El excelente artículo de Luis Alfonso Gámez sobre su experiencia en el espectáculo de Anne Germain ha sido la gota que ha colmado el vaso de mi paciencia. Así que me he decidido a escribir algo, porque cada día que pasa me pone de peor humor el tema.
Si alguien hace un anuncio o programa en prensa o televisión con algún detallito sexista o exagerando las opciones de algún juguete, los correspondientes departamentos o asociaciones relacionados con la igualdad de género o protección del menor se llevarán las manos a la cabeza y al día siguiente estarán vociferando por su retirada en todos lo medios. Lo cual me parece muy bien, que conste.
Lo que no entiendo es cómo otras personas que realizan actividades claramente fraudulentas, que sólo pueden adjetivarse como estafas sin escrúpulos, campan a sus anchas con el soporte de grandes medios de comunicación, sin que nadie les diga ni mú. Anne Germain o Marylin Rossner hacen caja diciendo que se comunican con los muertos, cuando lo que realmente están haciendo es sacar dinero sin ningún remordimiento y aprovecharse de la desesperación de gente que ha perdido a un ser querido y que está sufriendo.
Si la primera tiene su programa en la televisión y llena los teatros en su gira por España, a la segunda le conceden entrevistas a toda página, con adjetivos como "considerada la mejor medium del mundo". ¿Alguien me explica cómo se mide la calidad del mediumismo? ¿Por número de personas a las que se engaña? Y encima tiene el rostro de haber colaborado en un libro que se acaba de publicar titulado "La ciencia de los fantasmas". ¿Ciencia y fantasmas?
¿Es que nadie puede hacer nada al respecto? ¿Es que todo vale mientras tenga audiencia? ¿Es eso lo que queremos para nuestro país, gente indefensa y vulnerable adorando a videntes que solo piensan en su cartera? ¿Qué coño hacen los políticos y las autoridades de cada una de nuestras instituciones permitiendo este despropósito? ¿Dónde están las asociaciones de consumidores?
De verdad, malo me pongo...
Y antes de que me lo pregunte alguien: Sí, me pone mucho peor lo de Bankia.
Páginas
▼
25.5.12
Arroz y diabetes, obesidad infantil, The Weight of the Nation, HIIT, HDL, grasas y la mejor pirámide de alimentos en "Lo que dice la ciencia para adelgazar..."
Últimos posts en "Lo que dice la ciencia para adelgazar..."
- El libro en papel también en Amazon
- Impresionante estudio sobre las grasas y enfermedades cardiovasculares. Veredicto: Inocentes
- "Lo que dice la ciencia para adelgazar...", entre los Top 100 en Amazon Kindle
- La pirámide de alimentos de "Lo que dice la ciencia para adelgazar..."
- Un estudio siembra dudas sobre el rol del HDL en la enfermedad cardiovascular
- Otro estudio destaca los beneficios para la salud del HIIT o entrenamiento en intervalos de alta intensidad
- ¿Realmente es necesario comer todos los grupos alimenticios?
- The Weight of the Nation, online y con subtítulos en español
- The Weight of the Nation: ¿Revolución, marketing o repetición?
- La comida basura de los escolares del Reino Unido
- ¿Qué es peor para la salud, no hacer ejercicio o la obesidad?
- España entre los líderes europeos en obesidad infantil
- Disponible el libro para lectores de México vía Bubok
- Nerea Segura, otra nutricionista "actualizada"
- El elevado consumo de arroz aumenta el riesgo de diabetes tipo 2
- El libro en papel también en Amazon
- Impresionante estudio sobre las grasas y enfermedades cardiovasculares. Veredicto: Inocentes
- "Lo que dice la ciencia para adelgazar...", entre los Top 100 en Amazon Kindle
- La pirámide de alimentos de "Lo que dice la ciencia para adelgazar..."
- Un estudio siembra dudas sobre el rol del HDL en la enfermedad cardiovascular
- Otro estudio destaca los beneficios para la salud del HIIT o entrenamiento en intervalos de alta intensidad
- ¿Realmente es necesario comer todos los grupos alimenticios?
- The Weight of the Nation, online y con subtítulos en español
- The Weight of the Nation: ¿Revolución, marketing o repetición?
- La comida basura de los escolares del Reino Unido
- ¿Qué es peor para la salud, no hacer ejercicio o la obesidad?
- España entre los líderes europeos en obesidad infantil
- Disponible el libro para lectores de México vía Bubok
- Nerea Segura, otra nutricionista "actualizada"
- El elevado consumo de arroz aumenta el riesgo de diabetes tipo 2
23.5.12
6 Razones por las que la limpieza hepática es una estafa y no funciona
Curiosamente, uno de los posts más visitados de este blog es el que dediqué a la práctica curanderista llamada Limpieza Hepática, gracias a la que Andreas Moritz ha llegado a ser muy conocido. El número de comentarios que ha alcanzado es ya bastante impresionante y cada poco algún defensor de esta excéntrica terapia intenta defenderla, con bastante entusiasmo pero poco razonamiento.
La verdad es que la actividad e interés en torno a esta insensatez no disminuye. Incluso a veces me parece que hasta aumenta. Por ejemplo, hace no demasiado tuve la oportunidad de participar en la web Astropuerto con unos comentarios, en la que, con buena intención, han hecho pequeñas investigaciones caseras de las famosas piedras que se expulsan durante el proceso.
Pero lo que me molesta un poco más es que cada poco tiempo alguien de mi entorno me sorprende contándome que tiene algún conocido o familiar que la ha probado, con resultados de lo más variados. Y como suelo repetir una y otra vez los mismos argumentos, creo que es momento de enumerar, uno por uno, todos los puntos básicos que evidencian que la limpieza hepática que propone Moritz no es más que una mamarrachada.
1. En el hígado no hay piedras
Copio-pego el inicio de su libro: "La mayoría de los cálculos biliares se forman en el hígado y comparativamente pocos ocurren en la vesícula". Es decir, Moritz parte de una enorme falacia: Dice que el hígado de todas las personas (que no siguen sus consejos) está lleno de piedras. Que nadie (o casi nadie) lo sabe, que los médicos y expertos están muy despistados y no se enteran, y que se debe a los aliados típicos de este tipo de curanderos: Tóxicos, estrés, alimentos poco naturales, etc... A él le consta porque todos los que hacen su limpieza hepática las expulsan, así que todos los manuales y libros sobre el hígado y sus patologías están equivocados, según su visión.
Parece que es cierto que todos los que hacen la limpieza hepática expulsan piedras verdes, pero si tu le hablas de piedras en el hígado a un médico especialista, pensará que te estás equivocando de órgano y que te refieres a la vesícula. O que estás de cachondeo, como me ha pasado a mí al hablar con algún especialista. Aquellos que ven y "tocan" hígados casi a diario nunca los ven con piedras. Los que los operan, los que hacen endoscopias, los que los trasplantan, los que los analizan cuando hacen autopsias, nadie ve piedras. Por poner un ejemplo, en este estudio en el que se analizaron casi un centenar de hígados de cadáveres, en ningún caso se reportaron piedras. Y eso que encontraron de todo y un montón de patologías, pero piedras no. En ninguno. O, si queremos ver más casos concretos, basta hacer una búsqueda por internet para encontrar unas cuantas fotos de hígados humanos seccionados en autopsias (por ejemplo, este o este), y en ninguno de ellos aparecen piedras. ¿Será que han elegido para la foto a los que acababan de hacer la limpieza hepática?
2. Moritz nunca ha presentado una prueba fiable de que su tratamiento sirve para algo
Para justificar que nunca presenta pruebas concretas, Moritz utiliza el típico recurso de decir que es imposible hacerlo. En su libro repite una y otra vez que, por su composición, no hay manera de detectar las piedras porque tienen la misma densidad que el tejido del hígado. Ni rayos X, ni ecógrafo, lo afirma explícitamente, solo se pueden ver al expulsarlas con su limpieza. Y problema solucionado, no hacen falta más pruebas. Este truco es muy utilizado por los vendedores de misterios y estafadores, decir que sus afirmaciones son imposibles de demostrar por terceros. El filósofo Bertrand Russell ya explicó esta treta mediante su famosa analogía de la tetera, que puede leerse en este enlace.
Sin embargo, hay otras técnicas de visualización de las Moritz que no habla. Hace tiempo que se utiliza la resonancia magnética para explorar el hígado, mediante la que se puede encontrar y ver de todo, en cualquier parte del cuerpo. Para el hígado también es una herramienta muy útil, como se explica en libros como este o en artículos como este otro. Si queremos comprobarlo nosotros mismos y no tenemos un aparatito de estos a mano o en la despensa, basta introducir en Google "hepatic magnetic resonance" para ver un montón de imágenes de hígados, con todo tipo de patologías. Pero ninguno con piedras.
3. El libro está lleno de falsedades y falacias
Además de la primera superfalacia sobre las piedras en el hígado, desde casi la primera línea el libro está plagado de otras afirmaciones y explicaciones en lenguaje pseudocientífico, pero que son falsas. Retuerce conceptos e ideas a su interés, se inventa principios que nunca nadie ha demostrado y utiliza todos los tópicos habituales, criticando la medicina convencional. Siempre sin presentar una sola prueba.
Estos son unos cuantos ejemplos extraídos de las primeras páginas de su libro:
4. Existe una explicación alternativa, mucho más razonable, para las piedras que se expulsan con su tratamiento
Como ya se explicó someramente en el artículo publicado en The Lancet hace años, mezclando aceite, zumo de limón y sales de magnesio (que es lo que prescribe este tratamiento), al interaccionar con las enzimas digestivas, además de unas poderosas diarreas y una deshidratación memorable se nos formarán unos compuestos en el estómago a causa de la reacción entre estos compuestos. Que después saldrán por donde tienen que salir, claro. Existiendo esta explicación, ¿no es más fácil de creer que la que propone Moritz, que existen unas piedras en nuestro hígado que nadie nunca ha detectado (excepto él mismo), que nadie puede ver con ningún instrumento y que supuestamente se expulsan al tomar mezclas nauseabundas y aplicarse lavativas?
5. Ningún médico especialista la conoce ni la utiliza
Aunque algunos no lo crean, los médicos quieren que sus pacientes se curen. Y no le gusta que sufran y mucho menos que se mueran. Y los hospitales quieren ahorrar, sobre todo ahora que no hay dinero para la sanidad. Por eso, siempre que hay más de un tratamiento con posibles resultados similares, recomiendan el menos agresivo y costoso. Y ninguno se inclina por las ideas de Moritz. De hecho, la mayor parte de las veces los cálculos biliares solo pueden extraerse con cirugía, por desgracia.
No creo que todos los médicos tengan acciones en la empresa que fabrica los bisturís o en la que vende la anestesia. Ni que todos sean idiotas. Ni que ninguno haya escuchado hablar de ella (yo he hablado con alguno que le sonaba la idea pero que le parecía tan ridícula que nunca había buscado más información). Estoy seguro de que si yo fuera mecánico y existiera una forma de arreglar las juntas de la culata de los coches en un ratito y sin tocar el motor, me habría enterado. O si fuera fontanero y se pudieran arreglar todos los atascos de tuberías con un líquido, también lo sabría. Sobre todo su hubiera un libro a la venta contando cómo hacerlo.
6. El curriculum y los antecedentes de Moritz asustan
Para empezar, sus titulaciones son un poco raras, por decir algo. En su web cuenta que ha conseguido titulos de todo tipo, de disciplinas de lo más exóticas, obtenidas en centros cuando menos originales: Iridiología, medicina ayurvédica, shiatsu, estudio de la conciencia... No enseña ningún título oficial, no sé si será por respetar la ley de protección de datos o por alguna otra razón...
Sus libros dejan bien claro que no tiene ningún reparo a apuntarse a cualquier conspiranoia: Afirma que las vacunas son venenosas y hay que evitarlas, el cáncer no es una enfermedad y el virus del VIH no existe. Y no sé como no le han dado ya el Premio Nobel, porque dice que es capaz de curar casi cualquier cosa con la luz del sol: Cáncer, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, artritis, enfermedades infecciosas...
El no va más de los timos que vende son sus obras de arte, pinturas hechas por el mismo (y que llama Ener-chi art) que asegura están llenas de energías de luz codificada, que curan enfermedades y equilibran nosequé. En este caso el timo es tan cutre que el tío ni siquiera vende los originales, sino copias. Por cierto, en su libro de la limpieza hepática nos recuerda que las copias digitales de estas obras no "funcionan", así que si queremos copias "de las buenas", solo las conseguiremos comprándoselas a él. ¡Eso sí que es un buen método para eliminar de un plumazo la posibilidad del pirateo!
Y ahora, teniendo en cuenta todos estos previos, ¿crees que la limpieza hepática se merece un minuto más de tu tiempo?
Actualización
Desde la web de Andreas Moritz se informa que ha fallecido en octubre de 2012, a los 58 años de edad. parece que los remedios milagrosos de sus libros, que prometen curar todo tipo de enfermedades, no han sido útiles en su caso. En este post más detalles.
La verdad es que la actividad e interés en torno a esta insensatez no disminuye. Incluso a veces me parece que hasta aumenta. Por ejemplo, hace no demasiado tuve la oportunidad de participar en la web Astropuerto con unos comentarios, en la que, con buena intención, han hecho pequeñas investigaciones caseras de las famosas piedras que se expulsan durante el proceso.
Pero lo que me molesta un poco más es que cada poco tiempo alguien de mi entorno me sorprende contándome que tiene algún conocido o familiar que la ha probado, con resultados de lo más variados. Y como suelo repetir una y otra vez los mismos argumentos, creo que es momento de enumerar, uno por uno, todos los puntos básicos que evidencian que la limpieza hepática que propone Moritz no es más que una mamarrachada.
1. En el hígado no hay piedras
Copio-pego el inicio de su libro: "La mayoría de los cálculos biliares se forman en el hígado y comparativamente pocos ocurren en la vesícula". Es decir, Moritz parte de una enorme falacia: Dice que el hígado de todas las personas (que no siguen sus consejos) está lleno de piedras. Que nadie (o casi nadie) lo sabe, que los médicos y expertos están muy despistados y no se enteran, y que se debe a los aliados típicos de este tipo de curanderos: Tóxicos, estrés, alimentos poco naturales, etc... A él le consta porque todos los que hacen su limpieza hepática las expulsan, así que todos los manuales y libros sobre el hígado y sus patologías están equivocados, según su visión.
Parece que es cierto que todos los que hacen la limpieza hepática expulsan piedras verdes, pero si tu le hablas de piedras en el hígado a un médico especialista, pensará que te estás equivocando de órgano y que te refieres a la vesícula. O que estás de cachondeo, como me ha pasado a mí al hablar con algún especialista. Aquellos que ven y "tocan" hígados casi a diario nunca los ven con piedras. Los que los operan, los que hacen endoscopias, los que los trasplantan, los que los analizan cuando hacen autopsias, nadie ve piedras. Por poner un ejemplo, en este estudio en el que se analizaron casi un centenar de hígados de cadáveres, en ningún caso se reportaron piedras. Y eso que encontraron de todo y un montón de patologías, pero piedras no. En ninguno. O, si queremos ver más casos concretos, basta hacer una búsqueda por internet para encontrar unas cuantas fotos de hígados humanos seccionados en autopsias (por ejemplo, este o este), y en ninguno de ellos aparecen piedras. ¿Será que han elegido para la foto a los que acababan de hacer la limpieza hepática?
2. Moritz nunca ha presentado una prueba fiable de que su tratamiento sirve para algo
Para justificar que nunca presenta pruebas concretas, Moritz utiliza el típico recurso de decir que es imposible hacerlo. En su libro repite una y otra vez que, por su composición, no hay manera de detectar las piedras porque tienen la misma densidad que el tejido del hígado. Ni rayos X, ni ecógrafo, lo afirma explícitamente, solo se pueden ver al expulsarlas con su limpieza. Y problema solucionado, no hacen falta más pruebas. Este truco es muy utilizado por los vendedores de misterios y estafadores, decir que sus afirmaciones son imposibles de demostrar por terceros. El filósofo Bertrand Russell ya explicó esta treta mediante su famosa analogía de la tetera, que puede leerse en este enlace.
Sin embargo, hay otras técnicas de visualización de las Moritz que no habla. Hace tiempo que se utiliza la resonancia magnética para explorar el hígado, mediante la que se puede encontrar y ver de todo, en cualquier parte del cuerpo. Para el hígado también es una herramienta muy útil, como se explica en libros como este o en artículos como este otro. Si queremos comprobarlo nosotros mismos y no tenemos un aparatito de estos a mano o en la despensa, basta introducir en Google "hepatic magnetic resonance" para ver un montón de imágenes de hígados, con todo tipo de patologías. Pero ninguno con piedras.
3. El libro está lleno de falsedades y falacias
Además de la primera superfalacia sobre las piedras en el hígado, desde casi la primera línea el libro está plagado de otras afirmaciones y explicaciones en lenguaje pseudocientífico, pero que son falsas. Retuerce conceptos e ideas a su interés, se inventa principios que nunca nadie ha demostrado y utiliza todos los tópicos habituales, criticando la medicina convencional. Siempre sin presentar una sola prueba.
Estos son unos cuantos ejemplos extraídos de las primeras páginas de su libro:
- "Los cálculos biliares en el hígado son el principal obstáculo para adquirir y mantener la buena salud, la juventud y la vitalidad (...) , son una de las principales razones por las que la gente se enferma y tiene dificultades de recuperación de la enfermedad."
- "Todas las enfermedades o síntomas de mala salud son causados por algún tipo de obstrucción".
- "Un engrosamiento de la sangre causado por comidas o bebidas altamente creadoras de ácidos puede restringir su flujo por los capilares y arterias, y puede terminar en numerosos problemas en el cuerpo, desde la simple irritación de la piel a la artritis, un ataque cardiaco o un derrame cerebral".
- "Al descongestionar los conductos biliares en el hígado y la vesícula, los 60-100 trillones de células en el cuerpo podrán ‘respirar’ más oxígeno, recibir suficiente cantidad de nutrientes, eliminar eficazmente sus productos de desecho metabólico y mantener perfecta comunicación con el sistema nervioso, endocrino y con el resto de las partes del cuerpo".
- "Las toxinas atrapadas constantemente irritan partes del revestimiento gastro-intestinal (el cual comienza en la boca y termina en el ano) hasta que se da la inflamación o ulcerización."
4. Existe una explicación alternativa, mucho más razonable, para las piedras que se expulsan con su tratamiento
Como ya se explicó someramente en el artículo publicado en The Lancet hace años, mezclando aceite, zumo de limón y sales de magnesio (que es lo que prescribe este tratamiento), al interaccionar con las enzimas digestivas, además de unas poderosas diarreas y una deshidratación memorable se nos formarán unos compuestos en el estómago a causa de la reacción entre estos compuestos. Que después saldrán por donde tienen que salir, claro. Existiendo esta explicación, ¿no es más fácil de creer que la que propone Moritz, que existen unas piedras en nuestro hígado que nadie nunca ha detectado (excepto él mismo), que nadie puede ver con ningún instrumento y que supuestamente se expulsan al tomar mezclas nauseabundas y aplicarse lavativas?
5. Ningún médico especialista la conoce ni la utiliza
Aunque algunos no lo crean, los médicos quieren que sus pacientes se curen. Y no le gusta que sufran y mucho menos que se mueran. Y los hospitales quieren ahorrar, sobre todo ahora que no hay dinero para la sanidad. Por eso, siempre que hay más de un tratamiento con posibles resultados similares, recomiendan el menos agresivo y costoso. Y ninguno se inclina por las ideas de Moritz. De hecho, la mayor parte de las veces los cálculos biliares solo pueden extraerse con cirugía, por desgracia.
No creo que todos los médicos tengan acciones en la empresa que fabrica los bisturís o en la que vende la anestesia. Ni que todos sean idiotas. Ni que ninguno haya escuchado hablar de ella (yo he hablado con alguno que le sonaba la idea pero que le parecía tan ridícula que nunca había buscado más información). Estoy seguro de que si yo fuera mecánico y existiera una forma de arreglar las juntas de la culata de los coches en un ratito y sin tocar el motor, me habría enterado. O si fuera fontanero y se pudieran arreglar todos los atascos de tuberías con un líquido, también lo sabría. Sobre todo su hubiera un libro a la venta contando cómo hacerlo.
6. El curriculum y los antecedentes de Moritz asustan
Para empezar, sus titulaciones son un poco raras, por decir algo. En su web cuenta que ha conseguido titulos de todo tipo, de disciplinas de lo más exóticas, obtenidas en centros cuando menos originales: Iridiología, medicina ayurvédica, shiatsu, estudio de la conciencia... No enseña ningún título oficial, no sé si será por respetar la ley de protección de datos o por alguna otra razón...
Sus libros dejan bien claro que no tiene ningún reparo a apuntarse a cualquier conspiranoia: Afirma que las vacunas son venenosas y hay que evitarlas, el cáncer no es una enfermedad y el virus del VIH no existe. Y no sé como no le han dado ya el Premio Nobel, porque dice que es capaz de curar casi cualquier cosa con la luz del sol: Cáncer, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, artritis, enfermedades infecciosas...
El no va más de los timos que vende son sus obras de arte, pinturas hechas por el mismo (y que llama Ener-chi art) que asegura están llenas de energías de luz codificada, que curan enfermedades y equilibran nosequé. En este caso el timo es tan cutre que el tío ni siquiera vende los originales, sino copias. Por cierto, en su libro de la limpieza hepática nos recuerda que las copias digitales de estas obras no "funcionan", así que si queremos copias "de las buenas", solo las conseguiremos comprándoselas a él. ¡Eso sí que es un buen método para eliminar de un plumazo la posibilidad del pirateo!
Y ahora, teniendo en cuenta todos estos previos, ¿crees que la limpieza hepática se merece un minuto más de tu tiempo?
Actualización
Desde la web de Andreas Moritz se informa que ha fallecido en octubre de 2012, a los 58 años de edad. parece que los remedios milagrosos de sus libros, que prometen curar todo tipo de enfermedades, no han sido útiles en su caso. En este post más detalles.
22.5.12
La nueva red social para rezar
Que sí, que no es cachondeo. Que de nuevo gracias a un amigo del Círculo Escéptico me he enterado de la existencia de una nueva red social que se llama Mayfeelings y que es... para rezar. Así, tal cual. Uno pide algo, como por ejemplo erradicar el hambre en África, y quien quiera se apunta a rezar, para ver si se consigue. Era justo lo que la humanidad necesitaba.
Mientras por un lado algunos se dedican a hacer idioteces como esas, por el otro ocurren cosas como esta otra: Juicio oral contra Javier Krahe por su corto 'Cómo cocinar a un Cristo'
Por este vídeo:
Así va el país...
Mientras por un lado algunos se dedican a hacer idioteces como esas, por el otro ocurren cosas como esta otra: Juicio oral contra Javier Krahe por su corto 'Cómo cocinar a un Cristo'
Por este vídeo:
Así va el país...
11.5.12
La evolución como nunca te la habían contado
¿Crees que sabes lo que es la evolución? Quizás sepas algo, pero estoy casi seguro de que no tenías las ideas tan claras como las cuenta este vídeo, que en cinco minutos expone las cinco razones por las que los organismos evolucionamos. Simplemente magnífico.
Visto en Amazings.
Visto en Amazings.
9.5.12
Los ateos y no creyentes son más generosos que los religiosos
La iglesia y los religiosos más radicales suelen utilizar el argumento de que sin la religión, todos seríamos peores personas. Según ellos, si nadie creyera en un dios todopoderoso, el infierno, el cielo y esas cosas, todos nos daríamos a la mala vida y nos comportaríamos como malas bestias. Y, como es habitual, mienten.
De nuevo gracias a un colega del Círculo escéptico he conocido un enlace al estudio "My Brother’s Keeper? Compassion Predicts Generosity More Among Less Religious Individuals" , que se publicará completo en el mes de junio en la revista Social Psychological and Personality Science. En el estudio, que realmente es un compendio de tres estudios, se han analizado los comportamientos de más de 1500 personas, realizando los siguientes experimentos:
- Plantear posibles comportamientos en situaciones de necesidad o caridad.
- Ver un vídeo de gente necesitada y después pedirles dinero.
- Disposición a compartir un dinero que se les regala.
En las tres "ganaron" en generosidad los ateos o agnósticos. Así que se vuelve a ratificar la validez de "A Dios rogando y con el mazo dando".
De nuevo gracias a un colega del Círculo escéptico he conocido un enlace al estudio "My Brother’s Keeper? Compassion Predicts Generosity More Among Less Religious Individuals" , que se publicará completo en el mes de junio en la revista Social Psychological and Personality Science. En el estudio, que realmente es un compendio de tres estudios, se han analizado los comportamientos de más de 1500 personas, realizando los siguientes experimentos:
- Plantear posibles comportamientos en situaciones de necesidad o caridad.
- Ver un vídeo de gente necesitada y después pedirles dinero.
- Disposición a compartir un dinero que se les regala.
En las tres "ganaron" en generosidad los ateos o agnósticos. Así que se vuelve a ratificar la validez de "A Dios rogando y con el mazo dando".
8.5.12
Los gordos también tienen fuerza de voluntad
Por su interés, he decidido copiar-pegar directamente un post completo del blog del libro "Lo que dice la ciencia para adelgazar". La razón para hacerlo es porque creo que es una reflexión complementaria al post "Por qué los delgados no deberían dar consejos a los gordos". Pido disculpas a los que sigáis ambos blogs.
Hace mucho que la psicología científica demostró que las personas tendemos a justificarnos y sobrevalorarnos. La mayoría pensamos que somos mejores que la media y somos mucho más benevolentes valorando los malos comportamientos propios que los de los otros. Así queda probado en estudios como "Distortions in reports of health behaviors: The time span effect and illusory supefuority", en el que se observa cómo somos más críticos con los comportamientos negativos de los demás en temas de salud que con los nuestros. Por decir uno entre tantos.
Técnicamente los psicólogos lo llaman "Sesgo de correspondencia" y la Wikipedia lo resume muy bien: "Es la tendencia o disposición de la gente a sobrevalorar los motivos personales internos a la hora de explicar un comportamiento observado en otras personas, infravalorando por el contrario motivos externos como el rol o las circunstancias, para este mismo comportamiento. En otras palabras, la gente tiende a explicar comportamientos basándose más en qué "tipo" de persona los ejecuta que en los factores sociales y ambientales que rodean e influyen a dicha persona. Esta presunción por defecto hace que la gente haga explicaciones erróneas del comportamiento".
Dicho con palabras más sencillas: Cuando logramos un objetivo que consideramos excepcional, pensamos que es por nuestro esfuerzo y nuestro méritos. Si los demás no lo consiguen, nuestra percepción suele ser que no se esfuerzan lo suficiente, que no se lo merecen como nosotros. Por el contrario, si no conseguimos llegar a la meta que nos marcamos, tendemos a sobrejustificarnos y fácilmente encontramos razones de peso externas para nuestro fracaso.
La obesidad y la delgadez no se libran de este fenómeno. La mayoría de las personas delgadas o con cuerpos estupendos suelen reprochar a las personas obesas que no se esfuerzan lo suficiente o que no tienen fuerza de voluntad para llegar a lo mismo. Aunque no se suele expresar abiertamente por educación, suele ser fácil de leer entre líneas. Piensan que ellos han conseguido su cuerpo gracias sobre todo a su esfuerzo y creen que al resto les supondría el mismo nivel de esfuerzo, así que si no lo hacen, es porque son un poco perezosos. O vagos. O glotones.
Este tipo de actitud se suele mezclar otro comportamiento poco riguroso, el llamado por los escépticos "a mi me funciona". Nuestro cerebro está programado para buscar la causa-efecto en casi todo lo que hacemos, así que pensamos que si ha ocurrido algo como consecuencia de un comportamiento, realmente el éxito se debe solo a dicho comportamiento.
Sorprendentemente, en otros temas la gente es más comprensiva. Si alguien no tiene un doctorado en física cuántica, no solemos pensar que es porque es un vago. Si no tiene trabajo, tampoco lo vemos como perezoso, y menos en los tiempos que corren. Si no tiene éxito en los negocios, es difícil que creamos que la razón principal es la falta de dedicación. Además del esfuerzo (que también es importante), todos aceptamos que existen otros muchos factores que influyen en la consecución de estos logros: la suerte, las habilidades innatas, los gustos personales, el entorno... Y en la obesidad, o en la delgadez, ocurre lo mismo.
Hasta los mayores expertos mundiales piensan que el tema de la obesidad es muy complejo y que no tiene una solución fácil, como puede leerse, por ejemplo, aquí. En mi modesta opinión e intentando simplificar, creo que hay tres factores clave en el sobrepeso. El primero de ellos es la genética. Si nuestro metabolismo tiene unas características concretas, el combate será más difícil. La tendencia a sufrir resistencia a la insulina, por ejemplo, que nos hace eficaces acumuladores de grasa en una dieta alta en carbohidratos refinados, tiene una importante componente hereditaria. Lo peor de este factor es que su consecuencia se refleja en forma de hambre. El hambre es una sensación que no es comparable a ninguna otra. Está directamente asociada a uno de los instintos más potentes y básicos de la naturaleza, la supervivencia. Llegados a cierto nivel de hambre (que, por suerte, no suele ocurrir en occidente), seríamos capaces de matar para mitigarlo. Los delgados no suelen ser conscientes de la importancia de la intensidad del hambre porque piensan que todo el mundo la siente como ellos. Y no es cierto. Suelo recomendar que se imaginen cómo se sentirían si se les redujera la cantidad de comida habitual a la mitad para toda la vida. ¿Serían capaces de soportar esa sensación durante años?
El segundo factor es la educación o el conocimiento. Si no sabemos lo básico sobre nutrición o lo que sabemos no es correcto, seremos incapaces de interpretar fielmente cómo reacciona nuestro cuerpo ante los alimentos (o lo haremos erróneamente) y, por lo tanto, no podremos ajustar adecuadamente nuestra dieta para no comer lo que nos hace engordar y comer lo que nos evita sentir hambre.
Y el tercero es el esfuerzo y la motivación personal. Un factor psicológico muy complejo y multi-componente. El error es pensar que este factor es independiente y el más importante, pero no la cosa no es tan fácil. Depende muchísimo de los otros dos, lo que a uno le cuesta un esfuerzo de "6" quizás a otro le suponga un esfuerzo de "10", debido a que sus genes no ayudan o, porque por desconocimiento, no ejecuta adecuadamente las instrucciones dietéticas más eficaces para su caso. Hay mucha gente obesa que tiene una enorme fuerza de voluntad (y éxito) en otros muchos ámbitos de la vida, que dedican horas y horas a estudiar o a trabajar y se sacrifican como el que más, pero son incapaces de superar su sobrepeso.
En definitiva, pienso que en temas de sobrepeso las comparaciones son odiosas por tres razones. Porque caemos en el sesgo de correspondencia continuamente, porque utilizamos el a mi me funciona para juzgar a otros y porque no valoramos en su medida todos los factores que influyen.
Respecto a los tres factores de influencia, contra el primero, los genes, no se puede hacer nada. Pueden ser una ayuda o una dificultad, es lo que hay. Por el contrario, en el segundo, la educación, el campo de actuación es amplísimo. Personalmente escribí el libro "Lo que dice la ciencia para adelgazar..." para aportar mi granito de arena en la educación y el conocimiento. Y para reforzar el tercero, la motivación y el esfuerzo, los ánimos funcionan mucho mejor que los reproches. Esto también lo han demostrado los científicos.
Así que si usted está delgado y cree que las personas obesas son bastante responsables de su situación, le sugiero que dedique unos minutos a pensar sobre ello. Quizás ahora no lo vea tan claro.
Hace mucho que la psicología científica demostró que las personas tendemos a justificarnos y sobrevalorarnos. La mayoría pensamos que somos mejores que la media y somos mucho más benevolentes valorando los malos comportamientos propios que los de los otros. Así queda probado en estudios como "Distortions in reports of health behaviors: The time span effect and illusory supefuority", en el que se observa cómo somos más críticos con los comportamientos negativos de los demás en temas de salud que con los nuestros. Por decir uno entre tantos.
Técnicamente los psicólogos lo llaman "Sesgo de correspondencia" y la Wikipedia lo resume muy bien: "Es la tendencia o disposición de la gente a sobrevalorar los motivos personales internos a la hora de explicar un comportamiento observado en otras personas, infravalorando por el contrario motivos externos como el rol o las circunstancias, para este mismo comportamiento. En otras palabras, la gente tiende a explicar comportamientos basándose más en qué "tipo" de persona los ejecuta que en los factores sociales y ambientales que rodean e influyen a dicha persona. Esta presunción por defecto hace que la gente haga explicaciones erróneas del comportamiento".
Dicho con palabras más sencillas: Cuando logramos un objetivo que consideramos excepcional, pensamos que es por nuestro esfuerzo y nuestro méritos. Si los demás no lo consiguen, nuestra percepción suele ser que no se esfuerzan lo suficiente, que no se lo merecen como nosotros. Por el contrario, si no conseguimos llegar a la meta que nos marcamos, tendemos a sobrejustificarnos y fácilmente encontramos razones de peso externas para nuestro fracaso.
La obesidad y la delgadez no se libran de este fenómeno. La mayoría de las personas delgadas o con cuerpos estupendos suelen reprochar a las personas obesas que no se esfuerzan lo suficiente o que no tienen fuerza de voluntad para llegar a lo mismo. Aunque no se suele expresar abiertamente por educación, suele ser fácil de leer entre líneas. Piensan que ellos han conseguido su cuerpo gracias sobre todo a su esfuerzo y creen que al resto les supondría el mismo nivel de esfuerzo, así que si no lo hacen, es porque son un poco perezosos. O vagos. O glotones.
Este tipo de actitud se suele mezclar otro comportamiento poco riguroso, el llamado por los escépticos "a mi me funciona". Nuestro cerebro está programado para buscar la causa-efecto en casi todo lo que hacemos, así que pensamos que si ha ocurrido algo como consecuencia de un comportamiento, realmente el éxito se debe solo a dicho comportamiento.
Sorprendentemente, en otros temas la gente es más comprensiva. Si alguien no tiene un doctorado en física cuántica, no solemos pensar que es porque es un vago. Si no tiene trabajo, tampoco lo vemos como perezoso, y menos en los tiempos que corren. Si no tiene éxito en los negocios, es difícil que creamos que la razón principal es la falta de dedicación. Además del esfuerzo (que también es importante), todos aceptamos que existen otros muchos factores que influyen en la consecución de estos logros: la suerte, las habilidades innatas, los gustos personales, el entorno... Y en la obesidad, o en la delgadez, ocurre lo mismo.
Hasta los mayores expertos mundiales piensan que el tema de la obesidad es muy complejo y que no tiene una solución fácil, como puede leerse, por ejemplo, aquí. En mi modesta opinión e intentando simplificar, creo que hay tres factores clave en el sobrepeso. El primero de ellos es la genética. Si nuestro metabolismo tiene unas características concretas, el combate será más difícil. La tendencia a sufrir resistencia a la insulina, por ejemplo, que nos hace eficaces acumuladores de grasa en una dieta alta en carbohidratos refinados, tiene una importante componente hereditaria. Lo peor de este factor es que su consecuencia se refleja en forma de hambre. El hambre es una sensación que no es comparable a ninguna otra. Está directamente asociada a uno de los instintos más potentes y básicos de la naturaleza, la supervivencia. Llegados a cierto nivel de hambre (que, por suerte, no suele ocurrir en occidente), seríamos capaces de matar para mitigarlo. Los delgados no suelen ser conscientes de la importancia de la intensidad del hambre porque piensan que todo el mundo la siente como ellos. Y no es cierto. Suelo recomendar que se imaginen cómo se sentirían si se les redujera la cantidad de comida habitual a la mitad para toda la vida. ¿Serían capaces de soportar esa sensación durante años?
El segundo factor es la educación o el conocimiento. Si no sabemos lo básico sobre nutrición o lo que sabemos no es correcto, seremos incapaces de interpretar fielmente cómo reacciona nuestro cuerpo ante los alimentos (o lo haremos erróneamente) y, por lo tanto, no podremos ajustar adecuadamente nuestra dieta para no comer lo que nos hace engordar y comer lo que nos evita sentir hambre.
Y el tercero es el esfuerzo y la motivación personal. Un factor psicológico muy complejo y multi-componente. El error es pensar que este factor es independiente y el más importante, pero no la cosa no es tan fácil. Depende muchísimo de los otros dos, lo que a uno le cuesta un esfuerzo de "6" quizás a otro le suponga un esfuerzo de "10", debido a que sus genes no ayudan o, porque por desconocimiento, no ejecuta adecuadamente las instrucciones dietéticas más eficaces para su caso. Hay mucha gente obesa que tiene una enorme fuerza de voluntad (y éxito) en otros muchos ámbitos de la vida, que dedican horas y horas a estudiar o a trabajar y se sacrifican como el que más, pero son incapaces de superar su sobrepeso.
En definitiva, pienso que en temas de sobrepeso las comparaciones son odiosas por tres razones. Porque caemos en el sesgo de correspondencia continuamente, porque utilizamos el a mi me funciona para juzgar a otros y porque no valoramos en su medida todos los factores que influyen.
Respecto a los tres factores de influencia, contra el primero, los genes, no se puede hacer nada. Pueden ser una ayuda o una dificultad, es lo que hay. Por el contrario, en el segundo, la educación, el campo de actuación es amplísimo. Personalmente escribí el libro "Lo que dice la ciencia para adelgazar..." para aportar mi granito de arena en la educación y el conocimiento. Y para reforzar el tercero, la motivación y el esfuerzo, los ánimos funcionan mucho mejor que los reproches. Esto también lo han demostrado los científicos.
Así que si usted está delgado y cree que las personas obesas son bastante responsables de su situación, le sugiero que dedique unos minutos a pensar sobre ello. Quizás ahora no lo vea tan claro.
5.5.12
HIIT y escaleras, vídeo, colesterol bajo, pan, nutricion y aperitivos, bici y longevidad en "Lo que dice la ciencia para adelgazar..."
Últimos posts en "Lo que dice la ciencia para adelgazar..."
- Andar en bicicleta alarga la vida, más si se practica con intensidad.
- El valor nutricional de las tapas y aperitivos españoles.
- El pan sí engorda, se unte o no, parte 4 - Los efectos secundarios.
- El colesterol muy bajo es perjudicial para la salud.
- Vídeo promo "Lo que dice la ciencia para adelgazar...".
- HIIT y escaleras: Una propuesta de ejercicio aeróbico de alto rendimiento.
- Andar en bicicleta alarga la vida, más si se practica con intensidad.
- El valor nutricional de las tapas y aperitivos españoles.
- El pan sí engorda, se unte o no, parte 4 - Los efectos secundarios.
- El colesterol muy bajo es perjudicial para la salud.
- Vídeo promo "Lo que dice la ciencia para adelgazar...".
- HIIT y escaleras: Una propuesta de ejercicio aeróbico de alto rendimiento.
4.5.12
Ya queda menos para que los calvos puedan tener pelo
Es curioso la trascendencia que damos a algunas cosas. El pelo de la cabeza es una de las obsesiones estéticas de los seres humanos (los pechos y la obesidad son otras) y muchas personas que padecen algún tipo de alopecia, especialmente mujeres, pueden sufrir psicológicamente y sentirse acomplejadas. Por eso cada poco tiempo y de forma reiterada nos llegan noticias de importantes avances en investigaciones relacionadas con estos temas. Pero pasan los años y los calvos siguen igual de calvos.
Aunque esta vez quizás vaya en serio. Se acaba de publicar un estudio en el que mediante el uso de células madre se han regenerado pelos y folículos capilares con muy buenos resultados. De momento en ratas y parece que en pocos años se verá si también es eficaz en humanos.
El artículo, titulado "Fully functional hair follicle regeneration through the rearrangement of stem cells and their niches" está accesible completo y tiene fotos muy llamativas, como estas:
Aunque esta vez quizás vaya en serio. Se acaba de publicar un estudio en el que mediante el uso de células madre se han regenerado pelos y folículos capilares con muy buenos resultados. De momento en ratas y parece que en pocos años se verá si también es eficaz en humanos.
El artículo, titulado "Fully functional hair follicle regeneration through the rearrangement of stem cells and their niches" está accesible completo y tiene fotos muy llamativas, como estas:
2.5.12
#SinCiencia : el vídeo de Centinel
Me uno a la iniciativa #SinCiencia no hay futuro, con este modesto vídeo, que yo titularía Sin ciencia sólo nos comeremos los mocos. Con perdón.