29.4.11

Adivina el desfile

Salen a la calle disfrazados con trajes y máscaras, desfilan en grandes grupos, se mueven al ritmo de la música, hacen mucho ruido, algunos se exhiben con alguna parte del cuerpo descubierta y descalzos, pasean figuras e imágenes a las que adoran, algunos hasta se castigan, afloran sentimientos ocultos, la gente sale a las calles a verles...
¿Semana Santa u Orgullo Gay?

23.4.11

Imágenes para la Semana Santa

Cada vez me cansa más ver las tétricas procesiones de estos días, en las que grupos de creyentes extremistas se disfrazan para aterrorizar a los niños pequeños y, en algunos casos, hasta se fustigan en público para redimir sus pecados, o vaya usted a saber por qué otra cuestión freudiana. Hace tiempo, lo excepcional y extraño del espectáculo hasta me parecía que tenía su atractivo, pero cada año que pasa su trasfondo me huele a medieval y lejano a la razón. Por no hablar de los inconsolables lloros de los devotos que sufren por no ver pasear por las calles sus imágenes religiosas preferidas a causa de la lluvia. Devotos que, me temo, no lloran igual cuando presencian guerras, desastres y otras desgracias humanas, aunque tal vez sí cuando su equipo de fútbol pierde. Supongo que para ellos esta cruel precipitación meteorológica debe haber sido enviada por el demonio, porque si no, no se entiende tamaña falta de respeto. ¿Cómo es que Dios no puede controlar unas nubecillas de nada en este tan señalado día? En cambio, por otros lares, andan a la contra, los políticos instando a la ciudadanía a rezar para que llueva, pero ni por esas. Si es que esto no hay quien lo entienda...

A mí, estas imágenes que lloran sangre me sugieren cosas bastante poco amigables, pero como no suelo decir demasiados improperios en el blog, me reservo los epítetos. Unas imágenes que me emocionan en Semana Santa, y en navidad, y en carnavales, y cuando sea, son las de nuestro planeta ante la inmensidad del espacio. Como las que he encontrado en este enlace gracias a Menéame, sacadas desde la Estación Espacial Internacional:





18.4.11

Wonders of the Universe, documentales para ver estas fiestas

Aunque ya los referencié en un post anterior, como ya están completos en Youtube gracias a Docuciencia, voy a recomendaros de nuevo la serie de cuatro documentales producida por la siempre brillante BBC "Wonders of the Universe". Pueden ser una estupenda opción para ver estas fiestas al finalizar el día, en lugar de la basura que, sin duda, programarán en los infinitos canales de nuestros sintonizadores TDT. Como están en inglés y subtitulados en español, también te pueden servir para practicar idiomas. De cualquier form,a, disfrutarás, con sus impresionantes paisajes y espectaculares efectos especiales, acompañados de las explicaciones sencillas y accesibles del físico Brian Cox, un aspirante a nuevo Carl Sagan (de momento, dejémosle sólo en aspirante).

Estos son los enlaces a los cuatro capítulos:

Capítulo uno, Destiny, impresionante repaso del futuro y el fin del universo.

Y aquí el resto de partes de este capítulo: 2, 3 y 4.

Capítulo dos, Stardust. El origen de los elementos y la vida de las estrellas:

Y sigue con las partes 2, 3 y 4.

Capítulo tres, Falling, un recorrido por la gravedad y la relatividad:

Que sigue con las partes 2, 3 y 4.

Y capítulo cuatro, Messengers, en el que conoceremos mejor la luz y su trayectoria por el universo:

Que termina con las partes 2, 3 y 4.

Preferible verlos a pantalla completa y con el sonido amplificado. Otra delicia de la BBC.

5.4.11

El Método Gabriel, crítica y resumen. ¿Ciencia o sugestión?

Se acerca el verano y, como cada año, llegan nuevas dietas. Parece que en esta ocasión les toca a La Dieta Dukan y al Método Gabriel, y ya que uno es “aficionado” a estas modas (no por gusto), los libros correspondientes han pasado por mi mesilla (metafóricamente hablando). Y tras mi mesilla, como podréis imaginar, llegan al blog.
La primera es una dieta diseñada por el nutricionista francés Pierre Dukan y ha convertido en besteller su libro (de curiosa redacción) “No consigo adelgazar”. Es una dieta basada en proteínas, baja en carbohidratos y grasas con cuatro fases diferenciadas, al estilo Atkins o Montignac. En mi opinión, creo que es difícil y dura de seguir, aunque la comentaré en otra ocasión. La asociación de dietistas-nutricionistas, como suele hacer con todas las dietas de moda, ya le ha dado estopa en este comunicado.
A la que le voy a dedicar este post es a la segunda propuesta, la de Jon Gabriel. Y empezaré por su famosa foto de antes-después, que puedes encontrar por millones de sitios en internet:

¿Impresionante verdad? Y parece que sin Photoshop ni nada. Bueno, está claro que la tarjeta de visita del método es esa foto. Metámonos en harina, que el tema da para rato. Gabriel insiste en que su método no es una dieta. Es cierto. Lo que plantea es un estilo de vida centrado en  perder peso, pero nutricionalmente lo único que da son consejos muy genéricos. 
Los principios en los que se basa son los siguientes:
  • El autor utiliza la analogía de los programas FAT, que le impulsan a “querer estar gordo”. Diseñado en la prehistoria para acumular energía en momentos de escasez, interpreta diferentes circunstancias o factores habituales en la vida moderna como tales momentos de necesidad y piensa que lo mejor  para nuestra supervivencia es eso, comer y acumular grasas.
  • El primero de estos factores actuales culpables de activar los FAT, es el stress emocional o psíquico. Falta de afecto, inseguridad, problemas laborales, problemas de pareja, miedo, falta de autoestima.
  • El segundo factor es la falta de nutrientes. Aunque comamos en exceso, nuestro cuerpo sigue pidiéndonos más comida porque la calidad de los alimentos es escasa y no nos aportan todos los nutrientes necesarios.
  • El tercer  factor son otras carencias físicas: El sedentarismo, la falta de sueño, la deshidratación, la falta de luz y otros entornos que son también tóxicos, todo ello activa los FAT.
  • Y el cuarto factor son las toxinas. Según Gabriel, nuestro cuerpo usa la grasa y la acumula para protegerse de ellas .
Para combatir estos factores de activación de los FAT, los instrumentos que propone el método Gabriel son los siguientes:
  • Practicar la meditación (él lo llama SMART) utilizando la visualización y pensamientos positivos. Para ello aporta unas ideas básicas, un método sencillo de relajación y una grabación que hay que escuchar a diario durante un tiempo. Según su teoría, las imágenes de las visualizaciones son el mecanismo para comunicarse con nuestro cerebro animal.
  • Introducir obligatoriamente nutrientes necesarios en nuestra dieta: Proteínas, vitaminas, grasas y aceites esenciales y carbohidratos buenos, probióticos, azúcares esenciales … comer menos comida procesada y más ecológica.  Y quitar los malos: Carbohidratos refinados, grasas saturadas,  etc. Eso sí, no habla de cantidades máximas ni de limitaciones, ya que según él, al introducir nutrientes nuestro cuerpo dejará de “tener hambre” de los mismos y el  apetito se regulará adecuadamente.  
  • Beber mucha agua, pasear, tomar el sol, dormir bien, descansar de vez en cuando… consejos universales, vamos.
  • Eliminar las sustancias tóxicas de nuestra dieta. Medicamentos, aditivos, edulcorantes…
  • El ejercicio, aunque no es obligatorio en el método, se recomienda  fervientemente El que se aconseja no es uno intensivo dirigido a quemar calorías (se alerta del peligro del sobre-entrenamiento), sino uno que se parezca a la idea de “huir de un depredador”: Corto , estresante y que empuje al cuerpo a querer estar delgado (desactivar la FAT) para poder correr y sobrevivir.
Destacar que durante todo el libro, según vamos leyendo y profundizando en estos aspectos, la técnica psicológica de visualización se prescribe continuamente: Para ver nuestro cuerpo deseado, para evitar los alimentos dañinos, para relajarnos, para “animar” el ejercicio que hacemos, … Por otro lado, aunque sin duda el testimonio más impactantes es el del propio autor,  como en todos los libros para adelgazar encontrarás muchos otros testimonios. Nada que no hayamos visto en otros métodos.

MI OPINION: Buenos consejos, poca ciencia
Jon Gabriel llevó su sobrepeso a límites extremos y cuando finalmente vivió una experiencia reveladora y traumática relacionada con el atentado del 11S, su perspectiva sobre la vida cambió. Eso hizo que lo cambiara todo: Su país, su trabajo, su forma de vida y, por supuesto, su dieta. Conozco varias personas que han pasado por algo similar (aunque menos extremo), y que también, como consecuencia de esos cambios de paradigma,  adelgazaron de forma brutal. Y años después su vida es mucho más satisfactoria y mantienen el peso bajo.
Lo que quiero decir es que en ocasiones la sugestión y la determinación mental son más fuertes que cualquier otra cosa y dan lugar a estos impresionantes cambios. Depende del punto al que hayas llegado y si aparece algo o alguien especial, traumático, sorprendente, que te hace cambiar el chip. No dudo que Jon Gabriel cambió su vida, al igual que sus testimonios. Ni que sus consejos sean saludables, después de todo su método no describe más que lo que desde siempre se ha llamado “una vida sana”. La cuestión es si ese método, basado en suplementos alimenticios, añadir nutrientes y alimentos ecológicos, cambiar hábitos y, sobre todo, utilizar la visualización y la meditación, es capaz de motivar a una amplia proporción de obesos para que se mantenga delgado. Es decir, si realmente “es un método” que consigue resultados de forma sistemática. Está por demostrar.

Una de las formas de dar prestigio y rigor a una dieta es soportarla en principios científicos. Jon Gabriel lo intenta, pero en esto fracasa estrepitosamente. El primer guiño equivocado lo encontramos en su web, cuando se autocalifica como “investigador en bioquímica”. Al profundizar en este dato, vemos que lo único que Gabriel hizo hace años fue leer estudios y libros sobre metabolismo durante un tiempo, por su cuenta, además de acudir a un curso de bioquímica. No creo que eso sea como para considerarle investigador en bioquímica, sinceramente. Y su título oficial habla de ciencias económicas.
Aumentan las suspicacias cuando profundizamos en las referencias bibliográficas que aporta con profusión a lo largo del libro. Algunas son para confirmar aspectos ya conocidos hace tiempo del metabolismo, otras no son estudios rigurosos sino artículos diversos, y muchas son estudios muy primarios y en fases experimentales de los que poco se puede concluir: Realizados con ratas, en condiciones de laboratorio, poco representativas, con experimentos de fases muy inmaduras… Sin embargo Gabriel parece extraer de cada uno de ellos un teorema directo y aplicable a su método. Me parece que a eso en ciencia se le llama "buscar sólo los indicios que confirmen mi teoría”.
Algunos patinazos pseudocientíficos o místicos presentes en el texto tampoco son baladí a la hora de evaluar su rigor. Estos son algunos de ellos.
  • Referencias a los efectos nocivos de la radiación electromagnética y a la capacidad de las células grasas de absorberla (evidentemente, sin aportar ni una sola evidencia).
  • Uso de conceptos no demostrados del tipo "bloqueo de canales de energía" o "energía vital de alimentos".
  • Citas de teorías del místico Deepak Chopra y alabanzas de médicos de “medicina holística “ (es decir, pseudomedicina).
  • Nos aconseja “pedir ayuda y guía a un poder superior para bajar de peso y en la vida” (a gusto de tus  creencias).
El mejor ejemplo de desbarajuste científico está en el final del libro, la parte pretendidamente más técnica, en el capítulo en el que se dedica a explicar la supuesta ciencia que hay detrás de su principio de los “programas FAT” y por qué se activan o desactivan . Esta es su argumentación:
  • Gabriel basa toda su explicación científica en la existencia de “programas FAT” que se activan y nos impulsan a tener hambre y comer.
  • Para explicar esta activación, nos dice que el hambre depende del nivel y sensibilidad a la leptina (¿en qué quedamos, programas FAT o simple leptina?)
  • Diversos indicadores tales como cortisol alto, resistencia a la insulina, triglicéridos altos y citoquina proinflamatorias pueden estar relacionados con la resistencia a la leptina.
Pero a la hora de justificar todo esto, es decir, de cerrar el círculo y relacionar todo de lo que habla anteriormente (estrés, meditación, alimentos ecológicos, tóxicos, radiación, sed, etc.) con estos aspectos bioquímicos, los estudios rigurosos y fiables brillan por su ausencia. De nuevo se queda en referencias a experimentos con ratas y ensayos muy "de laboratorio".
También durante la lectura me han surgido algunas cuestiones que necesitarían aclaración: Si la falta de nutrientes y el estrés emocional nos hacen engordar, ¿qué hay de todos esos delgados, siempre estresados y agobiados y que se alimentan de pena? Conozco unos cuantos. 
Como resumen, confirmo que, como dice su autor, el Método Gabriel no es una dieta. Es un método de autoayuda global que se vende con el anzuelo del adelgazamiento. Y , aunque incorpora algunos consejos genéricos y adecuados sobre nutrición, es un método muy basado en la meditación y la autosugestión que pretende ayudar a la gente a conseguir un equilibrio general. Pero el tufillo a telepredicador es intenso y los argumentos científicos que incluye están llenos de agujeros. Que conste que todo lo que dice es saludable y seguramente aportará beneficios en su vida a quien lo siga, pero está por demostrar que realmente motive y sirva como método para adelgazar a corto, medio y largo plazo.  Además, a diferencias de las dietas milagro, que tienen miles de testimonios de éxito por la web clamando sus excelencias y resultados maravillosos, con el Método Gabriel parece que nos tenemos que conformar con su espectacular experiencia y unas pocas más que aparecen en su libro, ya que no es fácil encontrar otros en internet. Mala cosa.

Actualización:
Varios meses después y con más experiencia y estudio sobre el Método Gabriel, he publicado otros tres artículos en los que no queda muy bien parado:
  1. Los errores y falacias del Método Gabriel (1): Los alimentos ecológicos no tienen más nutrientes
  2. Los errores y falacias del Método Gabriel (2): La falta de ezimas digestivas no nos hacer comer más.
  3. Los errores y falacias del Método Gabriel (3): Los tóxicos no nos hacen acumular grasa.

Actualización final:
Tras pasar años leyendo y recopilando los últimos y más recientes estudios científicos relacionados con la obesidad y la alimentación, he escrito dos libros que condensan toda la información actualizada sobre el tema: "Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable" y "Lo que dice la ciencia sobre dietas, obesidad y salud". Tienes más información en este enlace.

3.4.11

Inside Job, cómo unos pocos se ríen de todo el planeta

Ya está en los videoclubs el documental Inside Job (Asunto interno), un documental sobre la crisis que todavía padecemos y que ganó merecidamente el Oscar en 2011. Como es habitual, también lo puedes encontrar por los sitios "oscuros" de internet habituales. Yo lo vi ayer y me sugiere estas frases:

  1. Hay que verlo. Todos, jóvenes, maduros y viejos, sin excepción.
  2. Desfachatez, caraduras, sinvergüenzas, desgraciados, mafiosos, avaricia, falta de escrúpulos. Seguro que todas estas palabras salen en algún momento de tu boca.
  3. Dejémonos de teorías matemáticas y estupideces. Así es como funciona la economía, a base de manipulación y expolio sistemático.
  4. ¿Es que se van a ir de rositas? ¿Es que nadie piensa hacer nada?

De veras, no dejes de verlo. Se te pondrán los pelos como escarpias.
Una curiosidad: El director, Charles H. Ferguson, fue quien creo Frontpage, el editor de páginas web, y después se lo vendió a Microsoft por una pasta. Desde entonces se dedica sobre todo al cine, especialmente de temática social y reivindicativa.