Tres matemáticos se acaban de conocer en un congreso sobre estadística y tras el primer día de ponencias, quedan para salir y tomar algo. Al de poco de entrar a un pub, una chica muy atractiva se acerca a ellos y les pregunta:
- ¿Sois los tres vírgenes?
- No lo sé - responde le primero.
- No lo sé - responde el segundo.
- Sí - dice el tercero.
Si no te divierte, es que no lo has cogido. O eres un androide.
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Crisis, banca y engaños
El País, 27-10-2011:
¿Bastará la recapitalización de la banca europea en 108.000 millones, como bendijo ayer la cumbre? ¿O conviene inyectarle 200.000 o 300.000 más, como predican, quién da más, ciertos analistas? La respuesta es que nos están engañando como a chinos...
Seguir leyendo aquí.
¿Bastará la recapitalización de la banca europea en 108.000 millones, como bendijo ayer la cumbre? ¿O conviene inyectarle 200.000 o 300.000 más, como predican, quién da más, ciertos analistas? La respuesta es que nos están engañando como a chinos...
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23.10.11
Chocolate sin azúcar... ¿y sin carbohidratos?
Si ya es un capricho especialmente atractivo para todo el mundo, para los seguidores de las dietas bajas en carbohidratos el chocolate es, a partes iguales, un pecado y un milagro. Pecado, por la enorme cantidad de carbohidratos que suele tener, y milagro, por lo rico que sabe cuando no sueles tomar nunca azúcar.
Para estos sufridores, hace tiempo que existe en el mercado chocolate sin azúcar (Las marcas más conocidas son las de Nestlé y Valor), pero ¿es realmente adecuado para una dieta low-carb?
Veamos que dicen sus tablas nutricionales. Esta es la del chocolate negro sin azúcar Nestlé:
Y esta la del chocolate puro con almendras Valor:
Como puede leerse, ambos carecen prácticamente de azúcar. Pero la información respecto a los carbohidratos no es igual de clara. El de Nestlé indica 51,2 gramos por cada 100, la mayoría de ellos (47,7) polialcoholes, es decir, edulcorantes que en principio no "cuentan" como carbohidratos. El de Valor parece que tiene menos, 38,3 por cada 100 gramos, pero en este caso no concretan de qué tipo son, por lo que no sabemos si, además de los edulcorantes, tiene harinas, almidón o similares.
Así que parece que la elección más segura para una dieta de este tipo es el chocolate negro sin azúcar de Nestlé. Tendrás que vigilar también la importante cantidad de grasas saturadas que tienen estos chocolates. En cualquier caso, moderación, que uno se confía y al de poco se encuentra zampándose una tableta entera en n momento de debilidad.
Para estos sufridores, hace tiempo que existe en el mercado chocolate sin azúcar (Las marcas más conocidas son las de Nestlé y Valor), pero ¿es realmente adecuado para una dieta low-carb?
Veamos que dicen sus tablas nutricionales. Esta es la del chocolate negro sin azúcar Nestlé:
Y esta la del chocolate puro con almendras Valor:
Como puede leerse, ambos carecen prácticamente de azúcar. Pero la información respecto a los carbohidratos no es igual de clara. El de Nestlé indica 51,2 gramos por cada 100, la mayoría de ellos (47,7) polialcoholes, es decir, edulcorantes que en principio no "cuentan" como carbohidratos. El de Valor parece que tiene menos, 38,3 por cada 100 gramos, pero en este caso no concretan de qué tipo son, por lo que no sabemos si, además de los edulcorantes, tiene harinas, almidón o similares.
Así que parece que la elección más segura para una dieta de este tipo es el chocolate negro sin azúcar de Nestlé. Tendrás que vigilar también la importante cantidad de grasas saturadas que tienen estos chocolates. En cualquier caso, moderación, que uno se confía y al de poco se encuentra zampándose una tableta entera en n momento de debilidad.
21.10.11
Otro importante estudio no encuentra relación entre el cáncer y los teléfonos móviles
Copipasteo salvajemente el enlace que me ha facilitado Sexólogo:
Un estudio no ha hallado un vínculo entre el uso de teléfonos móviles y el desarrollo del cáncer cerebral, señalan hoy investigadores daneses en la página electrónica de la revista British Medical Journal (BMJ, siglas en inglés). Según el análisis, a cargo de expertos del Instituto de Epidemiología de Copenhague, los casos de cáncer en el sistema nervioso central eran los mismos entre las personas que usaron el teléfono móvil durante un largo periodo de tiempo -más de 10 años- y las que jamás utilizaron los celulares.
Los anti-antenas seguirán dando la matraca al grito de "ya, pero ese estudio no demuestra al 100% que los teléfonos no den cáncer", y tienen razón. Lo único 100% demostrable son los teoremas matemáticos, todo lo demás son suposiciones basadas en evidencias. Como que la tierra es esférica, el sol está a 150 millones de kilómetros o los seres vivos evolucionan. Ninguna de estas cosas está 100% demostrada, pero quien no se lo cree es porque ... porque... pues eso.
El estudio completo, en este enlace.
Un estudio no ha hallado un vínculo entre el uso de teléfonos móviles y el desarrollo del cáncer cerebral, señalan hoy investigadores daneses en la página electrónica de la revista British Medical Journal (BMJ, siglas en inglés). Según el análisis, a cargo de expertos del Instituto de Epidemiología de Copenhague, los casos de cáncer en el sistema nervioso central eran los mismos entre las personas que usaron el teléfono móvil durante un largo periodo de tiempo -más de 10 años- y las que jamás utilizaron los celulares.
Los anti-antenas seguirán dando la matraca al grito de "ya, pero ese estudio no demuestra al 100% que los teléfonos no den cáncer", y tienen razón. Lo único 100% demostrable son los teoremas matemáticos, todo lo demás son suposiciones basadas en evidencias. Como que la tierra es esférica, el sol está a 150 millones de kilómetros o los seres vivos evolucionan. Ninguna de estas cosas está 100% demostrada, pero quien no se lo cree es porque ... porque... pues eso.
El estudio completo, en este enlace.
20.10.11
La publicidad con sonido de Youtube es insoportable
No aguanto más, tengo que decirlo por el blog: No puedo ver ni un sólo vídeo de Youtube porque la publicidad de juegos de azar que aparece arriba a la derecha te machaca con unas campanitas horribles a todo volumen que no paran, hagas lo que hagas. ¿De verdad creen que así me convencerán para jugar? ¿Y piensan en Youtube que con esa publicidad se puede estar en su web más de un minuto? Hasta que no la quiten, no vuelvo, lo siento.
El microondas no tiene ningún efecto negativo sobre los alimentos ni sus nutrientes
Igual conoces la leyenda de que si riegas una planta con agua calentada en el microondas, la planta morirá. No es que la gente suela hacer esa bobada, los que difunden esa historia pretenden convencernos de que si eso pasa, es porque el microondas es malísimo para todo, debido a sus ondas malignas llenas de radiación. En el blog La Mentira Está Ahí Fuera se desmonta esta batallita, cuyas supuestas pruebas (unas fotos) no son más que el típico photoshopeo mal hecho, pergeñado por los conspiranoicos de siempre. Hace poco también pude leer otro estupendo post en El Tamiz, rebatiendo todos los argumentos de un chapucero artículo anti-microondas. Así que, como soy un copión poco original, me toca intentar aportar mi granito de arena.
Es cierto que el calor reduce la capacidad nutricional de un alimento, por ejemplo, porque degrada algunas vitaminas, pero ocurre con cualquier tipo de calor. También es cierto que los alimentos suelen estar más sabrosos cocinados en un horno convencional, pero esto se debe probablemente a nuestra predilección por el sabor asociado al tostado (miles de años usando el fuego para cocinar, que produce quemado por exceso de calor en algunas zonas, ha tenido sus consecuencias evolutivas). Y es verdad algunos pasteles quedan bastante pochos debido a que sus recetas están pensadas para hornos convencionales, que distribuyen el calor de una forma muy diferente. Pero de ahí a decir que el microondas es malo o degrada los alimentos, hay un trecho.
Las microondas hacen vibrar las moléculas polares (por ejemplo, agua o grasa), lo cual genera calor. Y ya está. Y los hornos convencionales calientan unas resistencias cuyas moléculas aumentan de energía, se ponen a vibrar como locas y transmiten esta energía al resto de moléculas que hay a su alrededor, incluidas las de los alimentos. No hay sustanciales diferencias físicas entre este calor generado por vibraciones moleculares en ambos casos. La ventaja del primero es que la energía se aprovecha mucho mejor, ya que las ondas sólo ponen a vibrar las moléculas de la comida (aunque después el entorno se caliente por proximidad) y además penetran varios centímetros al el interior, permitiendo generar calor dentro más rápidamente.
Como las explicaciones no suelen ser suficientes, aquí aporto el enlace a un estudio en el que se comprueba que los alimentos cocinados en un horno normal y un horno microondas no tienen diferencias nutricionales significativas. Así que, a comer tranquilos. Y tampoco hace falta que, como los técnicos de rayos X, salgas de la cocina cada vez que calientas algo. Ni que te compres un delantal de plomo. Pero eso sí, no metas al gato a secar en el microondas, no sé si es otra leyenda urbana, pero dicen que una señora lo hizo y puedes imaginar la que lió.
Creo que ya lo he contado alguna vez, pero lo haré de nuevo, que viene a cuento. Hace tiempo tuve una compañera de trabajo que me aseguraba que nunca tendría un microondas porque le parecía potencialmente dañino en todos los sentidos. Y utilizaba como principal factor de motivación a su hija, a la que decía no querer poner en peligro. Lo curioso es que mientras te lo contaba, tenía un cigarrillo en la mano, que también consumía habitualmente en su casa, junto a su niña.
Es cierto que el calor reduce la capacidad nutricional de un alimento, por ejemplo, porque degrada algunas vitaminas, pero ocurre con cualquier tipo de calor. También es cierto que los alimentos suelen estar más sabrosos cocinados en un horno convencional, pero esto se debe probablemente a nuestra predilección por el sabor asociado al tostado (miles de años usando el fuego para cocinar, que produce quemado por exceso de calor en algunas zonas, ha tenido sus consecuencias evolutivas). Y es verdad algunos pasteles quedan bastante pochos debido a que sus recetas están pensadas para hornos convencionales, que distribuyen el calor de una forma muy diferente. Pero de ahí a decir que el microondas es malo o degrada los alimentos, hay un trecho.
Las microondas hacen vibrar las moléculas polares (por ejemplo, agua o grasa), lo cual genera calor. Y ya está. Y los hornos convencionales calientan unas resistencias cuyas moléculas aumentan de energía, se ponen a vibrar como locas y transmiten esta energía al resto de moléculas que hay a su alrededor, incluidas las de los alimentos. No hay sustanciales diferencias físicas entre este calor generado por vibraciones moleculares en ambos casos. La ventaja del primero es que la energía se aprovecha mucho mejor, ya que las ondas sólo ponen a vibrar las moléculas de la comida (aunque después el entorno se caliente por proximidad) y además penetran varios centímetros al el interior, permitiendo generar calor dentro más rápidamente.
Como las explicaciones no suelen ser suficientes, aquí aporto el enlace a un estudio en el que se comprueba que los alimentos cocinados en un horno normal y un horno microondas no tienen diferencias nutricionales significativas. Así que, a comer tranquilos. Y tampoco hace falta que, como los técnicos de rayos X, salgas de la cocina cada vez que calientas algo. Ni que te compres un delantal de plomo. Pero eso sí, no metas al gato a secar en el microondas, no sé si es otra leyenda urbana, pero dicen que una señora lo hizo y puedes imaginar la que lió.
Creo que ya lo he contado alguna vez, pero lo haré de nuevo, que viene a cuento. Hace tiempo tuve una compañera de trabajo que me aseguraba que nunca tendría un microondas porque le parecía potencialmente dañino en todos los sentidos. Y utilizaba como principal factor de motivación a su hija, a la que decía no querer poner en peligro. Lo curioso es que mientras te lo contaba, tenía un cigarrillo en la mano, que también consumía habitualmente en su casa, junto a su niña.
18.10.11
Cómo se prueban los tratamientos médicos, libro gratis
Gracias a Bad Science, el blog the Ben Goldacre, he conocido que se acaba de publicar la segunda edición del libro "Testing Treatments", en el que se explica cómo funciona la medicina basada en evidencias. Completito en este enlace.
Lo mejor de todo es que también está disponible en español, de momento la primera edición, gratis para descargar desde este otro enlace. Parece que para 2012 llegará la traducción de la segunda. Uno de esos regalos impagables que nos llega gracias a internet.
Lo mejor de todo es que también está disponible en español, de momento la primera edición, gratis para descargar desde este otro enlace. Parece que para 2012 llegará la traducción de la segunda. Uno de esos regalos impagables que nos llega gracias a internet.
16.10.11
Sanson Institut, culto al cuerpo en los años setenta
Cuando era pequeño, los tebeos (entonces nadie los llamaba comics) eran mi pasatiempo favorito. Más que leerlos, los devoraba. Por aquellos años Bruguera era la editorial por excelencia, el monopolio de la época, con sus Mortadelo, Zipi Zape, Pulgarcito, y otras muchas revistas que a muchos niños nos volvían locos.
Pero no voy a hablar ahora de lo bien que me lo pasé con todos estos personajes, sino de algo mucho más friki. Aquellas revistas contenían a menudo publicidad bastante curiosa, si pensamos que eran leídas por críos bastante pequeños: Cursos profesionales, muñecos extraños, aparatos inútiles, adornos extravagantes... también los leía,imaginando que alguna vez pudiera tenerlos. Pero sobre todo, había unos anuncios que despertaron mi interés durante mucho tiempo. Los pagaba la empresa (o lo que fuera) que da título a este post, Sanson Institut, y eran así:
Vintage total, ¿verdad? El caso es que aquellas promesas de cuerpos perfectos sin esfuerzo me sonaban de maravilla. Sí, a mí, que era un chaval tirando para esmirriadillo. Y aunque imaginaba que serían algo exageradas, estaba seguro que en gran parte tenían que ser sinceras, ya que no creía que ningún adulto pudiese mentir tan categóricamente.
Lo cierto es que el bombardeo era brutal, y la variedad de formatos muy numerosa. Aquí tienes alguno más:
Y oye, tanta promesa y cuerpos preciosos a mí me convencieron. Inocencia (e ignorancia) infantil, supongo., pero ahora me sorprende cómo podía asociar esos bíceps, tríceps y abdominales a mi tierno y todavía no desarrollado cuerpo. Así que, ni corto ni perezoso, rellenando el cupón con letra que me hiciese parecer mayor, solicité más información enviándolo por correo normal, del de toda la vida.
A partir de entonces me llegaron innumerables cartas (de las cuales, por desgracia, no guardo ninguna copia) con más promesas y requerimientos económicos más precisos. Seguía sin estar muy claro qué era aquel programa, pero su coste persuadía a cualquier madre con buen juicio de ni siquiera plantearse la posibilidad de comprarlo. Así que tuve que conformarme con soñar con el cuerpo que hubiese podido tener, pero que nunca llegó.
Probablemente aquellos dibujos a carboncillo y pluma de fornidos y atractivos hombretones, con su director y campeón de Europa Manuel Rillos a la cabeza, minaron mi subconsciente, mi ego y mi superyo sin remedio. Y así ando. Aunque el tiempo haya pasado y los sueños musculados se hayan ido por el desagüe a causa del generoso apetito y del escepticismo acarreado con los años.
Gracias a internet, ahora me ha sido posible conocer qué era todo aquel milagro: no eran más que diez cuadernillos con textos y dibujos, con consejos e instrucciones sobre ejercicio, alimentación, vida sana... Puedes descargarlos todos desde este enlace. La verdad es que cuando me los bajé, estuve leyéndolos casi entre lágrimas, ya que de repente tenía ante mí la resolución de una ilusión infantil olvidada. De cualquier forma, ¡menos mal que mi madre no me los compró!
El caso es que cuando miro esos cuadernillos, me recuerdo con casi cuatro décadas menos, leyendo aquellas promesas, abriendo emocionado una y otra vez las repetidas cartas publicitarias que Sanson Institut enviada al buzón de mis padres, con la esperanza de que algún día llegara algo más que folletos que pedían cantidades de dinero imposibles.
En fin, es agradable sentir de vez en cuando la nostalgia de tiempos que no volverán, aunque sea a partir de un recuerdo tan almodovariano como este.
Pero no voy a hablar ahora de lo bien que me lo pasé con todos estos personajes, sino de algo mucho más friki. Aquellas revistas contenían a menudo publicidad bastante curiosa, si pensamos que eran leídas por críos bastante pequeños: Cursos profesionales, muñecos extraños, aparatos inútiles, adornos extravagantes... también los leía,imaginando que alguna vez pudiera tenerlos. Pero sobre todo, había unos anuncios que despertaron mi interés durante mucho tiempo. Los pagaba la empresa (o lo que fuera) que da título a este post, Sanson Institut, y eran así:
Vintage total, ¿verdad? El caso es que aquellas promesas de cuerpos perfectos sin esfuerzo me sonaban de maravilla. Sí, a mí, que era un chaval tirando para esmirriadillo. Y aunque imaginaba que serían algo exageradas, estaba seguro que en gran parte tenían que ser sinceras, ya que no creía que ningún adulto pudiese mentir tan categóricamente.
Lo cierto es que el bombardeo era brutal, y la variedad de formatos muy numerosa. Aquí tienes alguno más:
Y oye, tanta promesa y cuerpos preciosos a mí me convencieron. Inocencia (e ignorancia) infantil, supongo., pero ahora me sorprende cómo podía asociar esos bíceps, tríceps y abdominales a mi tierno y todavía no desarrollado cuerpo. Así que, ni corto ni perezoso, rellenando el cupón con letra que me hiciese parecer mayor, solicité más información enviándolo por correo normal, del de toda la vida.
A partir de entonces me llegaron innumerables cartas (de las cuales, por desgracia, no guardo ninguna copia) con más promesas y requerimientos económicos más precisos. Seguía sin estar muy claro qué era aquel programa, pero su coste persuadía a cualquier madre con buen juicio de ni siquiera plantearse la posibilidad de comprarlo. Así que tuve que conformarme con soñar con el cuerpo que hubiese podido tener, pero que nunca llegó.
Probablemente aquellos dibujos a carboncillo y pluma de fornidos y atractivos hombretones, con su director y campeón de Europa Manuel Rillos a la cabeza, minaron mi subconsciente, mi ego y mi superyo sin remedio. Y así ando. Aunque el tiempo haya pasado y los sueños musculados se hayan ido por el desagüe a causa del generoso apetito y del escepticismo acarreado con los años.
Gracias a internet, ahora me ha sido posible conocer qué era todo aquel milagro: no eran más que diez cuadernillos con textos y dibujos, con consejos e instrucciones sobre ejercicio, alimentación, vida sana... Puedes descargarlos todos desde este enlace. La verdad es que cuando me los bajé, estuve leyéndolos casi entre lágrimas, ya que de repente tenía ante mí la resolución de una ilusión infantil olvidada. De cualquier forma, ¡menos mal que mi madre no me los compró!
El caso es que cuando miro esos cuadernillos, me recuerdo con casi cuatro décadas menos, leyendo aquellas promesas, abriendo emocionado una y otra vez las repetidas cartas publicitarias que Sanson Institut enviada al buzón de mis padres, con la esperanza de que algún día llegara algo más que folletos que pedían cantidades de dinero imposibles.
En fin, es agradable sentir de vez en cuando la nostalgia de tiempos que no volverán, aunque sea a partir de un recuerdo tan almodovariano como este.
Una razón para el 15-O
Uniéndome a las siete razones que Ignacio Escolar da en su blog para el 15-O, yo aporto la mía:
Para que unos pocos dejen de decidir cómo podemos vivir la mayoría con el único objetivo de vivir ellos cada vez mejor.
Para que unos pocos dejen de decidir cómo podemos vivir la mayoría con el único objetivo de vivir ellos cada vez mejor.
Viñeta de Manel Fontdevilla vista en Público.
14.10.11
Prueba del nuevo Amazon Kindle: Si tienes un amigo en EEUU, que te traiga uno
Como comenté hace unos días, Amazon a reventado los precios de los lectores de libros e-readers con su nueva gama Kindle. Ofrece precios atractivos para España, donde se puede conseguir el Kindle básico por 117 euros (transporte e impuestos incluidos), pero increíbles para los propios americanos: 79 dólares el mismo aparato, unos 57 euros a día de hoy. Menos de la mitad.
¿Quien no compraría un lector como este por 57 euros? ¿O por los 71 euros de la versión Touch, con pantalla sensible al tacto? Con dos o tres libros que te leas, con los precios que tienen por aquí los libros, ya lo has amortizado.
He tenido la suerte de echarle la mano a uno y lo tengo clarísimo: Si tienes algún amigo en EEUU y tiene previsto venirse de visita, no dudes en pedirle uno. Para los que todavía dudan, se ve de muerte, es comodísimo de leer, pesa muy poco y cabe en un bolsillo de la chaqueta. Es sorprendente lo bien que se ven estos cacharros, incluso a pleno sol, situación en la que son incluso más espectaculares.
Estas son fotos que he sacado al Kindle en las tres condiciones de lectura habituales, con luz interior, luz natural a la sombra y a pleno sol, en ese orden (y que conste que no hacen justicia a la experiencia real de lectura, que visualmente es igual a la de cualquier libro de papel):
¿Quien no compraría un lector como este por 57 euros? ¿O por los 71 euros de la versión Touch, con pantalla sensible al tacto? Con dos o tres libros que te leas, con los precios que tienen por aquí los libros, ya lo has amortizado.
He tenido la suerte de echarle la mano a uno y lo tengo clarísimo: Si tienes algún amigo en EEUU y tiene previsto venirse de visita, no dudes en pedirle uno. Para los que todavía dudan, se ve de muerte, es comodísimo de leer, pesa muy poco y cabe en un bolsillo de la chaqueta. Es sorprendente lo bien que se ven estos cacharros, incluso a pleno sol, situación en la que son incluso más espectaculares.
Estas son fotos que he sacado al Kindle en las tres condiciones de lectura habituales, con luz interior, luz natural a la sombra y a pleno sol, en ese orden (y que conste que no hacen justicia a la experiencia real de lectura, que visualmente es igual a la de cualquier libro de papel):
Bajo una lámpara
A la sombra
Con el sol pegando de lleno en la pantalla.
En Xataka han hecho un estupendo análisis a fondo, con el que coincido casi al 100%. Definitivamente, quiero uno. O mejor dos.
11.10.11
Los anti-antenas, la intolerancia, la conspiranoia y la ignorancia en el mismo saco
En el último capítulo del programa Escépticos de Jose A. Pérez se ha tratado el tema de las ondas electromagnéticas y su posible efecto sobre la salud. En este enlace puede verse completo. Buen programa, probablemente será de los mejores de la serie. Muy recomendable.
Yo ya he expuesto anteriormente en este blog mi opinión sobre el tema y no quiero repetirme demasiado, pero sí me apetece hacer hincapié en la postura de los conspiranoicos de turno, los grupos anti-antenas, que se puede ver de primera mano en el reportaje.
Según cuentan los autores del documental, los anti-antenas se han negado a participar y a dar su opinión con los argumentos de siempre: Que si los escépticos somos una secta, que estamos pagados por las empresas de telefonía (yo sigo con el bolsillo preparado, abierto a las donaciones de este tipo, pero nada, que no hay forma...), que si somos unos manipuladores... en fin, basta leer el patético comunicado que aparece en el programa para ver quién actúa realmente como una secta de fanáticos. Se parece un montón a las comunicaciones de los creacionistas u otros extremistas religiosos que son habituales en otros países.
Pues bien, entre este grupo de creyentes, al menos uno ha tenido el valor de dar la cara. El que, en mi opinión, es el personaje de este cuarto programa, Antón Erkoreka, doctor en medicina, profesor de la Universidad de País Vasco y, por lo que veo en internet, Director del Museo de la Medicina y de las Ciencias. Su inicial negativa a participar sospechando que los autores estaban siendo pagados por las telefónicas dice bastante de su actitud.
Este señor presenta ante las cámaras varias publicaciones y un estudio como evidencias científicas de la incidencia en la salud de las ondas electromagnéticas. Tengo que reconocer que despertaron mi curiosidad, pero requieren de algo más de estudio por mi parte para ser juzgados, y en cualquier caso, son muy escasos y poco significativos comparados con todo lo que hay en el sentido contrario.
Pero lo más llamativo de Erkoreka es su argumentación respecto al cáncer y las ondas: Según su parecer, durante las últimas décadas la incidencia del cáncer ha aumentado muchísimo, lo cual apoya su teoría. Más cancer, más ondas, causa-efecto demostrada. Bien, entonces las ondas también deben crear alzheimer, presbicia y obesidad, porque son todas patologías que han aumentado exponencialmente los últimos años. O también podríamos juzgar como precursores del cáncer a los reality shows, internet o el piercing, que también se han disparado últimamente.
Todo médico sabe que la relación no significa causalidad. Y todo médico sabe (o debería saber) que al igual que el alzheimer, el cáncer es una enfermedad asociada a la edad, que aparece con más frecuencia porque cada vez vivimos más años. No hace falta ser doctor en física ni en medicina para saber que, cuanto más años tienen nuestras células, más posibilidades hay de que desarrollemos un cáncer, por la propia naturaleza de las células, su ADN y el envejecimiento. Antón Erkoreka aporta datos del elevado porcentaje de muerte en el Pais Vasco por cáncer, pero lo que no dice es que el País Vasco es uno de los lugares del mundo dónde mayor esperanza de vida hay. Es decir, uno de los lugares donde hay gente más gente vieja.
Me parece sorprendente que tampoco hable de otros factores como el tabaco, algunos productos químicos, las radiaciones ionizantes (por ejemplo, los rayos X), algunos tipos de alimentación o el sol en exceso. Resulta que todos esos son factores que están más presentes durante las últimas décadas y que, todos ellos, se han demostrado en numerosos estudios como favorecedores del cáncer. Incomprensible.
A fecha de hoy no hay teorías, ni pruebas, ni siquiera indicios relevantes que indiquen que las radiaciones no ionizantes sean peligrosas. Y si tuvieran algún efecto adverso (que lo dudo), sería ridículo comparado con el de otros factores. Como dice uno de los científicos del reportaje, las ondas de la luz visible, que nos inundan y rodean durante la mayor parte de nuestra vida, son mucho más energéticas (y por lo tanto, tendrían mucha mayor capacidad de romper los enlaces moleculares en el ADN) que las de radio y microondas. Pero nadie se preocupa por ellas.
Por cierto, al contrario que los estudiantes de medicina que aparecieron en el programa de las medicinas alternativas, los estudiantes de física que salen en este me han dado muy buena impresión. Menos mal, aunque me resulta un poco inquietante que sean precisamente médicos los menos brillantes...
Yo ya he expuesto anteriormente en este blog mi opinión sobre el tema y no quiero repetirme demasiado, pero sí me apetece hacer hincapié en la postura de los conspiranoicos de turno, los grupos anti-antenas, que se puede ver de primera mano en el reportaje.
Según cuentan los autores del documental, los anti-antenas se han negado a participar y a dar su opinión con los argumentos de siempre: Que si los escépticos somos una secta, que estamos pagados por las empresas de telefonía (yo sigo con el bolsillo preparado, abierto a las donaciones de este tipo, pero nada, que no hay forma...), que si somos unos manipuladores... en fin, basta leer el patético comunicado que aparece en el programa para ver quién actúa realmente como una secta de fanáticos. Se parece un montón a las comunicaciones de los creacionistas u otros extremistas religiosos que son habituales en otros países.
Pues bien, entre este grupo de creyentes, al menos uno ha tenido el valor de dar la cara. El que, en mi opinión, es el personaje de este cuarto programa, Antón Erkoreka, doctor en medicina, profesor de la Universidad de País Vasco y, por lo que veo en internet, Director del Museo de la Medicina y de las Ciencias. Su inicial negativa a participar sospechando que los autores estaban siendo pagados por las telefónicas dice bastante de su actitud.
Este señor presenta ante las cámaras varias publicaciones y un estudio como evidencias científicas de la incidencia en la salud de las ondas electromagnéticas. Tengo que reconocer que despertaron mi curiosidad, pero requieren de algo más de estudio por mi parte para ser juzgados, y en cualquier caso, son muy escasos y poco significativos comparados con todo lo que hay en el sentido contrario.
Pero lo más llamativo de Erkoreka es su argumentación respecto al cáncer y las ondas: Según su parecer, durante las últimas décadas la incidencia del cáncer ha aumentado muchísimo, lo cual apoya su teoría. Más cancer, más ondas, causa-efecto demostrada. Bien, entonces las ondas también deben crear alzheimer, presbicia y obesidad, porque son todas patologías que han aumentado exponencialmente los últimos años. O también podríamos juzgar como precursores del cáncer a los reality shows, internet o el piercing, que también se han disparado últimamente.
Todo médico sabe que la relación no significa causalidad. Y todo médico sabe (o debería saber) que al igual que el alzheimer, el cáncer es una enfermedad asociada a la edad, que aparece con más frecuencia porque cada vez vivimos más años. No hace falta ser doctor en física ni en medicina para saber que, cuanto más años tienen nuestras células, más posibilidades hay de que desarrollemos un cáncer, por la propia naturaleza de las células, su ADN y el envejecimiento. Antón Erkoreka aporta datos del elevado porcentaje de muerte en el Pais Vasco por cáncer, pero lo que no dice es que el País Vasco es uno de los lugares del mundo dónde mayor esperanza de vida hay. Es decir, uno de los lugares donde hay gente más gente vieja.
Me parece sorprendente que tampoco hable de otros factores como el tabaco, algunos productos químicos, las radiaciones ionizantes (por ejemplo, los rayos X), algunos tipos de alimentación o el sol en exceso. Resulta que todos esos son factores que están más presentes durante las últimas décadas y que, todos ellos, se han demostrado en numerosos estudios como favorecedores del cáncer. Incomprensible.
A fecha de hoy no hay teorías, ni pruebas, ni siquiera indicios relevantes que indiquen que las radiaciones no ionizantes sean peligrosas. Y si tuvieran algún efecto adverso (que lo dudo), sería ridículo comparado con el de otros factores. Como dice uno de los científicos del reportaje, las ondas de la luz visible, que nos inundan y rodean durante la mayor parte de nuestra vida, son mucho más energéticas (y por lo tanto, tendrían mucha mayor capacidad de romper los enlaces moleculares en el ADN) que las de radio y microondas. Pero nadie se preocupa por ellas.
Por cierto, al contrario que los estudiantes de medicina que aparecieron en el programa de las medicinas alternativas, los estudiantes de física que salen en este me han dado muy buena impresión. Menos mal, aunque me resulta un poco inquietante que sean precisamente médicos los menos brillantes...
9.10.11
Chrome arrasa
Como ya conté, cambie Firefox por Chrome cuando lo probé. Con un poco de pena, porque tenía cariño al proyecto Firefox, pero el navegador de Google me sorprendió por su rapidez y estabilidad. Y creo que no he sido el único, según leo en Menéame que publica el Ciberp@ís:
A este paso, para el año que viene Chrome tomará la cabeza. Y aunque parezca mentira, los técnicos de Carrefour-online me dijeron la semana pasada que sólo aseguraban el funcionamiento de su web con Internet Explorer, no con Chrome. Pues vale.
A este paso, para el año que viene Chrome tomará la cabeza. Y aunque parezca mentira, los técnicos de Carrefour-online me dijeron la semana pasada que sólo aseguraban el funcionamiento de su web con Internet Explorer, no con Chrome. Pues vale.