Me hace llegar sexólogo (¡gracias!) un folleto recogido el otro día en una farmacia, de la timo-pulsera de cutre diseño Health-Plus . En el mismo (pincha a la derecha para agrandar) se pueden leer cosas como estas: "Regale salud"; "Magne-ionoterapia"; "Actúa frente a: Circulación sanguínea, Insomnio, Jaquecas... "; "Sin ningún tipo de efecto secundario".Vamos, que este folleto hace ver que esta pulsera CURA. Que el fabricante nos la quiera dar con queso, mal está. Pero que la farmacia (donde compramos los medicamentos, lugar regulado por el gobierno y con el que los farmacéuticos se forran), gane dinero vendiéndolo y le aporte "naturaleza medicamentosa" publicitándolo en su mostrador, sabiendo que todo lo que promete es una patraña, casi peor.Si le damos la vuelta al papelito, tenemos un texto que remata la faena con frases épicas:- "La pulsera (...) es un producto diseñado para que de una manera natural, nuestro organismo regule las alteraciones que sufre nuestro cuerpo debido al tipo de vida que llevamos, tan poco natural".- (...) lleva hematites (...) por principio físico actúan sobre el flujo sanguíneo poniendo en marcha no sólo nuestro sistema circulatorio cardiovascular (como si de un deportista se tratara) (...) sino que por consecuencia activando las defensas naturales (...)- (...) toda la electrónica que nos rodea (...) se ha realizado con iones positivos y esta radiación (...) nuestro cuerpo carnoso la va absorbiendo cargándonos a través de los años hasta que nos provoca una saturación de radiación (contracturas, dolor de espalda, riñones (...) las esferas de de iones negativos contrarrestan esta radiación (...)
Ante tal sarta de memeces, ¿al dueño de la farmacia no se le cae la cara de vergüenza? Claro que entonces quizás también se debería ruborizar, aunque sea un poquito, por vender adelgazantes infalibles, rejuvenecedores estupendos, milagrosos frasquitos homeopáticos y demás morralla pseudomédica a precio de oro.
Lo explica muy bien Carlos Tellería en un artículo de La Alternativa Racional:
"De acuerdo con la ley del medicamento, todas las especialidades farmacéuticas deben ser distribuidas a través de los establecimientos autorizados, que son las oficinas de farmacia y los centros hospitalarios. Pero eso no quiere decir que todo lo que venden las farmacias sean especialidades farmacéuticas. No existe, en principio, ninguna reglamentación que especifique qué productos se pueden vender en una farmacia y cuales no.
Muchos productos de carácter higiénico-sanitario utilizan la consabida coletilla "de venta en farmacias". Pero lo único que implica esta información es que si vamos a una farmacia, puede que encontremos este producto. De hecho, no significa que no lo podamos encontrar en otros establecimientos, ni tampoco que obligatoriamente lo tengan en todas las farmacias. Por supuesto, no implica ni más ni menos calidad en el producto, ni ningún tipo de control específico sobre el mismo, fuera de los mínimamente exigibles para cualquier producto de producción industrial. Solo los medicamentos debidamente reconocidos han pasado por toda una serie de controles de calidad y efectividad, y sólo ellos deben encontrarse obligatoriamente en una farmacia."
Justo esta semana Luis Alfonso Gámez, en su blog Magonia, hace referencia al Real Decreto 1907/1966 sobre publicidad y promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria (recomiendo ir directos al artículo 4, parece que los de la pulserita se han propuesto llevar la contraria a cada una de las disposiciones) y denuncia la pasividad de las autoridades ante tanta charlatanería y desfachatez. Me uno a su denuncia, que ya está bien de tanto caradura, coño.Hace bastante tiempo me impliqué personalmente en denunciar los Magnetizadores de agua y aporté mi granito de arena en su proceso de desaparición, en el que la OCU tuvo un papel muy relevante. Casi 20 años después, pensaba que estas pulseras casi habían pasado a mejor vida, pero parece que habrá que seguir metiendo caña...