1.5.13

Cómo autopublicar y vender tus propios libros (II): Extensión y formatos

Tras un primer post con unas reflexiones previas sobre tus potenciales lectores y cómo orientarte mejor a ellos antes de ponerse a escribir, sigo con la serie de artículos dirigidos a contaros mi experiencia y consejos para la auto-publicación de libros. En este post hablaré de la extensión y los formatos.

Extensión

Vale, ya estás centrado. Ya tienes las ideas claras. Ya intuyes qué puede querer tu lector-tipo y crees saber cómo dárselo. Pero ¿te has parado a pensar en la dosis? ¿Cuál va a ser la extensión de tu libro? Una opción (muy habitual entre los no profesionales) es ponerse a escribir y que sea lo que dios quiera. Lo que salga. Si corto, corto. Si largo, largo. Pero conviene que tengas en cuenta que en este caso el tamaño sí que importa.

Un libro de menos de 100 páginas (unas 25.000 palabras) es pequeño y muy poco atractivo para el posible comprador. Si llegamos a las 200 páginas (50.000 palabras) la cosa ya suena mejor. Y si superamos las 300 (75.000 palabras), especialmente en novela (en ensayo es más difícil mantener el interés), el atractivo aumenta notablemente. Las editoriales lo saben bien, por eso prefieren vender libros voluminosos. Es normal, con el elevado precio que tienen los libros en España comparado con el de otros países, cuando compramos uno preferimos que tenga páginas y que dure. Así que mejor caballo grande.



Ahora pregúntate: ¿tienes recursos (tiempo, imaginación, paciencia...) para escribir al menos 200 o 300 páginas? Aunque la capacidad de cada uno es muy variable, te aseguro que son muchos meses de trabajo, una inversión importante y una meta que no es fácil de conseguir. Tener cosas atractivas para contar durante cientos de páginas sin que se pierda el interés no es sencillo. Prueba a escribir la introducción o el primer capítulo, las primeras 20 o 30 páginas y valora el esfuerzo. ¿Serás capaz de escribir diez veces más? ¿Sí?

Vale, pues es momento abrir tu procesador de textos favorito.

El formato físico

Si vas a auto-publicar y no te dedicas al diseño profesionalmente, lo más probable es que no domines las herramientas más especializadas de edición, como el Indesign y similares. Pero tampoco te hará falta, con el Word o cualquier otro procesador de textos, es casi seguro que será suficiente.

Como supongo que querrás editarlo en todos los formatos que sea posible, (cuantos más formatos, más posibilidades de vender), no está de más que desde el principio preveas cual será el diseño de la versión de papel. Podrías hacerlo luego, pero creo que es mejor tenerlo definido desde el principio. Si lo dejas para después te dará mucha más pereza. Y además te motivarás mucho al ver cómo el libro va tomando forma. Por otro lado, para obtener posteriormente las versiones digitales lo único que tendrás que hacer es convertirlo con alguna de las herramientas disponibles - de las que ya hablaremos en su momento -, así que eso no debería de ser un obstáculo.

A mí, como lector, me gusta el tamaño A5 (14,8 x 21 cm), la mitad de una hoja normal. Es compacto y cómodo de llevar, el ideal para una obra de lectura puntual. Pero te adelanto que no todas las plataformas de autopublicación lo ofrecen. Un tamaño muy parecido es el de 6" x 9" (15.24 x 22.86 cm), un poco más grande pero también contenido. Yo creo que para el original es mejor elegir el más pequeño (A5), las plataformas lo adaptan a tamaños un poco mayores sin problemas. En cambio, si elegimos el mayor y luego nos decidimos por imprimir en uno menor, podríamos sufrir ocurrir algún recorte indeseado. En Word es facilísimo de configurar (diseño de página - tamaño) y en el resto de procesadores también.

Te recomiendo que desde el primero momento introduzcas el número de página automático en el borde inferior derecho y fijes unos márgenes realistas y adecuados, normalmente menores que los que te pone Word por defecto. Unos dos centímetros es algo razonable. Un tamaño de letra entre 11 y 12 es el más cómodo para la mayoría de la gente. Y con la fuente o tipo de letra es mejor no experimentar y decantarse por lo demostrado: Time New Roman o Arial son los tipos con los que nuestro cerebro lidia mejor cuando tiene que procesar grandes cantidades de texto.

Desde este enlace te puedes descargar una plantilla que te puede servir como material de partida.

Inserta un par de páginas en blanco (todos los libros tienen una o dos páginas en blanco) y escribe el título y autor. En la página siguiente incluye el copyright, número de ISBN, dedicatorias... y después que no se te olvide el índice. Word tiene funciones de indexado automático, pero a menudo se lían y te pueden dar problemas. Tú mismo puedes hacerlo, incluyendo al final el número de página y si además utilizas marcadores e hipervínculos para que el lector de las versiones digitales pueda saltar del índice a la página que desee con un solo click, muchos te lo agradecerán.

¡Ahora sí que está todo en tu mano! O mejor dicho, en tu cerebro, porque es momento de crear y escribir. Cuando finalices tu obra, ya puedes leer el próximo post, en el que hablaré de otras cosas que conformarán el libro (título, portada, descripción) y de algunos trámites y pasos  bastante recomendables, antes de ponerlo a disposición del público. En breve...


Otros posts de la serie "Cómo auto-publicar y vender tus propios libros":
1. Antes de ponerte a escribir (I)
2. Título, portada, descripción y otros trámites previos a la venta (III)
3. Vender en Amazon y Lulu.(IV)

1 comentario:

Natalia dijo...

Hola, Centinel.
Acabo de leer este artículo y me ha parecido muy curioso.
Te pongo el enlace por si te apetece echarle un vistazo.
Saludos.
http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2013/05/08/aprendizaje-profundo-la-carta-de-google-para-el-futuro-cercano-4831/