Escribí el libro "
Lo que sabe la ciencia para adelgazar..." con intención de que fuera accesible a un amplio espectro de personas. Lo más amplio posible. Utilicé un lenguaje sencillo para que el único requisito fuera saber leer e incluí numerosas referencias científicas para que las personas más preparadas pudieran contrastar las fuentes o profundizar en los estudios. Pero ahora me doy cuenta que no conseguí lo que buscaba.
Estos días, por curiosidad, he estado navegando un poco por varios foros y webs de dietas y adelgazamiento y lo que me he encontrado es bastante desmoralizante. Cientos o miles de mujeres (sí, la mayoría son mujeres) obsesionadas por adelgazar antes de que llegue el verano, probando una tras otra dieta (siguiendo listas interminables
como esta) para perder y después recuperar con creces unos pocos kilos. Uno percibe su frustración, su agobio y también sus ansias por encontrar la dieta milagrosa, la definitiva, la que esta vez le permita adelgazar lo que necesita.
Tras leer y releer sus mensajes y conversaciones creo que el libro no está escrito para ellas. Sufren el síndrome de "
quiero creer" y probarán cualquier cosa que les prometa resultados rápidos y prodigiosos, como los que compran pulseras magnéticas para reducir el dolor o toman pastillas homeopáticas para prevenir la gripe. El enfoque de rigurosidad y sentido común no les atrae porque creen que su problema necesita soluciones excepcionales, únicas, maravillosas. Muchas de estas personas tienen muy poca cultura y se nota en su forma de escribir que su capacidad de comunicarse y comprender algunos conceptos es muy limitada. Pero no todas, que quede claro.
Por otro lado, también conozco mucha gente con sobrepeso que ha tenido la suerte de acceder a más formación, más cultura, o que se guían más por el sentido común y que han probado un par de dietas de temporada pero que como a largo plazo no les han servido, no han caído en la trampa de seguir probando otras. Intentan ajustarse a los criterios que les marcan sus conocimientos alimentarios para no seguir engordando, pero con resultados poco alentadores y mucho esfuerzo. Creo que a esta gente, más abierta de mente, más escéptica y realista, con algunos conceptos nutricionales equivocados o incompletos pero con ganas de aprender y conocer los porqués, es a quien está dirigida el libro. Y de hecho, analizándolo a posteriori, creo que su enfoque se ajusta a ese perfil.
Como resultado de esta reflexión, se me genera la consiguiente inquietud. ¿Cómo podríamos convencer, educar, enseñar a todas esas mujeres de los foros para que salgan de ese círculo vicioso, probando dieta tras dieta? Mi opinión es que la clave está en la educación básica, llámese colegio, escuela o como sea. Para saber qué significa
comer bien hay que entender en profundidad cómo funciona nuestro metabolismo y cómo reacciona nuestro cuerpo ante los diferentes alimentos. No vale con dedicarle un trimestre, con información mediocre y desfasada, y darlo por enseñado. Me refiero a formación y educación en cantidad y calidad. ¿Por qué una de las cosas más importantes para nuestra salud y nuestro futuro, la alimentación, no se enseña
como Dios manda? Me parece totalmente absurdo que existan algunas asignaturas (de momento no diré cuáles, para no herir sensibilidades, pero os podréis imaginar por dónde van los tiros) pero que no haya otra que dure toda la etapa escolar (sí, años y años) y que nos enseñe a mantenernos más saludables. Que sea actualizada, rigurosa, impartida por los mejores y que nos grabe a fuego los conceptos más relevantes sobre los temas básicos que nos ayudarán a vivir más sanos y longevos: estilo de vida, nutrición, enfermedades, ejercicio... ¿Acaso puede haber algo más importante?
Así que, ale, a seguir dando la matraca. A ver si lo conseguimos en uno o dos lustros. O los que haga falta.
Por cierto, que el libro "
Lo que sabe la ciencia para adelgazar..." ha estado un par de días en la lista de
los 100 de pago más vendidos de Amazon.es. No es que sea gran cosa, no hace falta ser un best seller para entrar en esa lista y no ha aguantado mucho, pero hace ilusión. Los fieles del blog y los amigos del
Círculo Escéptico tienen bastante que ver en ello.