Los posts que más visitas y comentarios tienen en este blog y en "Lo que dice la ciencia para adelgazar", son aquellos en los que he sido crítico con alguna terapia o producto milagro. Se lleva la palma el reciente análisis del libro La Enzima Prodigiosa y le siguen de cerca los artículos relacionados con el malogrado Andreas Moritz (famoso por su limpieza hepática). La mayoría de los comentarios suelen venir firmados por defensores de ese tipo de ideas, que reniegan de todo lo relacionado con la ciencia o la medicina de verdad y que están convencidos de diversas conspiraciones provenientes de las farmacéuticas, industrias varias o de supuestos científicos avariciosos.
Hay dos argumentos que estas personas repiten sin cesar: Lo maravilloso de las terapias orientales y la falta de avances en la supervivencia de los enfermos de cáncer. Pero nunca aportan un solo dato para demostrarlos. Así que he decidido publicar un post con algo de información que precisamente demuestra que no son más que falacias, es decir, afirmaciones falsas presentadas como verdaderas.
Vamos allá.
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30.7.13
5.7.13
Empastes de amalgama de mercurio ¿Son tóxicos y peligrosos? ¿Tienes que preocuparte por tu salud?
Si pruebas a buscar en Google sobre los empastes de amalgama de mercurio (esos que son grises y bastante poco estéticos), ya sea en español o en inglés, la mayor parte de enlaces que te encontrarás tienen muchas exclamaciones y símbolos de calaveras. Porque este tema se ha convertido en uno de los preferidos entre los conspiranoicos de la salud, curanderos, terapeutas alternativos y amantes del marketing del miedo, como puedes comprobar en artículos como este o este. Si te animas a leer alguno de ellos, te darán ganas de correr a por unos alicates para arrancarte los empastes cuanto antes y agradecerás el poder estar vivo todavía, porque, según afirman todos estos visionarios, su toxicidad habrá contaminado tu sangre y órganos, haciéndote susceptible de contraer las mas horrorosas enfermedades mortales y neurodegenerativas.
¿Qué hay de cierto en todas estas advertencias? ¿Hay razones de peso para asustarse? Demos un breve repaso al tema y a la evidencia científica existente.