Pues eso es lo que ocurre en este blog con demasiada frecuencia. Siempre he estado dispuesto a que cualquiera entre, lea y aporte. Pero, lamentablemente, a menudo me encuentro con aportaciones que solo pretenden hacer daño o insultar. O vender alguna porquería. Hay muchos ejemplos en el post sobre los tratamientos anti-cáncer de Martí Bosch, en el que los seguidores de la pseudomedicina se han despachado a gusto.
Para decidir qué hacer, he utilizado un método muy sencillo de resolución de problemas: El preguntarse una y otra vez "por qué". Suele recomendarse hacerlo cinco veces (los cinco porqués), pero a mí me ha bastado con tres:
- ¿Por qué hay comentarios en este blog? Para mostrar otras opiniones a las mías.
- ¿Por qué debería mostrar otras opiniones? Para enriquecer el debate, ya que no hay una verdad absoluta.
- ¿Por qué quiero enriquecer el debate? Para aportar información valiosa y rigurosa a quien quiera posicionarse en un tema.
Y para conseguirlo, las opciones que ofrece Blogger en la gestión de comentarios son tres: Inhabilitación, moderación o apertura sin control. Como creo que las dos primeras podrían impedir la llegada de aportaciones interesantes, por el momento voy a seguir dejando escribir comentarios a cualquiera. Pero para ser coherente con la misión del blog y con lo que busco, me reservo el derecho a eliminar los que no sigan los principios comentados. En concreto, no me temblará el pulso para borrar de inmediato los que incluyan:
- Insultos y faltas de respeto.
- Spam, publicidad o enlaces injustificados a algún otro sitio.
- Testimonios anónimos y sin pruebas.
- Ataques hacia mi persona, sin ningún otro objetivo.
En el extremo opuesto, serán especialmente bienvenidos:
- Los que aporten opiniones razonadas y argumentadas, presentadas con respeto.
- Los que aporten pruebas, evidencias y datos que enriquezcan los posts
Y, por supuesto, los comentarios cuyo objetivo sea saludar o parte de una comunicación normal de relación social, también se recibirán con agrado.
Algunos pensaréis que esto es censura. No lo creo, insisto en que cualquiera puede opinar, solo pido respeto y honestidad. De cualquier forma, os guste o no y mientras Blogger me deje, esta es mi casa. Así que si queréis entrar y hablar, tendréis que seguir mis normas de educación.
Eso sí, en vuestra casa, haced lo que os de la gana.