber evitado vacunándose. 

Una de las "víctimas" habituales de los antivacunas suele ser la vacuna del virus de papiloma humano (VPH). Como ya mencioné en este extenso y detallado artículo sobre dicha vacuna, llevan una década haciendo afirmaciones alarmistas contra ella. Hace años alguien podía tomar en cierta consideración este tipo de comentarios, ya que no existían estudios de efectividad final a largo plazo (los estudios de efectividad final de una vacuna diseñada para prevenir el cáncer necesitan de muchos años, como expliqué también en el artículo). Pero los años pasan y los ataques continúan.

Uno bastante reciente se publicó hace unas semanas en X (antes Twitter), con el siguiente contenido:

Es solo un ejemplo, pero como me parece bastante representativo de la desinformación que se suele difundir, vamos a analizarlo.

En este caso se intenta rebatir un estudio sueco que concluye que tras la vacunación se ha reducido la mortalidad por cáncer de cérvix, con otro estudio que no detecta mejorías en la incidencia de esa enfermedad en Suecia. De hecho, durante el último periodo incluso detecta cierto aumento, como se aprecia en el gráfico. Y ese es el mensaje que se pretende transmitir, que la vacuna incluso podría haber sido contraproducente. 

¿Es así? Vayamos por partes.

Para empezar, esos planteamientos no son nuevos ni originales. En la web Children's Health Defense,  el chiringuito antivacunas montado por R.F. Kennedy (próximo ministro de salud de Trump) ya se publicó en 2018 un artículo con las mismas ideas y planteando teorías al respecto, basándose en los datos otro artículo  publicado en una revista científica. Pues bien, este segundo artículo fue revisado por expertos independientes (nada sospechosos de ser favorables a las vacunas) y concluyeron que el aumento de cáncer no tenía relación con la vacuna y que las sospechas no tenían ningún fundamento. Además, se detectaron irregularidades y errores en el mismo, por lo que finalmente fue retractado por el equipo editorial de la revista científica en la que se publicó. 

Y respecto al estudio sobre la evolución de la incidencia del cáncer cervical en Suecia del tuit anterior, lo cierto es que tampoco prueba absolutamente nada en este caso. 

En primer lugar, porque trata sobre la evolución de la incidencia del cáncer en general, por lo tanto no está diseñado de forma específica para analizar el efecto de las vacunas. 

En segundo lugar, porque sus datos no son válidos para ese análisis; llegan hasta el año 2014-2015. La vacunación contra el VPH de niñas en Suecia comenzó en 2007 y, como todos los expertos saben, hace falta entre 10 y 15 años  para empezar a detectar sus efectos, ya que el cáncer tarda mucho en desarrollarse y es muy poco frecuente en mujeres muy jóvenes (estudio). Por lo tanto, harían falta datos posteriores a 2015 (incluso mejor posteriores a 2020) para poder hacer algún tipo de análisis en ese sentido. 

Y en tercer lugar, ese tuit es parte un comportamiento habitual de cherry picking por parte de su autor, ya que difunde los estudios que confirman sus ideas antivacunas, obviando todos los que no lo hacen. De hecho, cuando se publicó el tuit en noviembre de 2024 ya había una buena cantidad de estudios específicos publicados en diversos países, que habían detectado una reducción de riesgo de cáncer de cérvix entre las mujeres vacunadas. Estos son los que yo he encontrado (y que él nunca ha difundido):
De hecho, hace unos días se publicó uno más, detectando también una reducción de la incidencia de cáncer entre las mujeres vacunadas en EE.UU.: 
Espero que este ejemplo sirva para ilustrar cómo suele ser la desinformación que se genera y difunde en contra de las vacunas. Casi siempre proviene de las mismas fuentes y puede parecer científica y basada en datos, pero no lo es. 

Y conviene recordar que muchos de los referentes en este tema no lo hacen desinteresadamente. Como ya expliqué en este otro post, con frecuencia suele haber importantes negocios e intereses detrás. 

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