Esta noche he tenido oportunidad de ver Ágora, de Alejandro Amenabar. Coincido con la mayoría de las personas que la han visto, es una buena película, bien ambientada y entretenida, pero que quizás le falte algo de garra. De cualquier forma, es muy recomendable verla y muy útil para reflexionar sobre algunas cosas. Una de sus virtudes es que nos permite apreciar las razones por las que la humanidad ha ido creyendo en diferentes dioses a lo largo de los tiempos: Por ignorancia y por miedo. Además, algunos iluminados han utilizado la religión para conseguir sus más viles fines, justificando sus terribles acciones con escritos y leyes divinas. Pero el desconocimiento de todo lo que ocurría y el miedo a no encontrar un significado a su existencia es, sin duda, lo que sigue manteniendo estas creencias.
Hoy en día cada vez quedan menos cosas por explicar, pero sigue habiendo grandes misterios, que quizás nunca consigamos entender en su totalidad por lo limitado de nuestra mente. Antes, el sol y las estrellas, las tormentas y las enfermedades, el día y la noche. Ahora, la creación del universo, el origen de la vida, qué hay más allá de la muerte. Son cuestiones que a algunos les atormentan y encuentran alivio pensando en mentores y seres superiores y omnipotentes que tienen trazado algún plan desconocido. La cultura y el conocimiento ayudan a vislumbrar horizontes más lejanos y, aunque sigan existiendo sombras sin poder iluminar, permiten crear mentes abiertas, curiosas y personas más en armonía con el inmenso universo que nos rodea, conscientes de que al ser una mota de polvo en el espacio, debemos disfrutar de la existencia que con la que hemos tenido la suerte de ser regalados.
Ya lo cité hace un par de años, pero me apetece volver a poner el vídeo de Carl Sagan, extraído de su serie Cosmos, que nos da una lección al respecto, "Ese punto azul pálido". El texto de Sagan, narrado sobre una imagen sacada desde el espacio exterior en la que se aprecia La Tierra como lo que es, un punto insignificante, es impagable.
Inolvidable vídeo del inolvidable Sagan. Un lujo volver a escucharlo.
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