14.4.12

¿Por que en el colegio no nos enseñan (con rigor) a comer bien?

Escribí el libro "Lo que sabe la ciencia para adelgazar..." con intención de que fuera accesible a un amplio espectro de personas. Lo más amplio posible. Utilicé un lenguaje sencillo para que el único requisito fuera saber leer e incluí numerosas referencias científicas para que las personas más preparadas pudieran contrastar las fuentes o profundizar en los estudios. Pero ahora me doy cuenta que no conseguí lo que buscaba.


Estos días, por curiosidad, he estado navegando un poco por varios foros y webs de dietas y adelgazamiento y lo que me he encontrado es bastante desmoralizante. Cientos o miles de mujeres (sí, la mayoría son mujeres) obsesionadas por adelgazar antes de que llegue el verano, probando una tras otra dieta (siguiendo listas interminables como esta) para perder y después recuperar con creces unos pocos kilos. Uno percibe su frustración, su agobio y también sus ansias por encontrar la dieta milagrosa, la definitiva, la que esta vez le permita adelgazar lo que necesita.

Tras leer y releer sus mensajes y conversaciones creo que el libro no está escrito para ellas. Sufren el síndrome de "quiero creer" y probarán cualquier cosa que les prometa resultados rápidos y prodigiosos, como los que compran pulseras magnéticas para reducir el dolor o toman pastillas homeopáticas para prevenir la gripe. El enfoque de rigurosidad y sentido común no les atrae porque creen que su problema  necesita soluciones excepcionales, únicas, maravillosas. Muchas de estas personas tienen muy poca cultura y se nota en su forma de escribir que su capacidad de comunicarse y comprender algunos conceptos es muy limitada. Pero no todas, que quede claro.

Por otro lado, también conozco mucha gente con sobrepeso que ha tenido la suerte de acceder a más formación, más cultura, o que se guían más por el sentido común y que han probado un par de dietas de temporada pero que como a largo plazo no les han servido, no han caído en la trampa de seguir probando otras. Intentan ajustarse a los criterios que les marcan sus conocimientos alimentarios para no seguir engordando, pero con resultados poco alentadores y mucho esfuerzo. Creo que a esta gente, más abierta de mente, más escéptica y realista, con algunos conceptos nutricionales equivocados o incompletos pero con ganas de aprender y conocer los porqués, es a quien está dirigida el libro. Y de hecho, analizándolo a posteriori, creo que su enfoque se ajusta a ese perfil.

Como resultado de esta reflexión, se me genera la consiguiente inquietud. ¿Cómo podríamos convencer, educar, enseñar a todas esas mujeres de los foros para que salgan de ese círculo vicioso,  probando dieta tras dieta? Mi opinión es que la clave está en la educación básica, llámese colegio, escuela o como sea. Para saber qué significa comer bien hay que entender en profundidad cómo funciona nuestro metabolismo y cómo reacciona nuestro cuerpo ante los diferentes alimentos. No vale con dedicarle un trimestre, con información mediocre y desfasada, y darlo por enseñado. Me refiero a formación y educación en cantidad y calidad. ¿Por qué una de las cosas más importantes para nuestra salud y nuestro futuro, la alimentación, no se enseña como Dios manda? Me parece totalmente absurdo que existan algunas asignaturas (de momento no diré cuáles, para no herir sensibilidades, pero os podréis imaginar por dónde van los tiros) pero que no haya otra que dure toda la etapa escolar (sí, años y años) y que nos enseñe a mantenernos más saludables. Que sea actualizada, rigurosa, impartida por los mejores y que nos grabe a fuego los conceptos más relevantes sobre los temas básicos que nos ayudarán a vivir más sanos y longevos: estilo de vida, nutrición, enfermedades, ejercicio... ¿Acaso puede haber algo más importante?

Así que, ale, a seguir dando la matraca. A ver si lo conseguimos en uno o dos lustros. O los que haga falta.

Por cierto, que el libro "Lo que sabe la ciencia para adelgazar..." ha estado un par de días en la lista de los 100 de pago más vendidos de Amazon.es. No es que sea gran cosa, no hace falta ser un best seller para entrar en esa lista y no ha aguantado mucho, pero hace ilusión. Los fieles del blog y los amigos del Círculo Escéptico tienen bastante que ver en ello.

5 comentarios:

dennel dijo...

En la llamada formación no se enseña a pensar sino que se adoctrina, esa es la clave de muchas cosas, como por ejemplo la que citas. No te creas que son pocas las licenciadas que encadenan dietas, se expresan mejor que las chonis pero nada más.

Si quieres tener alguna oportunidad de ayudar a esa gente no basta con un libro, tienes que ponerle un nombre a tu "dieta" y montar bajo ese paraguas algo social en el que pudieran encontrarse y hablar, intercambiarse recetas, decir cuanto peso han perdido, que han comprado el requesón X, compartir workouts... esas cosas.

Y aún así, por sus foros a veces aparece alguien que les quiere abrir los ojos pero no lo consigue, en general no quieren pensar ni esforzarse, y en otras dietas eso se lo dan, cosa que hablando en serio del tema no se puede. De hecho hay mucho médico, nutricionista e incluso un famoso cardiólogo que va por ahí diciendo y escribiendo que más de 2 huevos a la semana es un factor de riesgo, y además que te hinches a cereales. Y que no comas grasa. Si éstos son los serios, los dukan de la vida tienen el terreno perfectamente abonado.

Yo ya he dejado a mucha gente por imposible, lo único que he conseguido, si la persona en cuestión es cocinillas, es mandarle a algún sitio low carb, y acaban comiendo mejor y kilo que pierden kilo que no recuperan. Pero claro, la rapidez con la que bajan al principio en dukan es inalcanzable si haces las cosas con cabeza, y se cruzan con alguien que habla maravillas de cualquier chorrada (beber té rojo siguiendo comiendo lo mismo y adelgazar 5 kilos, por ejemplo) y se ponen a probar lo otro.

Centinel dijo...

Tienes mucha razón, dennel. Lo dicho, a seguir trabajando...

Anónimo dijo...

sí volvemos a comer cómo comían nuestros tatarabuelos, seguramente desaparecerían muchos de los problemas que tenemos ahora. En aquellos tiempos no teníamos un súper debajo de casa para comprar todas las guarradas que encontramos ahora por todas las esquinas. Yo creo que una buena dieta es comer de todo y evitar todas o casi todas las cosas que estén elaboradas. Ejemplo: en lugar de zumo de bote, zumo natural, o fruta mejor sin pelar, verdura, carne pescado lo más natural posible...el problema, es que las cosas como galletas etc son una tentación para los golosos, como yo

Anónimo dijo...

El problema, pienso es la falta de formación en pensamiento cientifico. Actualmente a pesar de los avances en diversos campos como la electronica, medicina, las telecomunicaciones y demás, muchas personas siguen pensando en modo irracional, ha sido tan fuerte el adoctrinamiento religioso (y otros factores obviamente), que nos enseñan como una virtud "creer en lo que no se ve" (la fe) que las personas siempre buscan el milagro que los ayudará, por eso creo que tienen tanto exito los juegos de azar tipo loteria, los adivinos, mediums, los curiosos lideres religiosos, la medicina alternativa, el espiritismo etc.

Óscaer dijo...

Estimado Centinel:
Lo de la educación en este país es de traca. Teniendo una de las poblaciones infantiles con mayor índice de obesidad de los países de la OCDE. parece increíble que nuestro sistema educativo no incluya programas serios para que niños y familias aprendan a llevar unos hábitos alimenticios saludables.
Se trata de un problema de sanidad pública de dimensiones colosales, y las medidas que se toman brillan por su escasez e ineficacia. Aunque vivo en Cataluña. soy sevillano, y es terrible observar a las madres pasarles a sus hijos productos de bollería industrial a través de las vallas de los patios de los colegios, ya que han prohibido las máquinas expendedoras en los recintos escolares. Parecen pequeños yonkis traficando con bollyleches, con sus madres ejerciendo de camellos. El mito urbano del camello ofreciendo caramelos con drogas a los niños se ha hecho realidad en ¡¡¡forma de bollería industrial!!!
Ayer me terminé de leer tu libro, que me pareció excelente, y por mucho que me comprometa a difundirlo en la medida de mis humildes posibilidades, este es un problema que, por su envergadura, necesitaría un enfoque de estado. con amplias y permanentes campañas de educación pública, que salvaría muchas vidas y ahorraría infinidad de problemas sanitarios, tanto físiológicos como sicológicos.
Sin embargo, no hace ni un par de días que la hija de una amiga, estudiante universitaria de nutrición, me recriminaba tomar un batido de proteínas de suero de leche después de hacer ejercicio porque, según ella, provocaba problemas hepáticos.
¿Qué se puede hacer si hoy día se siguen formando a los profesionales de la nutrición con ideas obsoletas?
En cualquier caso, es necesario incluir estas cuestiones en todos los foros de discusión en los que sea posible, y exigir a las autoridades sanitarias medidas urgentes, que vayan desde la educación, hasta el control de la publicidad engañosa, que llega a niveles de estafa.
Un saludo cordial.