En el blog hermano "Lo que dice la ciencia para adelgazar" a menudo soy testigo de intensos debates respecto a la importancia que tiene tal o cual factor en la salud (reconozco que a menudo probablemente propiciados por mí mismo), con argumentaciones basadas en diferencias de riesgo más bien pequeñas, tras análisis estadísticos que tampoco aseguran el aislamiento efectivo de dichos factores. Sin embargo, hay una variable que al someterla a estudios epidemiológicos muestra crudamente sus terribles y perniciosos efectos: El consumo de tabaco.
Siendo como soy ex-fumador, conozco la dificultad que supone dejar este mal hábito. Yo también fui de esos que lo dejó muchas veces. Por eso creo que las autoridades sanitarias deberían hacer mucho más de lo que hacen para ayudar a las personas que quieren dejarlo. La prohibición de fumar en lugares públicos es un buen paso, pero hacen falta muchos más. Supongo que lo impopular de este tipo de medidas y la enorme cantidad de impuestos que los gobiernos recaudan de la venta de tabaco tampoco animan a ser demasiado proactivo, pero tras ver los datos del último gran estudio epidemiológico sobre el tema, "21st-Century Hazards of Smoking and Benefits of Cessation in the United States", que analiza los datos de unas 200.000 personas durante 25 años, creo que nuestros mandatarios deberían tomárselo más en serio. Confirma todo lo que se suele decir sobre el tabaco...o incluso lo empeora.
Aunque los ajustes respecto a otras variables de confusión que hicieron los investigadores son un poco escasos (echo de menos la actividad física, por ejemplo), la muestra es tan grande, el periodo de tiempo tan amplio y los resultados tan claros que dejan poco lugar a dudas.
Los gráficos que incluyen son suficientemente elocuentes:
Las curvas representan el porcentaje de personas que sobrevive a partir de los 25 años para dos grupos de población, los que fuman (current smoker) y los que nunca han fumado (never smoked), para hombres (gráfico superior) y mujeres (gráfico inferior). Y la diferencia es brutal para la media de supervivencia de cada sexo: Los fumadores viven entre 11 y 12 años menos que los que nunca han fumado.
El estudio también incluye datos sobre los efectos y beneficios de dejar de fumar. Y también los gráficos son muy ilustrativos. Las curvas representadas con líneas punteadas son los datos de aquellos que han dejado de fumar con menos de 34 años (gráfico A), entre 35 y 44 años (B), entre 45 y 54 años (C) y entre 55 y 64 años (D):
Piénsalo un poco. O un mucho. ¿Qué darías por tener 10 años más de vida? Si eres fumador, está en tu mano. Es difícil, pero es la realidad. Y si estos datos no son suficientemente convincentes, piensa también que en general entre aquellos que fuman, la calidad de vida en la madurez es muy inferior, con muchas más dolencias y enfermedades.
Sea cual sea tu edad, todavía estás a tiempo, te aseguro que se puede conseguir. Recuerda, estamos hablando de años de vida.
Si nos ponemos paranoicos, todo parece formar parte de un malvado plan gubernamental: con el tabaco recaudamos más impuestos y, como la gente se muere antes, gastamos menos en pensiones.
ResponderEliminarSaludos.
@Juan Manuel
ResponderEliminarPero antes de palmar se tiran muchos años con múltiples achaques 100% evitables y varios de ellos muy graves, también se va un montón de dinero por ahí. Pero vamos, qué más da, aquí se recorta en sanidad a la vez que se sube el iva a los gimnasios y se limita el uso de instalaciones deportivas públicas, no les importa ni el dinero ni la salud, les importa su bolsillo y el de los colegas para que más adelante les pasen sueldos por firmar papeles que ni saben qué son.
Siempre digo que una de las peores cosas que pueden hacerse en la vida es empezar a fumar. Y una de las mejores, dejarlo (aclaro que yo no he fumado nunca). Así que te felicito por tu segunda decisión.
ResponderEliminarPor cierto, ¿cómo lo hiciste? ¿Por ti mismo o con algún tipo de ayuda?
Primero, lavado de cerebro. Ir odiando poco a poco el hecho de tener la necesidad de fumar. Asco, dependencia. "Dejar de fumar es fácil, si sabes cómo", de Allen Carr ayudó un poco.
ResponderEliminarSegundo, sustituto de la droga para hacer más llevadero el mono: Chicles de nicotina.
Hola, llego aquí vía @anpefi y me encuentro una entrada con un gran desarrollo y datos actualizados dignos de la campaña #mividasinti
ResponderEliminarEnhorabuena.
Yo he dejado el cigarro el 4 de diciembre. Me operaban al dia siguiente.Me he convencido a mi misma que para mi recuperacion esto era necesario y sigo sin fumar y la verdad no lo echo en falta. Estoy muy contenta. Si quieres puedes y sin ayuda.
ResponderEliminarNatalia,
ResponderEliminarcomo ex-fumadora te puedo decir que dejar de fumar ha sido, sin duda, la mejor decisión que he tomado en mi vida.
Centinel,
a mi también me ayudó el libro que citas. Pero sobre todo lo que me empujó a aborrecerlo era el olor y el aliento tan repugnante que me producía!
Hay algún dato sobre fumadores ocasionales? Del mismo modo que a veces me tomo una copa de vino o una cerveza, en ocasiones fumo un cigarrillo, un puro o un porro. Pongamos uno cada dos semanas. No creo que sin caer en la adicción -nunca me permito más de dos seguidos, ni fumar dos días seguidos- sea significativa la ingesta de productos nocivos. Hay un límite de cigarrillos diarios que puede ser eliminados naturalmente por el cuerpo?
ResponderEliminarPor otro lado, no estoy de acuerdo con las políticas prohibicionistas de talante paternalista por parte del Estado que traten a los ciudadanía como menores de edad. Javier Gomá tiene un buen artículo contra el totalitarismo sanitario http://elpais.com/diario/2010/11/06/babelia/1289005963_850215.html