¡Once ochooo onceeee! ¡Uno ocho-ocho veinticuatroo! ¿te suenan estas musiquillas? Claro que si, son los números a los que se puede llamar para solicitar información telefónica.
La verdad no sé de qué viven, porque no conozco a nadie que los use, pero el caso es que siguen proliferando como setas. Será que cuesta muy poco contratar un/a operador/a en países explotad... perdón, emergentes, así que a nada que retengan a algún pardillo/a un ratito, se sacan unos eurillos para ir tirando. Eso sí, siempre derrochando recursos publicitarios para anunciarse en la radio, la tele o donde sea menester. Pagando sueldos paupérrimos a sus trabajadores, supongo, pero con anuncios superguais.
¿Y el servicio? Pues como los sueldos, como suele ocurrir. En este estudio de Consumer, en el que han puesto a prueba 51 servicios de este tipo, sólo 8 han facilitado los números solicitados. Una eficacia del 15%; horrible, vamos. ¡Aproximadamente la mitad no respondió bien a ninguna de las preguntas que les hicieron! Y el caso es que algunos cobran hasta 3 euros por llamada. ¿No debería ocurrir como en todos los negocios, que si no hay servicio, no hay pago? A mi me suena casi a estafa.
Más perlas del estudio: La mitad utilizan técnicas de alargar el tiempo de llamada para cobrar ese minuto mínimo que les viene tan bien, la atención a reclamaciones suele ser un martirio y además muy cara, cuelgues y llamadas olvidadas...
Conclusión: Si te puedes apañar con Google y los puedes evitar, mejor que mejor.
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